Burbujeante

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Cuando menos lo pensó, ya habían transcurrido tres semanas desde la mudanza.

Todos los días habían sido hilarantes y fugaces desde su llegada a la ciudad. Tantas cosas nuevas llenaron su sistema que estaba algo sobrecargada.

Horarios locos en la universidad, clases prácticas bastante demandantes, compañeros de diversas personalidades que ponían a prueba su destreza para desenvolverse en el ámbito social y por encima de toda esa mezcolanza estaba el acostumbrarse a sus nuevos cohabitantes quienes eran tan divergentes entre sí que de alguna forma parecía un ensamblaje único en la vida. Cómo una sinfonía brillante y llamativa.

Todo le parecía increíblemente divertido y fascinante.

—Buenos días-ttebayo— Naruto la recibió en el comedor.

Hinata respingó un poco y se acomodó un mechón tras la oreja mientras desviaba el rostro.

Naruto Uzumaki tenía la energía de un pequeño sol resplandeciente.

—Bu-buenos días Naruto-kun, creí que hoy dormirías hasta tarde— espetó mientras se acercaba discretamente al refrigerador para sacar algunos huevos y otros ingredientes para preparar su desayuno.

Aquel comentario no era burlesco, sino algo que el propio Uzumaki le había dicho el fin de semana pasado para que no le extrañase su ausencia.

—Eso es verdad, pero hoy voy de visita a casa de mis padres— contestó dando otra mordida a su emparedado de salami—. Mi mamá se pone loca si no llego temprano— agregó haciendo un pequeño puchero.

Hinata río.

—Buenos días Hinata— saludó adormecida la pelirosa al entrar en la cocina—. ¡¿Eh?! ¿Acaso sigo dormida?! ¿Qué haces despierto? ¡Quizás hoy lluevan ranas del cielo...!

—Muy graciosa-ttebayo—puso los ojos en blanco.

—Buenos días Sakura-chan—la peliazul le saludó tímidamente mientras vertía jugo de arándanos en un vaso de cristal.

Sakura le sonrió y luego miró al bermejo, rodó los ojos y negó lentamente.

—Vamos, sólo estoy bromeando. Hoy tienes que ir con tus padres, ¿No?

—Ah, si... honestamente no quiero ir, desearía poder dormir hasta las 3...

—Descarado.

—¡El caso es...! ¡Mi mamá me amenazó ayer que hablé con ella-ttebayo!

—¿Y ahora qué hiciste?— se cruzó de brazos.

—¡Eso es lo peor, nunca hago nada y siempre se enoja! ¡Así que no tengo idea de qué mosco le picó ésta vez!

—Bueno, quizás sabe muy bien cómo eres y sólo está predispuesta a esa reacción, ya sabes, un reflejo, después de todo, eres un tonto que se la pasa causando problemas a todo el mundo.

—¡Hey...!

—Espera, ¿No se supone que hoy irías con Sasuke-kun para traer la despensa del mes?

Naruto abrió los ojos como platos  y saltó de su asiento para dirigirse hacía el calendario de actividades.

—¡Oh por toda la santa mierda, lo olvidé por completo!— chaqueó la lengua al ver su nombre plasmado en esa fecha—. ¡Sakura-chan...!

—Ni lo pienses, hoy no puedo, tengo turno en el Hospital y ya van 2 veces que te sustituyo en tus deberes.

Buenos días, CariñoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant