Capítulo 69

188 36 20
                                    

Aria

21 de Junio – 19:17

Mondstadt – Ciudad – Piso de Albedo

Fue una enorme alegría y alivio saber que todos nuestros amigos de Mondstadt habían sobrevivido. Puesto que los gladiadores no nos apartaban la vista, no pudimos pararnos con ellos por el camino, pero una mirada a veces lo decía todo. No obstante, Kaeya, haciendo creer que nos estaba ayudando con las maletas, logró estar a nuestro lado hasta llegar al piso, donde al fin tuvimos privacidad.

-Kaeya: el general dragón, ¿eh? Sin duda cada uno ha sobrevivido a su forma creativa –bromeó, dejando la maleta en el suelo-. Yo sigo siendo el Capitán de Caballería, pero ahora no sirvo órdenes de Jean, sino de unos trogloditas –se encogió de hombros, habiendo aceptado ya la nueva situación-. ¿Cómo está Nath?

-Albedo: a él también se le impuso un cargo –contó, aunque sin entrar en detalles. Habían sucedido demasiadas cosas, y la información había que ir procesándola poco a poco. Lo más importante ahora era saber que todos estaban bien-. ¿Y Jean? ¿Y Timaeus?

-Kaeya: todos están bien, Albedo. Hemos sabido adaptarnos a las circunstancias –respondió con una sonrisa-. Te hubiera regalado una botella de vino como en los viejos tiempos –guiñó un ojo-, pero los trogloditas lo acaparan casi todo.

-Albedo: saber que estáis bien es el mejor regalo –aseguró, y yo convine con él.

Nos dimos un fuerte abrazo, unas últimas palabras de despedida y el peliazul marchó, dejándonos al fin a solas en nuestro antiguo hogar. Un hogar que, nada más procesar su imagen inicial en nuestro cerebro, nos asaltó cual bomba nostálgica de recuerdos.

-Aria: pensé que no volvería a ver esta casa... -comenté, con una sonrisa tonta-. No sé aún por qué hemos salido al fin de palacio, pero me alegro muchísimo.

-Albedo: ya te lo he dicho. Däriel necesitaba realizar unas operaciones como monarca en el continente –sentía que no era del todo verdad, y temía que hubiese ocurrido algo de nuevo- y, aprovechando la circunstancia, quiso darnos este respiro.

-Aria: hmmm... ¿seguro que no ha pasado nada? –pregunté, preocupada.

Tomó mi mano y me dio un tierno beso en la frente.

-Albedo: ¿no se te ha hecho suficiente todo lo que nos ha ocurrido? –bromeó, con aquella sonrisa perfecta que seguía dejándome en un estado alterado de consciencia por unos segundos.

No obstante, cuando recobraba el sentido, volvía a la carga:

-Aria: ¡más que suficiente! –reí-. Pero... si debía vivir todo aquello para poder terminar de la mano contigo, lo volvería a sufrir una y otra vez –confesé-. Incluso lo del Averno.

Entonces, dirigió ahora la mano hacia una de mis mejillas. La acarició con suavidad y me miró fijamente mientras se aproximaba a mi rostro, haciéndome creer que iba a besarme. Yo ya lo estaba celebrando internamente cuando...

... simplemente me sacó la lengua y me tiró de la oreja.

-Albedo: lo de creer que habías muerto en el Averno fue absolutamente innecesario –dejó claro, con un notable buen humor que me llamaba la atención. Había estado con ese ánimo desde que entramos al barco.

Conmigo solía estar siempre feliz, pero... sentía que había algo más. Sin duda algo pasaba, y yo de nuevo era la única que no lo sabía.

El Pecado del Alquimista 13 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora