Astray.

Capítulo 1.

Pisé el último escalón acomodándome mejor mi mochila en mi hombro izquierdo. Venía a hacer un proyecto escolar con mi mejor amiga y compañera: Bethany. Suspiré parándome de puntitas para alcanzar a tocar el timbre. Volví a mi anterior posición para observar que la agujeta de mi zapato derecho estaba desatada. Me agaché para comenzar a abrocharlo. Alcé mi vista con una gran sonrisa en el rostro al escuchar que la puerta se había abierto para saludar a la señora Styles aunque cuando observé hacia arriba no era la señora Styles quien había abierto la puerta.

Era un ¿señor?

No sé si llamarlo señor porque se ve de unos veintiséis o veintisiete años así que diré hombre. Un hombre de cabellera rizada y ojos verdes estaba parado en la puerta observándome detenidamente mientras me levantaba. Mi sonrisa desapareció al mirarlo. Sentí un escalofrío al hacer contacto con esa mirada en serio debía admitir que si me intimada y aunque suene extraño se me hace demasiado...atractivo. Tragué saliva.

—Disculpe, ¿está Bethany? —pregunté arrastrando un poco las palabras. Sonrió ligeramente. Creo que le ha gustado mi reacción.

—¿Bethany? Ah sí. ¿Quién la busca? —alzó ligeramente una ceja. Su voz era verdaderamente profunda y grave, me gusta.

—Chloe—sonreí un poco.

Vamos, Chloe. No tienes que ponerte nerviosa solo por ver a un hombre demasiado guapo. No te puede gustar...no te puede gustar un hombre que me gana por aproximadamente diez años.

—Chloe—repitió para sí mismo sacándome de mis pensamientos. Creo que mi nombre me comenzó a gustar al escucharlo salir de sus labios—. Adelante, pasa.

Se hizo a un lado dejando un espacio. Susurré un gracias pasando a un lado de él. Noté que me ganaba por una buena altura cuando pasé junto a él. Sentía su mirada esmeralda en mí, sin despegarse ni un segundo de mí y poniendo suma atención en cada uno de mis movimientos. Cerró la puerta lentamente y fue cuando escuché la voz de Bethany.

—¿Quién era? —gritó desde arriba.

—Dice que se llama Chloe—le respondió aún mirándome, al igual que él yo también seguía observándolo. Intimidante.

—Sube Chloe—volvió a gritar. Dirigí mi mirada hacia las escaleras y miré al desconocido de nuevo para luego subir estas. Apuesto un millón a que me está viendo el trasero, joder, espero que se vea bien. Subí casi corriendo provocando que casi me golpeara contra el suelo en el último escalón.

La castaña salió de su habitación con una sonrisa en su rostro.

—Hola, Chloe. Perdón por...

La interrumpí empujándola hacia su habitación para después cerrar la puerta.

—¿Qué pasa? —frunció el ceño mirándome con sus ojos verdes el cual el color es similar al del hombre que está abajo. Ahora que lo veo se parecen un poco.

—¿Cómo que qué pasa? ¿Quién es él? —le pregunté en voz baja porque si hablaba más fuerte iba a escuchar—. No me digas que te estás viendo con ese hombre. Dios, tiene como treinta años, Beth. Aparte, siento que me va a asesinar con la mirada. ¿Qué hay de Nicolás?