CAP 82

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Emilio

Quede paralizado, en shock, al ver la brusca pelea, Aadya ni siquiera podía moverse, solo cubría su rostro mientras sangraba de su boca y de uno de sus brazos que tenía una gran cortada.

El Vampiro la golpea, la tomo del brazo, quedando todos en shock al escuchar un fuerte “Crack” el vampiro le había dislocado su brazo.

Mi cuerpo tembló al ver eso, mi padre incluso dejo de caminar de un lado a otro y Aadya ni quejarse ya podía.

Recargue mi frente sobre el árbol en el que estaba apreté mi puño fuerte mientras igual mordía mi labio dejando caer mis lágrimas sobre el árbol.

Me duele saber todo lo que tiene que aguantar solo por protegerse. Nadie de aquí hará algo para salvarla, Nadie se meterá donde no pueden, Nadie se enfrentará a Susan. Nadie que sea de aquí lo hará.

— Emilio — escucho la voz de Jack y volteo a verlo, el igual está consternado — No debiste ver eso

— Si no lo hubiera visto, seguiría esperándola en la casa sin saber lo que le paso hoy ahí afuera. No puedo dejar que sufra esto por dos días más.

— Yo tampoco pienso dejar que la sigan lastimando, pero... nadie de aquí ayudará

— Lo sé… Es por eso que, tenemos que buscar a Henry

— Lo mismo estaba pensando, es el único que puede venir y matar al vampiro sin recibir un castigo. El problema es siquiera venir.

— Estoy seguro de que nos ayudará, además así también podrá entrar y llevarse a su sobrino, no se negara a entrar.

— Tienes razón, pero ahora tenemos que salir con cuidado, no nos pueden ver. — asiento para después empezar a caminar alejándonos del Campo de entrenamiento con cuidado de que nadie nos viera, saliendo a las afueras de la manada donde empezamos a correr llegando hasta las cascadas y ahí, justo frente al río, se encontraba Henry.

Bajamos al río corriendo sin esperar, Henry al vernos igual se sorprendió al instante.
— ¿Y Aadya? — Jack y yo nos miramos y al final él dio un paso al frente

— Tienes que ayudarla, la Luna se ha aprovechado de que el Alfa ni el beta están para buscar al híbrido y ella...

— ¿Qué has dicho? — pregunto Henry acercándose a nosotros con sus ojos rojos llenos de ira.

— En estos momentos la está lastimando — suelta Jack, pero se escucha como rompen una rama al pisarla y Henry voltea rápido

— Sabía que me estaban siguiendo — Susurra — Váyanse

— Pero...

— Ustedes no se preocupen, Yo me encargo de esto — dice y en eso pasa un vampiro hacia la manada mientras otro sale y se le avienta a Henry.

Él se defiende y se lleva al vampiro lejos de nosotros, nosotros nos quedamos en nuestro lugar esperando que vuelva a llegar, Henry, llega después de unos instantes, con sangre en su playera.

— Esperen aquí, iré a ver si no está alrededor — dice rápido buscando al segundo vampiro, pero después de unos minutos regresa

— No está pueden volver seguros

— Pero Aadya

— Mañana vendré, no pensé que el Alfa no estuviera y que Susan actuará tan rápido, tengo que ir por algo, pero mañana necesito que me abran paso, no me pueden ver llegar.

— ¿Entonces si nos ayudarás? — pregunto

— Si, incluso puedo ayudar matando a su Luna si se atreve hacerle algo más. ¿Aún no sabe quién es realmente verdad?

— No aún no, pero, está sospechando, ¿tú cómo sabes?

— Larga historia, lo mejor por ahora será que regresen, mañana yo mismo iré en la noche, primero tengo que preparar todo, para que nadie la encuentre.— Susurra lo último volteándose dándonos la espada para después desaparecer sin decir más.

Regresamos a la manada igual con cuidado de que nadie nos viera, pero llegando a la manda de la nada salió el vampiro que le rompió el brazo Aadya y otro. Nos tomaron del hombro a cada uno guiándonos hasta el campo de entrenamiento donde se encontraba Susan y Aadya que estaba recargada sobre un árbol sangrando.

¿Esto aún no ha terminado?. Me pregunté al verla sin energía, pero al vernos llegar se levantó con dificultad.

— Jack, Emilio, ¿Adónde fueron en la tarde? — pregunta Susan con una sonrisa

— Caminamos — respondí

— ¡Oh! ¿En serio? Porque mi lindo Eder los vio platicando con un vampiro al límite de la manada y creo que saben que es está prohibido y más porque hablaron con Henry — los vampiros volvieron a lado de Susan mientras Jack y yo nos miramos asustados, se supone que hicimos con cuidado que nadie nos viera, pero ¿cómo lo sabe?

Mire al vampiro nuevo recordando que uno entro a la manada. Debió de ser él, por eso Henry no lo encontró.

— ¡¡¿Qué hacían con Henry?!! — grito furiosa llena de rabia.

Por otro lado,

Se encontraba Ziro en su despacho mirando por la ventana, recto y serio a Henry entrar a la casa e instantes después a otro vampiro, Ziro sin moverse de su lugar, espero paciente, cuando después de unos instantes tocaron la puerta de su despacho dos veces.

— Adelante — permito el acceso a su despacho a un vampiro que vestía de negro — ¿Adónde fue?

— Fue de nuevo a las cascadas

— ¿A quién vio? — pregunto Ziro tranquilo sin despejar su vista del ventanal

— Dos jóvenes lobos estaban ahí

— ¿Alguna anomalía?

— Hubo varias — soltó el vampiro haciendo que Ziro girará un poco su cabeza, algo consternado, pero volvió su vista al frente.

— Dime.

— Dos Vampiros aparte de mí lo seguían, y cuando llegó al límite de la manada del Alfa Supremo salieron por separado, uno huyó hacia la manada del Alfa y otro distrajo a Henry, después de eso Henry mato a quién se le aventó, pero el otro huyó.

— ¿Alguna idea quien era el otro?

— cuando lo seguía por atrás se me hicieron conocidos a los guardias que usted le dio a la señorita Susan.  — Ziro al escuchar eso sonrío sabía que tenía que vigilar a su hija, pero al parecer su hija sabía cómo manipularlos muy bien.

— ¿Qué pasó con los niños?

— Por lo que entendí, buscaron a Henry porque la señorita Susan tiene el control de la manada y tiene en prueba a alguien llamada Aadya que por sus gestos creo que es su amiga de los jóvenes.

— Aadya — susurro Ziro tranquilo — un perfecto nombre para un ser increíble. ¿No está el Alfa?

— Al parecer no señor

— ¿Qué dijo Henry?

— Que iría mañana en la noche.

— No irá en la noche, Henry tiene una costumbre de atacar en madrugada, nosotros aprovecharemos eso y el hecho de que no está el Alfa, lo hace más que perfecto, quiero que prepares a los demás, nosotros igual iremos.

— como ordene — hace una reverencia para caminar de nuevo a la puerta, pero antes de salir Ziro lo vuelve a detener

— Y diles que cualquiera que la lastime moría por mí, no por Henry.

— Si señor.

El Deseo de la Luna Where stories live. Discover now