Capítulo 2.

65 7 0
                                    

La señora Styles llegó hacia la cocina.



-Oh, hola Chloe-me saludó sonriendo entrando más hacia la cocina y dejando unas bolsas con comida en la barra.

-B-buenas-hablé, pero mi voz salió ronca. Carraspee para luego hablar de nuevo-Buenas tardes, señora Styles.

-Al parecer ya conociste a mi hijo Harry. No te habíamos hablado de él porque vivía en Chicago pero decidió regresarse a Inglaterra y bien, aquí está-sonrió acercándose a Harry.

-Así es-hablé sonriendo ligeramente.

-Espero que se lleven bien ya que vienes muy seguido Chloe-sonrió.

-¿Viene seguido? -preguntó Harry mirando a Anne para luego mirarme a mí. Relamió sus labios haciéndome estremecer.

-Sí, es que ella y Beth van juntas en la secundaria. Ya sabes, mismo año, mismos horarios, mismas clases y eso-respondió para luego mirarme y sonreírme. Las ligeras arrugas en las orillas de sus ojos verde azulados se resaltaron.

-Bueno, entonces espero verla aquí seguido-Harry volvió a sonreír mientras me miraba.

-Señora Styles, si no le molesta tomaré un poco de agua para Bethany-la miré cambiando de tema mientras que ella se acercaba al almacén con una de las bolsas con las que llegó.

-Ay pero, ¿qué pregunta es esa? Toma lo que quieras, Chloe. Sabes que es tu casa-sonrió de nuevo sacando una lata de la bolsa para luego girarse.

-Gracias-dije. Miré a Harry y este me seguía observando. Inevitablemente me mordí mi labio inferior por los nervios que comenzaban a aparecer me giré para tomar el vaso, me acerqué a la barra sintiendo la profunda e intimidante mirada del castaño mientras que tomaba la jarra. La alcé un poco y derrame el agua en el vaso.



Harry empujó el vaso haciendo que el agua se derramara en mi blusa a propósito. Hijo de puta. La señora Styles no se dio cuenta. Harry sólo me observaba a mí y a mis pechos sin discreción alguna. Miré hacia abajo y el sostén se transparentaba.

Mierda.

Bien, no dejaré que me intimide. Alcé la mirada y le sonreí.


-Voy a subir, señora-hablé mirando a Harry.

-Sí, adelante Chloe-me respondió aún volteada acomodando cosas.

-Adiós-le susurré a Harry sonriendo.



Me dirigí a las escaleras para comenzar a subirlas. Me giré encontrándome con Harry, este se volteó mirando hacia abajo y maldiciendo. Sonreí. Esto será divertido.



-Dios, ¿qué te pasó? -me preguntó Bethany mientras bebía del agua.

-Se me cayó un poco mientras subía las escaleras.

-¿No quieres que te preste alguna blusa? -me preguntó dejando el vaso ya vacío.

-No, gracias Beth-sonreí acomodando la maqueta.

-Y...¿por qué tardaste tanto? -me preguntó alzando las cejas repetidamente.

-No pienses mal-hablé mirándola-. Me quedé platicando con tu mamá y me presentó a Harry.

-Demonios, yo quería hacerlo-maldijo-. Pero, bueno. Entonces, ¿no pasó nada?


¿Debía decirle? Creo que...no.



-No, nada de nada-sonreí.


Seguimos platicando. Me platicó un poco de Harry, cosas simples nada fuera de lo común. Hablamos de ella y Nicolás, me dijo que habían tenido sexo en su auto y que había estado jodidamente bueno. Así es Bethany. Además, no era su primera vez ya que ella ya no era virgen a sus dieciséis años. Mientras que yo...bueno yo aún sigo siéndolo. Terminamos la maqueta al fin. Creo que no nos quedo nada mal. Platicamos por una hora más hasta que ya eran las siete y debía irme.



-¿De verdad no te quieres quedar a dormir? -me preguntó aún acostada. Recogí mi mochila.

-Yo quisiera pero mi uniforme está en mi casa y no le he avisado a mi mamá ni nada de eso-la miré

-Sabes que tengo dos uniformes. Te puedo prestar uno.

-Mejor después, ¿sí? -sonreí. Puso los ojos en blanco para luego asentir-. Te veo en la escuela mañana, Beth.

-Te acompañaría hasta la puerta, Chloe pero n...



La interrumpí.



-Jamás lo haces, ni que fuera una tía que viene de visita-solté una risa-. Nos vemos-me acerqué a ella dándole un beso en la mejilla pero esta se giró dándome un corto beso en los labios. Volví a reír-. Adiós.

-Rezaré para que te encuentres a mi hermano-sonrió acomodándose sobre su almohada.


Caminé hacia la puerta.



-Dios te escuche-susurré

-¿Qué dijiste?

-Nada-le dije desde el pasillo


Caminé hacia las escaleras cuando sentí como un brazo me tomaba con fuerza.



-¿Qué mier...-me cubrieron la boca rápidamente. Me metieron a una habitación cerrando la puerta colocándome no colocándome no más bien azotándome a una pared. Me congelé cuando alcé la mirada y mis ojos azules hicieron contacto con unos verdes-¿Harry?

-Por supuesto que no, soy alguien más-me miró mientras hablaba con sarcasmo-. Mira, tenemos que hacer esto rápido porque Beth no tardará en checar si ya te fuiste-susurró con su voz ronca quitándome mi mochila.

¿Hacer qué?



Antes de preguntar sus labios estaban sobre los míos haciendo que me sorprendiera al instante. Me sujeto con fuerza de la cintura mientras que comenzaba a mover sus labios. Tardé en reaccionar pero después coloque mis brazos alrededor de su cuello atrayéndolo más hacia a mí siguiéndole su beso. Joder, besa demasiado bien. Su lengua caliente comenzó a hacer contacto con la mía mientras que sus manos pasaban por mi cintura y cadera. Quitó mis manos de su cuello para ponerlas a cada lado de mí. Dirigió ahora sus labios sobre mi cuello comenzando a dejar besos sobre este, mi piel se erizó cuando sentí que succionaba. Maldita sea, dejará marca. Cerré mis ojos al sentir las sensaciones que aparecían en distintas parte de mi cuerpo.



-Créeme que me pusiste jodidamente duro al ver tu blusa mojada resaltando tus jodidos pechos-susurró en mi odio depositando un beso a unos milímetros de este.


Suspiré sintiendo mi respiración agitada. Sus labios volvieron a hacer contacto con los míos, mordió mi labio inferior repetidamente haciendo que yo le hiciera lo mismo. Después, se alejó de mí. Mi respiración seguía igual mientras que mi corazón bombeaba demasiado fuerte. Sus labios estaban de color rojo haciendo que se viera más sexy de lo que ya era aunque recordé que lo que estaba haciendo estaba mal. Dios, por poco me dobla la edad, de estatura, de todo. ¿Qué carajos estoy haciendo?


Astray.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora