Capítulo 22.

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Las horas fueron avanzando, la noche ya estaba presente y el clima era bastante frío. Era aproximadamente la una de la mañana. La pareja se encontraba merodeando por todo el pueblo de Karmaland en busca de Merlon. Necesitaban verlo, necesitaban respuestas, necesitaban a su hijo de regreso. El pelinegro estaba ligeramente encorvado buscando el calor en sus brazos, mientras caminaba se le notaba lo mucho que temblaba y el plumaje de sus alas era un verdadero desastre. Por más frío que estuviera sintiendo, no se detendría hasta encontrar al anciano.

Luzu estaba un poco más lejos de Quackity. Se había percatado del estado de su novio y estaba preocupado por ello. Se acercó a su patito y en el transcurso de su caminata, se había quitado la sudadera quedando sólo con una camiseta grisácea. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo detuvo sujetándolo del brazo.

—Está haciendo demasiado frío, ponte esto y regresemos a casa por el momento.—Habló suavemente.

El chico pato se colocó la sudadera, lo miró por un momento con el ceño fruncido y simplemente siguió con su búsqueda. El castaño volvió a detenerlo poniéndose en frente de él.

—Quacks, hablo en serio.

—Estás pendejo o qué? Debemos seguir buscando a ese viejo anciano.

—Está haciendo demasiado frío, llevamos horas recorriendo todo el pueblo y no lo encontramos. Lo más probable es que no esté en este plano.

—¿Acaso no quieres a Lu de vuelta?

—Claro que lo quiero con nosotros, pero ahora estoy preocupado por ti. ¿Cuándo fue la última vez que comiste algo?

—Te recuerdo que estamos en las mismas condiciones.

—Lo sé, por ahora deberíamos conformarnos con saber que está bien. Cuando el clima sea menos pesado, podemos seguir buscando.

—Si quieres regresa a casa tu solo, yo no me voy.—Bajó la mirada y empezó a emplear mucha fuerza en sus puños, al punto de que sus nudillos estaban tornándose blancos.—Cuando encuentre a ese viejo le voy a encajar una puta navaja en la cabeza. Vale pito si no como o duermo, no descansaré hasta tener de regreso a Lucky.

—¡Quackity!

Levantó la mirada sorprendido, su novio nunca lo llamaba por su nombre. Sus ojos se encontraron con la enfadada mirada rojiza de Luzu.

—Extraño a Lucky tanto como tú.-Tomó las mejillas del menor suavemente.—¿Cómo crees que se pondrá nuestro hijo cuando se entere que su padre murió por hipotermia tratando de buscarlo?

Sabía que se refería a él, pero recién pudo percatarse del verdadero estado del castaño. Tenía unas grandes ojeras, su mirada cansada y su cuerpo ligeramente desnutrido que temblaba por el frío. Ahora que lo pensaba, Luzu llevaba varios días buscando a Rubius, mientras él se recuperaba de sus lesiones. Lo más probable era que el castaño se había estado descuidando en esos momentos. Estaba tan preocupado por recuperar a su hijo, que jamás le puso atención a su novio.

Retiró las manos del mayor mientras lo miraba apenado, luego de eso lo abrazó cariñosamente hundiendo su cabeza en el pecho del contrario. El castaño estaba un poco confundido, pero aun así correspondió al abrazo.

I'm so sorry...

Luzu sonrió cálidamente.—Don't worry, honey.

Por unos momentos, el mayor había dejado de sentir frío.

[...]

Ahora se encontraban regresando a casa, estaban tomados de la mano y ninguno había dicho nada en el transcurso, tampoco es que necesitaran hacerlo. Estaban conformes con la compañía mutua.

A pesar de que estaban tranquilos, les parecía un poco extraño que durante todo ese tiempo no hubiera aparecido algún monstruo ya que se encontraban en medio del bosque. Empezaron a escuchar pisadas, miraban hacia todo lado estando alertas. El ruido en un arbusto llamó su atención y del montón de plantas, salió Merlon con una mirada serena.

El chico pato estaba por lanzarse hacia el anciano, y no específicamente para abrazarlo, pero fue detenido por el castaño.

—Tranquilo, Quacks.

—Tranquilo mis bolas. Regrésanos a nuestro hijo Merlon de mierda.

—Él ya cumplió con su deber.

—No es un castigo, es sólo un bebé chingada madre.

—Decían que era una bendición. Sin embargo, era un castigo. Siempre lo fue.

La pareja se miró entre ellos claramente furiosos, pero ahora estaban confundidos.

—A pesar de que ayudan al pueblo de Karmaland, los dioses ya estaban cansados de ver destrucción entre los héroes. Sobretodo Rubius y tú. No tienes ni el mínimo respeto por los dioses y a pesar de que Rubius al menos lo hace un poco, sus actos son cuestionables.

Los dioses conocían sobre la condición mental del híbrido oso, era peligroso para el pueblo, incluso había dejado moribundo a uno de los héroes. Además, recientemente Quackity los había desafiado, si bien no expresaron su molestia cuando interactuaron, realmente estaban indignados.

Así fue como empezaron un plan.

Crearon un bebé para mandárselo al pelinegro, como sabían que si este lo cuidaba él solo, no duraría ni tres días. Ellos lo sabían todo, así que usaron una excusa barata para involucrar a Luzu ya que era el interés amoroso del chico pato. Tarde o temprano todo Karmaland se enteraría sobre la existencia de Lucky, incluido Rubius.

Ellos sólo mandarían un incentivo, Quackity y Rubius harían lo demás.

—¿Recuerdan la carta? Rubius la mandó para deshacerse de ustedes. Salió medianamente bien, los dioses tuvieron que intervenir o sus planes saldrían mal.

Gracias a Lucky ambos se destruyeron físicamente y psicológicamente. Los castigaron al mismo tiempo.

Dos pájaros de un tiro.

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HOLAAAAAA
¿Quedó de la verga? Maybe.
Con tan de no dejarl@s sin capítulo :'c.

¿Castigo O Bendición? [Luckity]Where stories live. Discover now