ㅤ ㅤ ➥ 𝖫𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗅 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼
𝗌𝖾 𝗅𝗅𝖾𝗏𝗈́ 〔 🐾 〕
── ; Cuando los cachorros se vieron frente a lo que parecía ser el comienzo de sus problemas, ninguno supo manejarlo. Especialmente sin un humano q...
—Shhh, vengan, no hagan ruido —habló la ojirosa a los demás, caminando de puntillas por el pasillo. Eran aproximadamente las siete de la mañana, y aún había poca luz en el cuartel. Marshall, quien iba detrás de Skye portaba una cámara para documentar todo, y detrás le seguía Zuma con un pequeño pastel en sus manos.
—Ya está, ¿todos listos? —susurró, llegando a la puerta del cuarto de Rubble con una sonrisa divertida— A la cuenta de tres.
Uno, dos, y tres. Los tres chicos abrieron la puerta exclamando con sonrisas un "¡Feliz cumpleaños!" mientras Rubble despertaba, tallando sus ojos múltiples veces mientras sonreía aún somnoliento. Marshall no hacía el mejor trabajo como camarógrafo debido a sus manos temblorosas, pero sin embargo, era tierno e incluso le daba su toque.
En la grabación podía escucharse a los tres cantando alegremente la canción de feliz cumpleaños para su hermanito menor, mientras Skye tiraba algunas serpentinas que llevaba. Zuma le entregó el pastel, así para cuando acabó la canción gritaron y aplaudieron, mientras el menor no podía verse más feliz.
Un recuerdo hermoso, sin duda; se veían como una familia. Sin embargo, ese día Chase cometió uno de sus mayores errores. Uno que volvería aquel día uno de sus peores recuerdos.
Seattle, 13.03.2023.
Apagó el reproductor y sacó la cinta del mismo, regresándola rápidamente al baúl con las demás. Deseaba jamás haber faltado a ese cumpleaños.
Permanecía sentado enmedio de aquella sala con las manos cubriendo su rostro, los ojos llorosos y punzadas en el pecho, ¿por qué seguía doliendo tanto? Ya era un adulto, tenía su vida hecha y habían pasado años desde que aquella dicha familia dejó de existir. Ya debería haberlo superado. Pero la realidad era que, aún lo sentía como si hubiese sido ayer.
Dolía como el infierno pensar que pudo haber hecho mil cosas para evitar el colapso de quien en ese entonces fueron sus hermanos, pero prefirió ser egoísta. Y vaya que pagó caro por no pensar en las consecuencias de sus actos.
( . . . )
Salió de su departamento tras una ducha, reprimiendo una vez más la tormenta de sentimientos que le generaba recordar a aquellos chicos.
Chase Harker, siendo ahora un hombre adulto, dedicaba su vida completamente a servir a los demás. Siempre siendo un hombre justo y servicial, era bastante conocido entre las calles, incluso llegando a tener algunos grupos de chicas como sus admiradoras; realmente no le interesaba tener ninguna relación así que pasaba de largo aquello.
Jamás pensó que tras todo lo que pasó en Bahía Aventura podría disfrutar de su trabajo de nuevo, pero ahí estaba, comenzando otra jornada de patrullaje como general de policía junto a su indispensable licuado de fresa.
Recientemente había estado planeando su mudanza fuera de la ciudad en busca de aires nuevos, por lo que ese sería su último día en la comisaría local de Seattle. Y vaya que extrañaría la ciudad que lo acogió durante años, pero era momento de partir, necesitaba dar un cambio.
Lo que realmente no imaginó nuestro querido oficial fue que ese cambio pondría su vida entera de cabeza. ㅤ ㅤ
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