Capítulo 3.

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—Tienes que irte—habló dándome mi mochila.

—Ah, sí—hablé volviendo a la realidad. Me arrepentiré de esto, abrí la puerta.

—Nos vemos, Chloe. Recuerda no le cuentes a nadie de esto y menos a mi hermana—susurró a mis espaldas.


¿Decir qué? Sólo nos besamos...no es nada grave.

—Adiós, Harry—susurré.


Bajé las escaleras sin hacer mucho ruido afortunadamente al bajar la señora Styles no estaba. Abrí la puerta principal saliendo de la casa y cerrándola sin hacer algún crujido o ruido. El frío viento chocó contra mi cuerpo haciéndome temblar. Me quité el suéter de mi cintura para colocármelo. Bajé de las pequeñas escaleras llegando a la calle y comenzando a caminar hacia mi casa.


—Chloe Roxanne Maybeath. Puedes decirme ¿qué carajos es eso? Mas te vale que no sea un chupetón—gritó eufóricamente señalándome mi cuello. El jodido hermano de Bethany me dejó una marca, la cual al parecer si se veía.

 

Y, mierda. ¡Dijo mi nombre completo!


Pensé rápidamente inventando una excusa que pudiera ser creíble. Martha, mi mamá me miraba molesta mientras que no dejaba de mirar mi cuello. Mordí mi labio inferior al tener mi debate interior hasta que las palabras comenzaron a salir de mis labios.


—Fue en la práctica, mamá—hablé. Sus ojos avellanas divagaban de mi cuello a mis ojos una y otra vez—. Es un moretón, una compañera me go...


Me interrumpió.


—¿Qué compañera? —alzó su ceja castaña.

Tragué saliva.


—Suede—dije rápidamente, me hizo una seña de que prosiguiera—. Bien, estábamos ensayando en la cancha nuestra nueva rutina. Entonces, cuando Su alzó su brazo hacia mi lado chocó tan fuerte contra mi cuello causándome el moretón. Créeme mamá, no eres la única persona que me pregunto. Profesores también lo hicieron. Además...no me gusta tener un moretón en mi cuello a la vista de todos.

—Más te vale Chloe que me estés diciendo la verdad. Si no, no dejaría que vieras la luz del sol por lo menos un mes con sólo decirte que ni a la casa de Beth. Ahora súbete a tu habitación que ya es tarde.


Asentí alejándome de la cocina para subir a mi habitación. Lancé la mochila sin poner atención en donde cayó dirigiéndome a mi baño. Me observé en el espejo. Mis labios estaban ligeramente rojos casi nada, mis ojos bajaron hacia mi cuello haciendo que me acercara mucho más a este.


Joder.


Parecía un buen golpe. Estaba aproximadamente del tamaño de mi dedo pulgar y de tonalidades moradas y azules. Harry sí que sabía hacer chupetones. Y ahí es donde comencé a sentir culpable de nuevo. No puedo relacionarme con un hombre de veinticuatro años cuando yo sólo tengo quince años además es hermano de mi mejor amiga. ¿Pero qué estaba pensando? Lo que haré es olvidarme de lo que pasó y de lo que llegué a pensar. ¿Yo y Harry? Qué estúpida fui hace unas horas. Tomé mi cepillo y lo humedecí bajo el agua del grifo. Me siento tan sucia y pervertida. Negué con mi cabeza colocando pasta de dientes para comenzar a cepillarme los dientes.

Astray.Where stories live. Discover now