Astray.

Capítulo 6.

Harry se levantó. Ahora puse atención a lo que llevaba, simplemente unos jeans ajustados con unos zapatos cafés y una playera negra que le quedaba bastante bien, sus brazos marcados que tenían algunos tatuajes hacía que me costara un poco respirar. ¿Hace calor? Este sonrió divertido al notar que lo veía. Moví mi mirada incómoda. No, no, esto no puede pasar.

—Tú—señaló a Nicolás—. Vienes conmigo, ni creas que te dejaré con mi hermana en su habitación.

¡Si tan solo supieras Harry!

Nicolás se quejó acercándose a Bethany y dándole un corto beso para luego salir de la habitación. Harry me miró por última vez para después cerrar la puerta.

—Eres una hija de puta—susurré acercándome a ella—. ¿Por qué no me avisaste?

—Porque sabía que no ibas a querer si te decía y mucho más después de que me dijiste eso de Harry. ¿Qué diablos te pasa?

—No lo sé—confesé acostándome en la cama.

—Todo estará bien—me miró.

—Es que no, no quiero pasarme la vida escondiéndome porque me interesa un hombre de veinticinco.

—Veinticuatro—me corrigió. Puse los ojos en blanco—. Entonces sí te interesa.

—Hay algo en él que me atrae, parece como si fuera un jodido imán. Ayer que estuve con él por unos minutos me hizo ponerme nerviosa como nunca antes en mi vida había estado.

—Nicolás ya lo sospechó.

—¿De verdad? —la miré sorprendida.

—Sí, me lo dijo ayer. Dice que lo notó en la manera en que Harry te miró cuando se quedaron solos.

—¿Y qué dijo?

—Que no le ve nada de malo, dice que para el amor no hay edad.

—Eso no piensan todos. Además, ¿qué amor? Nada más nos hemos besado, dudo que pase más de eso. Él es mayor, piensa diferente y quiere otra cosa. 

—Entonces si solo son besos ¿de qué te preocupas?

—De que pase algo más o que me enamore como una idiota, tal vez ambas. 

—Bueno todo puede pasar.

—Lo sé—la miré sentándome.

—Pero por ahora, diviértete—sonrió sentándose—. Hoy iremos a la fiesta, tomaras unos tragos y si no pasa nada hoy con Harry, no te preocupes, con esa belleza que te cargas lograras conseguir a un chico.

—A uno de mi edad—susurré.

—Jesús, Chloe. Son sólo diez años. La vieja de Madonna estaba o está, no lo sé, de novia con uno de veintitantos y dejarme decirte que esta tiene los cincuenta. Ahora se nota la diferencia porque tú tienes quince y el veinticuatro ya después tú tendrás dieciocho y él veintisiete. Así no se ve tan mal.

—Bien, no hay que pensar en el futuro. Sólo si pasa algo me divertiré y si no, también. No me preocuparé más—sonreí.

—Esa es la Chloe que conozco—sonrío de la misma manera.

**

Me miré en el espejo por última vez. Siento que no soy yo, esto es tan jodidamente raro. Como Bethany no me avisó no traje ropa y ella me tuvo que prestar sus cosas. Ahora me encontraba con unos pantalones negros ajustados con un crop top de color gris metálico que dejaba al descubierto mis hombros, una chaqueta negra que llevaba abierta cubría estos, tenía unos zapatos un poco extraños que eran de tacón un poco tosco y el material era como de hule.

Me hice rulos en las puntas de mi cabello y a pesar de eso aún llegaba a la cintura. Bethany insistió como un millón de veces que ella me maquillara, tuve que aceptar aunque me sentía una conejilla de indias para un experimento. Finalmente terminé con un delineado en los ojos, mascara de pestañas y labial color rojo vino. No estuvo tan mal como pensé que sería.

Bethany estaba con una falda a la cintura y le llegaba por arriba de las rodillas pero las medias ayudaban. Tenía un crop top también pero de color rojo quemado y con unos tacones medianos de color negro. Estaba maquillada igual que yo solo que ella se planchó el cabello.

—Mierda, Roxanne. Te ves muy bien.

—Pero me siento extraña—fruncí ligeramente el ceño mirándome aún en el espejo.

Tocaron la puerta por lo que Bethany me miró alarmada pero cuando Nicolás entró nos relajamos.

—Tu mamá ya está dormida. Harry ya está bajando así que tengo que bajar por el...—se interrumpió así mismo observándonos—. Joder, Bethany.

—¿Qué?

—Haces que quiera quitarte toda esa ropa.

Oh no, que no empiecen.

—Aw, que lindo eres amor—sonrió Bethany acercándose a él y depositándole un beso en los labios.

—Bueno...—hablé incomoda mientras que ellos comenzaban a tragarse como de costumbre, Jesús, esto es raro—. Lamento interrumpirlos pero ya nos está esperando Harry.

—Bien—Nicolás se separó de Bethany abriendo su balcón.

—Oh, mi Romeo—canturreó Bethany riendo mientras que Nicolás comenzaba a bajar por el montón de plantas que estaban en forma de cascada para luego pasarse al gran árbol que estaba a menos de un metro.

—Vaya, hasta que bajas, imbécil—se quejó Harry desde abajo.

—Mierda.

Se escuchó una rama romperse seguido de un golpe. Harry comenzó a estallar en carcajadas. Nos acercamos al barandal del balcón y vimos a Nicolás tirado con una rama y hojas a su lado. Solté una gran risa al ver al novio de Bethany en esa situación. El rizado seguía carcajeándose mientras sólo observaba en lugar de ayudar. La pelinegra en cuestión de segundos comenzó a bajar por el árbol.

—¿Bethany? —le hablé dejando de reírme— Joder, ¿cómo puedes hacerlo tan rápido?

De un salto llegó al suelo acercándose a Nicolás.

—¿Estás bien?

Nicolás se quitó hojas de encima levantándose.

—Sí, bebé—la besó.

—No, no y no. Quita tus putas manos de mi hermana cuando esté presente—se quejó Harry.

Nicolás se quejó por lo bajo. Todos miraron hacia arriba.

—Tu turno—me dijo Harry sonriendo.

Suspiré acercándome a las plantas comenzando a colgarme para luego pasarme al árbol. Me sujeté fuertemente de una rama comenzando a bajar otras. Di un salto llegando al suelo. Noté como estaba vestido Harry. Una playera blanca y una chaqueta negra se encontraban en su torso seguido de unos pantalones negros ajustados con unos converse del mismo color. Lo único que le da luz a su aspecto es su playera y ese collar...

Tenía una cruz de plata que le colgaba hasta la mitad de su pecho. Al observar su pecho noté que ciertos tatuajes se observaban por la parte descubierta. Maldito, se veía bien.

—Bien, vámonos—sonrió Harry acercándose a su moto. 

Será una noche para contar.