Capítulo 5.

18.2K 1.9K 679
                                    

<Editado>

Ya era de noche. La pareja miraba con cierto cansancio todo lo que habían comprado para su pequeño hijo, preferirían empezar a ordenar todo al día siguiente pero querían aprovechar que Lu (diminutivo de Lucky) se encontraba durmiendo ya que quizá no podrían hacer mucho si estaba despierto.

Luzu se dirigió a la cocina a poner un poco de agua en la tetera, si querían mantenerse despiertos iban a necesitar bastante café. Mientras tanto, Quackity fue a la cama del castaño y dejó al bebé sobre este. Puso algunas almohadas a sus costados, esto con el fin de que el bebé no terminara en el piso si empezaba a moverse por toda la cama. Se quedó un rato viendo fijamente a Lu y un sentimiento cálido se apoderó de él, no sabía cómo explicar lo que le provocaba el bebé. A pesar de que era su "castigo" el cuidarlo, casi no lo sentía así. Era curioso en cierto punto, el cómo su interés amoroso y él terminaron teniendo un bebé que poseía sus características. Podría haber sido emparejado con cualquier persona en Karmaland que habían hecho cosas peores, pero por obra y gracia de los Dioses, terminó siendo con Luzu y eso le gustaba. Aunque siendo sincero, preferiría que las cosas hubiesen pasado en otras circunstancias y no precisamente como una obligación de los Dioses. Un pensamiento lo abrumó: "¿Y si Luzu sólo está conmigo por el castigo?". Sonrió algo entristecido por lo pensado, se agachó un poco y depositó un pequeño beso en la frente de su hijo para luego cubrirlo con las mantas.

—¿Todo en orden, Quacks?

El azabache giró a verlo rápidamente, lo había asustado.

—Avisa que vienes, casi me da un infarto.—Lo normal es que hubiese gritado, pero se contuvo ya que lo que menos quería era que Lu se despertara.

El castaño lo miró preocupado y tomó las mejillas del menor con ambas manos obligándolo a verlo fijamente. Quackity se había sonrojado por su acto tan repentino.

—Ay Lusu, primero invítame un cafecito.

—Sé sincero conmigo ¿Te encuentras bien?

Estaba confuso por su pregunta, quería reclamarle pero la mirada rojiza del mayor lo ponía nervioso, su corazón no dejaba de palpitar por la cercanía de éste y no pudo articular ninguna palabra por el nudo que se estaba formando en su garganta. Su mandíbula empezaba a temblar levemente. Cuando sintió la primera lágrima salir de su ojo derecho, entendió todo.

Sus pensamientos lo habían afectado demasiado.

Rompió contacto visual tratando de ver hacia otro lado. No quería decírselo. Luzu siempre lo trataba bonito y era amable con él, incluso llegaba a perdonarlo por cualquier tontería que hiciera. Tenía miedo, se sentía inseguro. Solían bromear con respecto a su relación, coqueteaban y todo eso, pero vivía con el constante miedo de no ser correspondido si algún día llegase a confesarse. Quería demasiado a Luzu, no quería alejarse de él.

Mientras tanto, el castaño lo miraba suplicante para que le dijera lo que le pasaba. Lentamente fue soltando las mejillas de su patito cuando rompieron contacto visual. Le entristecía que el menor no le dijese lo que pasaba. Realmente estaba preocupado por él. Raras veces lo había visto llorar y mayormente eran por cosas triviales. Quackity era un ser de luz, un solecito, lo supo desde la primera vez que lo vió.

—¿Te sientes atado a mí, Lusu?

La pregunta lo sacó de lugar, ¿A qué se refería exactamente con "atado"?

—¿Realmente quieres cuidar de Lucky conmigo?

Con esa pregunta comprendió todo lo que pasaba. Tomó delicadamente las manos del menor y empezó a acariciarlas suavemente para que éste se animara verlo a la cara.

—Desde que llegaste a Karmaland, siempre he querido estar a tu lado.—Sonrió cálidamente cuando vio que el azabache lo estaba mirando.—Tienes una chispa única y eso me gusta. Sé que a veces suelo bromear con respecto a nuestra relación, pero si te soy sincero, dejó de serlo hace mucho. Joder... Realmente te amo, Quackity.—Dicho esto, abrazó de manera protectora al menor.

El chico pato ya sentía el corazón en la boca.

—Perdón por hacerte esperar demasiado. Me gustaría que formalicemos las cosas, pero quiero que sea especial cuando llegue el momento.—Se alejó ligeramente, pensó un poco lo que iba a hacer y finalmente terminó besando la comisura de sus labios.—Con respecto a Lucky, estoy eternamente agradecido con los Dioses. No todos los días terminas siendo bendecido con un hijo de la persona que amas.

El menor no sabía cómo expresar lo que sentía en esos momentos, pero de lo que estaba seguro era que tenía una alegría incontrolable. No podía articular ninguna palabra por la emoción, así que ésta vez decidió tener la iniciativa. Posicionó sus brazos en el cuello de Luzu y lo jaló para seguidamente besarlo. El castaño se sorprendió por su acción, sonrió internamente y correspondió. Sus manos terminaron posándose en la cintura del más bajo para pegarse más a él, luego de unos segundos se separaron y sólo se dedicaron a verse cariñosamente entre ellos.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Sólo quiero hacer recordar de que se podría decir que es el primer libro que escribo así que lo más probable es que todo ande revuelto. Cuando termine el libro, me pondré a editar esas partes que parezcan confusas.

¿Castigo O Bendición? [Luckity]Where stories live. Discover now