Operación: ¡me gustas! - [Jian Yi x Zhan Zheng Xi]

Operación 1: ¿contacto visual?

Un experto en éste tema, definitivamente no era, ¡hasta consultó en wikihow!. Y eso, es algo que él nunca habría hecho. Pero, no pensó muy bien la idea, estaba cansado y eran casi las cuatro de la mañana cuando se le ocurrió, y todo sea por dormir.

El internet no le ayudó mucho, la mayoría de las páginas decían lo mismo, así que simplemente tomó ideas de las que más se repetían, y una de ellas era la mirada. Mantener contacto visual con alguien era algo que normalmente no hacía, le ponía incómodo ya que nunca sabía a qué ojo mirar y no podía mirar a los dos al mismo tiempo. Para su mala suerte, Jian Yi, siempre lo miraba fijamente cuando hablaban, no sólo a él, sino a todo el mundo; es por eso que siempre se daba cuenta cuando mentía. Mirarlo fijamente iba a ser todo un reto, estaba más que claro, pero tomaría el riesgo.

Jian Yi, hablaba algo sobre como ese tal hermano Qiu se comía su ramen cada vez que iba a su casa. Sentía la penetrante mirada de su mejor amigo, pero trataba de ignorarla y seguir con su dramática historia. Pero se ponía cada vez más nervioso, Zheng Xi seguía todos y cada uno de sus movimientos. No se podía mover con naturalidad así, hasta había comenzado a respirar de manera consiente. Rendido, cerró la boca para seguirle el juego y mirarlo fijamente, sin pestañear.

Xixi fue tomado por sorpresa. Dio un pequeño respingo, pero no apartó la mirada. Miraba el ojo izquierdo, luego el derecho y viceversa. ¿Siempre habían sido tan bonitos? Si, siempre, pero nunca lo notó. Su vista viajó unos segundo a sus labios, pero rápidamente la volvió a subir.

-Xixi -habló de repente aún sin pestañear-. ¿Tengo algo en la cara?

La pregunta lo tomó por sorpresa. ¿Qué respondería? ¿Se inventaría alguna excusa, o simplemente le diría que quería mirarlo?.

Su boca se abría y se cerraba, pero las palabras se quedaban atascadas en su garganta.

-Tienes un insecto en el cabello -dijo de manera rápida y torpe.

Genial. Su mente mezcló todas las excusas posibles y su boca pronunció esa oración.

En menos de un segundo, Jian Yi, comenzó a sacudir su pelo de manera desenfrenada, así como también a gritar que se lo quitara. La gente a su alrededor los miraban entre curiosos y algo con vergüenza ajena. Zheng Xi quería irse y dejarlo solo, pero él había provocado esa escandalosa escena.

Con la calma que lo caracteriza, tomó de los hombros al peliblanco, calmándolo. Con su mano derecha, fingió quitar el supuesto insecto. Todo, sin romper el contacto visual. Sus rostros estaban a tan sólo unos cinco centímetros de distancia, pero no se atrevió a reducirlo a cero.

Jian Yi se dejó caer dramáticamente en su pecho, mientras sollozaba y se limpiaba los mocos, ganándose un golpe en la cabeza por eso. Se incorporó, aún con su rostro extremadamente cerca y le sonrió tiernamente. El corazón de Zhan Zheng Xi, latía como si hubiera corrido una maratón, pero no, simplemente había estado parado en el mismo sitio por casi diez minutos.

-Salvaste mi vida, Xixi -exageró-. ¿Cómo puedo pagarle su generosidad?

Sus manos, que habían estado todo ese tiempo a sus lados, lentamente viajaron hacia las de Zheng Xi, tomándolas suavemente. Estaba mentalmente preparado para el rechazo, pero, contrario a su pensamiento, tiró de su mano izquierda hasta guiarlo a un puesto de comida callejera.

-Cómprame algo, tengo hambre -señaló el menú, aún sin soltar su mano-. No traje mi billetera -se encogió de hombros y afianzó el agarre de sus manos.

-Como usted quiera -su sonrisa se ensanchó aún más y procedió a elegir los alimentos favoritos de su amigo.

En ningún momento se soltaron de las manos, comieron, pasearon e incluso jugaron como cuando eran niños. El corazón de Jian Yi latía alegremente, no sospechaba absolutamente nada, él sólo disfrutaba el momento siendo feliz. Mientras que Zheng Xi era un caos total por dentro, juraba que estaba por agarrarle taquicardia, pero también era feliz.

Su plan no había salido según lo planeado, no lo miró mucho, pero estaba disfrutando de un agradable paseo sosteniendo su mano y de vez en cuando, dándole pequeñas caricias con su pulgar.

La operación 1 había salido estupendamente, pero seguía la 2 y no sabía cual sería.

¿Saldría como él quería, o Jian Yi con su espontaneidad cambiaría todo justo cómo hoy?