Operación 5: Invitación

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Dejó el celular en la mesa de noche. Internet no era de tanta utilidad como creía, todo era repetido y a él no se le daba bien improvisar. Sí, a veces lo hacía, pero era Jian Yi quien creaba el momento perfecto. Pero ahora que su celular ya no le daba las respuestas que quería, debía crear esos momentos el solo o directamente dar el siguiente paso y besar a su amigo. Pero, no se sentía mentalmente preparado, tenía miedo, ¿miedo a qué?. Ni él mismo lo sabía.

Podría simplemente ir y pedirle algún consejo a su madre o a su hermana, era seguro que ellas sabían de esas cursilerías. Sin embargo, a Zheng Xi le gustaba complicarse la vida, así que simplemente no lo hizo. Además, estaba la posibilidad de que le pregunten quién era la afortunada, y él, no sabe mentir, no si se trata de sus sentimientos. A su madre le daría un infarto al enterarse de que le gusta un chico, a Zi Qian, no le agradaría para nada que sea Jian Yi.

Dio mil vueltas en su cama pensado en que hacer el día siguiente. Tal vez podría gastar algo de dinero y pagarle el almuerzo, como en su cumpleaños, sólo que esta vez sin alguna excusa de por medio. Sólo estar ahí, viéndolo disfrutar de la comida emocionado como si de un niño se tratase. No necesitaba de un plan para poder deleitarse con la ternura del peliblanco, y con eso en mente, por fin pudo dormir.

En cuanto sonó su alarma, supo que sólo había dormido dos horas, y también supo que su humor no era el mejor ese día. Respiró hondo, debía tener el mejor carácter posible, o al menos mejorar un poco su expresión de “no me hables o te mato”. Cualquiera de las dos le funcionaría. Desayunó en silencio con la voz de su hermana en el fondo, realmente no quería escuchar a nadie, a menos que esa persona se llame Jian Yi.

Se despidió amablemente de su madre y partió hacia la escuela. Había guardado suficiente dinero para pagar la comida para ambos, obviamente sin que Zi Qian lo viera.

Para su sorpresa, no se sentía nervioso, invitar a alguien a comer no siempre era con tintes románticos, aunque éste claramente lo era. Se sentía extrañamente tranquilo, eso era nuevo, por lo que no sabía si asustarse o no. Creía que era la calma antes de la tormenta.

—Te la voy a chupar.

Dio un salto hacia atrás del susto. Jian Yi reía a carcajadas ante el enorme sonrojo de su mejor amigo. Hacía minutos que estaba llamándole sin recibir respuesta alguna, Xi estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó la presencia del otro.

Zheng Xi frunció el ceño con algo de enojo, odiaba que lo asustaran. Rápidamente le dio un golpe al peliblanco, con la esperanza de que así se le quitara un poco lo idiota. Inhaló y retuvo el aire por unos segundos. Iba a necesitar la paciencia de un monje ese día.

—No te hagas, Xixi. Yo se que te encantaría que lo hiciera —dijo sobando su cabeza adolorida por el golpe.

—No te hagas ilusiones —le sacó el dedo del medio y siguió su camino ignorándolo olímpicamente.

¡¿Cómo es que podía ser tan descarado?!. Trató de controlar su atontado corazón, así como también disipar el enorme sonrojo que adornaba su cara. Su mal humor había bajado considerablemente, pero aún estaba presente. Necesitaba mejorarlo, pero las bromas de Jian Yi definitivamente no le ayudaban en nada.

—¿Y si tu me la chupas? —le susurró al oído.

Y ahí estaba otra vez ese maldito descaro. Nuevamente le dio un golpe, pero con menos intensidad. La vergüenza no cabía dentro de su ser, podía jurar que hasta los dedos de los pies se le pusieron rojos. En serio que a veces no podía con el peliblanco, él realmente alteraba todo su sistema a su antojo, y lo peor, es que parecía disfrutarlo. Sonreía con inocencia, pero Xixi sabía perfectamente que esa sonrisa era la del mismísimo diablo.

—Xixi, no te enojes, ¿si?. Fue sólo una bromita inofensiva —no recibió respuesta—. ¡Ya sé! —Gritó de repente—. Te pagaré una comida a modo de disculpa.

—¡No! —gritó al ver que sus planes serían frustrados.

Jian Yi ladeó ligeramente la cabeza sin dejar de mirarlo. Era sumamente extraño que Zheng Xi no aceptara una comida gratis. Sin embargo, a pesar de lo mucho que quería inundar a su amigo con interrogantes, decidió que cuando estuviera listo, le diría lo que sea que le esté molestando.

—Está bien —levantó las manos en señal de rendición—. No era necesario que me gritaras —reprochó con un puchero y siguió su camino a la escuela.

—¡Espera! —Le alcanzó el paso—. No es lo que quise decir —negó. Yi lo miró expectante—. Lo que quise decir, es que… yo… tu… —balbuceó. Suspiró y se mantuvo en silencio unos segundos tratando de organizar sus ideas—. Yo… quería pagar la comida de hoy —miró cualquier cosa menos la cara de su mejor amigo.

—¿Quién eres y qué hiciste con mi Xixi? —Se alejó.

—Idiota —sonrió—. Después de la escuela siempre estás pagando la comida de ambos —se sonrojó por milésima vez—. También puedo hacerlo de vez en cuando —murmuró.

¿Jian Yi? Bueno, él murió de la ternura, hasta escuchaba los ángeles corear a su alrededor. Parpadeó un par de veces asegurándose de que había escuchado bien, incluso se pellizcó el brazo para asegurarse de que no estaba soñando.

—Oh —apenas pronunció—. En ese caso, acepto tu invitación —sonrió, alterando nuevamente el corazón de Xi.

El ojiceleste no respondió, pero no era necesario. 

El día escolar pasó sin problemas, claro, si le quitamos el hecho de que He Tian los molestó en el almuerzo. Pero quitando eso, fue un día tranquilo. Ambos esperaban con ansias que llegara la hora de salida. En cuanto sonó el timbre indicando el fin del día, salieron disparados hacia la salida, no querían que el pelinegro interfiriera en su cita. Al llegar a la reja que daba a su libertad, se toparon con su pesadilla, o bueno, así lo definía Jian Yi en su mente.

—Tienes que ir directo a casa —habló de manera directa al ver las intenciones del par.

—¡Hermano Qiu! —Protestó cual niño pequeño. Se le acercó para susurrarle al oído—. No puedes arruinarme esta increíble oportunidad. ¡Xixi pagará mi comida! —chilló emocionado.

Zhan Zheng Xi de verdad que no se lo podía creer. Ese tal hermano Qiu no sólo había arruinado su momento de estar a solas con el peliblanco, sino que se había sentado en medio de ambos con un plato que estaba seguro que podrían comer los tres sin problemas y lo peor, es que él debía pagar por todo eso. Ahora estaba seguro de que no volvería a invitar a comer a Yi por un largo rato.


🌸🌸🌸

Capítulo "largo" porque me tardé mucho en actualizar, pero la verdad es que en serio en internet no relevante acerca de confesarse, así que tuve que pensar en como escribir éste y los próximos capítulos, aún así acá está.

Espero que les guste.

Me despido, bye💖

Operación: ¡me gustas! - [Jian Yi x Zhan Zheng Xi]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ