Capítulo 5.

42 3 1
                                    

Comenzó a indicar que empezaba a escribir, segundos después se escuchó un pequeño sonido y su mensaje apareció. 

¿QUÉ? AY, POR FAVORRRRR. ¡ESO NI TU TE LA CREES!

Empecé a escribir de inmediato. 

NO ME ESCRIBAS EN MAYÚSCULAS. Es sólo que no sé...maldita sea, no sé Bethany, no sé que quiero. Tengo miedo, joder sí, tengo miedo.

YO LO HAGO SI QUIERO. ¿MIEDO DE QUÉ, IDIOTA? ¿TE DAS CUENTA DE QUE SI NO APROVECHAS LA OPORTUNIDAD TE VAS A DAR UNA GRAN ARREPENTIDA? 

JODER, ENTIÉNDEME!!!!!!! ¿Qué tal si hasta me enamoro? ¿Qué tal si hasta tengo relaciones con él?

Bueno yo si lo creo. ;)

Puse los ojos en blanco negando con la cabeza mientras continuaba escribiendo.

Gracias, Beth. Ayudas demasiado.

Ven a mi casa ahora mismo, Chloe Roxanne. Me tienes que explicar TOOODOOO en persona, además necesito que vengas, te va a gustar.

Fruncí el ceño. ¿Te va a gustar? ¿A qué se refiere? Otro mensaje apareció.

Contéstame, hija de puta.

BIEN, BIEN, BIEN. Le preguntaré a mamá.

Ok :) trae una pijama sexy.

Puse los ojos en blanco por segunda vez. Dios, esta pequeña mujer. Pero no es mala idea...

No.

Concéntrate Chloe.

Bethany, ¿qué te acabo de decir? Parece que no me lees bien.

De acuerdo, una fea, larga y de corazones, osos, pandas o lo que quieras pero ven.


Cerré la computadora para ir hacia la habitación de mi mamá. Entré y esta estaba tejiendo una pequeña bufanda de color negro mientras observaba una de sus series dramáticas y de señoras.


—Mamá...

—¿Qué pasa, hija? —posó sus ojos mieles en mí. 

—¿Desde cuándo tejes? 

— Desde ahorita, Chloe. 

—Bueno...Bethany me invitó a una pijamada en su casa. ¿Me dejas ir?

—Hay, Chloe. ¿No te da pena con Anne?

—Ella me ha dicho que puedo ir las veces que yo quiera—dije obviamente.

—Eso sólo lo dices para quedar bien con las amigas de tu hija. Es una regla, jamás lo decimos en serio.

—Por favor—me acerqué a ella para sentarme a lado de ella—. Soy buena hija.

Comencé a abrazarla haciendo que se removiera debajo de mí.


—Me estas asfixiando.

—Perdón—la solté—, ¿Entonces?

—Bien, vete.

—Gracias—brinqué de la cama para volverla a abrazar.

—Te irás mañana a la escuela con ella, ¿no?

—Así es—asentí.

—Bien, pero te quiero a las dos de la tarde aquí que es a la hora que sales, Chloe. Hablo en serio, no sé qué te haría si no llegas a las siete de la mañana a la escuela y sales a la hora que debes. 

Astray.Where stories live. Discover now