Capítulo 4.

10K 764 565
                                    



La vida como Paw Patrol nunca había sido fácil.

Mucho menos si eras la única chica en medio de un montón de caninos machos salvajes con autocontrol del tamaño de un guisante.

Skye, un nombre tan conocido y adorado en Bahía Aventura. Era la niña consentida del grupo y siempre lograba salirse con la suya, lamentablemente, lo que pasaba detrás de escenas era un infierno totalmente.

"Skye, no te metas". "Skye, deja que tus hermanos se encarguen". No esto, no lo otro, aunque fueran una familia la realidad era que, ella siempre se quedó atrás por ser hembra.
Aunque amara a sus hermanos, la habían rebajado sin querer. Y la sociedad a su alrededor la subestimó y rebajó sin descaro alguno.
Una, y otra, y otra vez.

—Hey, ¡Skye! ¿Tienes un momento para una entrevista? —un reportero se acercó extendiéndole un micrófono; el resto del equipo estaba siendo entrevistado también, así que se acercó al hombre con una tierna sonrisa.

—Claro que si —respondió en su inocencia.

Recién habían terminado una misión importante y estaban cansados, pero tenían que dar la cara al público. Por suerte Rocky no, ya que esa noche se quedó en el Paw Patroller.

—Dinos, Skye, ¿Qué se siente ser la única niña en el equipo? ¿Cómo es vivir con ellos?

—¡Skye! ¿Opiniones sobre el resto de chicos? —se acercó otra mujer con la misma intención— ¿A quien consideras el más atractivo?

Esto tiene que ser una broma, pensó.
Se limitó a sonreír forzosamente, pero no tenía una respuesta. Había escuchado al resto responder las preguntas de los reporteros anteriormente, y todas eran acerca de sus trabajos y las misiones, los hacían lucir como superhéroes.

¿Por qué a ella no le preguntaban sobre su trabajo en helicóptero? ¿O sobre sus rescates?

Y como si no pudiera empeorar, podía ver a unos cuantos más acercándose, haciendo el mismo tipo de preguntas. Quería enterrarse bajo tierra y jamás salir.

Esa noche, la cockapoo entendió que no importaba cuánto se esforzase, todos la seguirían rebajando a eso. Al hecho de que era una chica.






Brooklyn, New York. 11.03.2023
Cuatro años después del "incidente".


—¿Enserio soportabas todo eso? Ush, qué horrible —habló una perro salchicha que limpiaba la barra de café—. Debió ser un infierno pasar todo eso tú sola.

—Tenía que conformarme —suspiró—. Por más que los quise, recientemente me doy cuenta de que todo era una mierda. "No te quejes, son cosas de chicas" era algo que solía decir Chase.

—¿HAH? ¡Si los tuviera enfrente te juro que los patearía!

La chica rió, viendo la expresión furiosa de su amiga— Tranquilízate, Liberty. Han pasado años desde que no les veo, ya no les guardo rencor.

—¡Pero es imperdonable, Skye! De todos modos, nunca me dieron buenas vibras —se quejó haciendo muecas molestas mientras se colocaba su delantal—. Hombres tenían que ser.

—Que yo recuerde tú eras una super fan y estabas enamoradísima de...

—¡SILENCIO!

Fue interrimpida por su propio delantal estampado en su cara, el cual le había lanzado la contraria. Ambas estallaron en risas y tras uno que otro cotilleo más, se pusieron en marcha para abrir el local; era una cafetería simple y pequeña, pero ambas chicas se las arreglaban para sobrevivir de ello.

Skye se apresuró a voltear el pequeño cartel en la puerta que ahora decía "abierto", y volvió junto a Liberty para comenzar a preparar su jornada.

—¡Buenos días! —saludó fervorosa a los clientes que comenzaban a llegar.

—Hey, por cierto —le llamó su amiga mientras comenzaban a colocar donas en el calentador—. Sobre el chico misterioso de ayer. Lo volví a ver hoy, ¿No crees que pueda ser...?

La ojirosa se volteó, lanzándole una mirada que mandó a callar a la salchicha al instante.

—Basta, te dije que no. No es un tema del que me guste hablar y lo sabes, además, es ridículo, la gente no va por ahí resucitando, ¿Sabes? —contestó mientras seguía con su trabajo.

Pero su amiga no se iba a rendir—. Pero Skye... ¿Cómo estás tan segura de que no era él?

—Liberty, Ryder murió hace años —la miró a los ojos con determinación, y molestia a la vez—. Estuvimos noche tras noche buscando, durante años, hasta que no quedó ninguno de nosotros. Él no nos abandonaría sin ninguna explicación. Simplemente murió.

Por el tono en el que habló la más bajita, la castaña entendió que no debía insistir más. Sabía que cuando Skye se ponía así de seria lo mejor era parar. Probablemente aún era un tema delicado, y lo comprendía, por lo que meramente se maldijo para sus adentros y continuó a atender la caja registradora como siempre.

Era cierto que el tema de Ryder aún pesaba bastante, incluso para Liberty quien nunca fue realmente cercana a él. Skye le contó que tras la noche de su desaparición hicieron lo posible para buscarlo inclusive pidiéndole ayuda a otras unidades de cachorros de rescate, pero que el equipo se desmoronó inevitablemente.

Y ciertamente, eran sólo niños. Ninguno estaba listo para afrontar una pérdida así.

De todos modos ella había seguido buscando junto a Chase y Marshall, al menos eso le contó, hasta que algo sucedió entre ellos que hizo que Skye corriese del cuartel y buscase refugio en otro lado; ahí es donde entraba Liberty. Ella nunca supo que fue exactamente lo que hizo que la cockapoo huyera, puesto que la menor solía omitir esa parte, pero ya se había entrometido demasiado en su vida como para preguntar por aquello.

Y ahora ambas hacían su mejor esfuerzo para dejar el pasado atrás, trabajando en una cafetería de medio tiempo y yendo a aventuras juntas una que otra ocasión. Skye guardaba muchos secretos, no obstante Liberty aún así estaba feliz de tenerla allí, aunque tarde o temprano todo comenzaría a salir a flote.


( . . . )

El resto del día continuó con normalidad. Incluso si la tensión de aquella conversación tardó un poco en irse, pronto estarían de vuelta a sus payasadas y chistes mientras trataban de no morir haciendo una malteada de chocolate.
El tiempo pasó rápido y pronto llegó el anochecer; solían cerrar temprano, así que apenas se fue el último cliente pensaban dar por sentada la jornada e irse a cenar a casa.

Eso hasta que la campana de la puerta volvió a sonar inesperadamente. Skye suspiró con decepción al darse cuenta que aún no podrían irse, pero rápidamente sacudió su cabeza y repuso sus energías.

—Skye, ¿Ese no es...?

Liberty susurró en un tono bastante nervioso, como tratando de advertirle, pero su amiga estaba demasiado ocupada ordenando el dinero de la caja.

—¡Buenas noches! —saludó sonriente como de costumbre, sin embargo, al levantar la mirada aquella expresión se desvaneció por completo.

Reconoció aquella silueta peligrosamente familiar casi de inmediato y por poco el aire se esfumó de sus pulmones.

Su pulso se aceleró. Un estruendo nubló su cabeza al sentir una ola de adrenalina invadir su cuerpo completo, mientras comenzaban a lloverle malos recuerdos. Sintió una euforia que la dejó congelada y, en cuestión de segundos, su estómago se vió hecho un revoltijo de alegría y miedo a la vez.

Era él.





ㅤㅤ




ㅤㅤ





 
  
  
  
   

Lo que el tiempo se llevó  ──  ;   Paw Patrol.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu