Jian Yi

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JIAN YI

Es muy raro que Xixi salga así sin más del aula. Sé que es la hora del almuerzo y que probablemente tenga hambre, es lo lógico. Pero él siempre me espera para ir juntos, sin embargo hoy simplemente se levantó y salió despavorido, ni siquiera me dio tiempo a emitir palabra alguna.

No le di muchas vueltas al asunto, tal vez le urgía ir al baño. Con tranquilidad me incorporé de mi asiento y salí del aula en dirección a la cafetería. En el camino saludé a un par de compañeros, quienes me invitaron a jugar con ellos, pero rechacé todas sus ofertas. Mi estómago está rugiendo desde el inicio de clases, no pude desayunar correctamente y todo porque el hermano Qiu se comió todo lo que había preparado.

—¡Te estaba buscando! —sentí un enorme peso caer sobre mi pobre espalda.

—¿A mí? —pregunté mientras me lo sacaba de encima.

—No, al presidente —contestó con ironía—. ¿Pues a quién más, idiota?

—Púdrete, He Tian —le empujé y seguí camino—. Estás arruinando mi buen humor —sentí como pasaba su brazo por mis hombros. Lo miré un poco alarmado, estaba sonriendo, y no era esa sonrisa de “hoy el pelirrojo no me insultó”, sino de malicia, esa que tanto le caracteriza.

—Que pena —dramatizó—. Tenía noticias de Zheng Xi, pero viendo y considerando que no quieres escucharme, me iré —me soltó e intentó irse, pero lo detuve tomándolo del cuello de su camiseta.

—Ven aquí —lo atraje hacia mí nuevamente—. Dime lo que sabes —demandé.

Tian fingió pensar durante un rato. Es obvio que disfruta verme morir de la curiosidad y es que, todo lo relacionado con Xixi es de mi interés y este malnacido lo sabe de sobra. Maldita sea la hora en que le hablé de mis sentimientos.

—Quiere ponerte celoso, bueno, no se si a ti específicamente —explicó.

Es una maldita broma, se puede leer a kilómetros. La maldad de éste tipo no tiene límites, pero, ¿y si es verdad? Xixi ha estado actuando algo raro últimamente, desde el día uno en que comenzó su peculiar actitud me ilusioné pensando en que tal vez me corresponde. Pero estamos hablando de Zhang Zheng Xi, él nunca dice nada a menos de que se sienta realmente seguro de hacerlo, digamos que es todo un enigma. Me encanta.

—¿Cómo sabes eso? —Cuestioné.

—Vino desesperado por mi ayuda —volvió a sonreír—. Y como soy una excelente persona, le di instrucciones —me dio la espalda y comenzó a caminar en dirección contraria a la cafetería.

Dudo mucho de que eso haya pasado exactamente. Lo más probable es le haya preguntado de manera simple y concisa, como todo lo que hace. Incluso dudo en que le haya preguntado  directamente al mismísimo He Tian, Xixi no le tiene mucha confianza como para preguntarle cosas tan personales. Hasta siento que le podría preguntar al pelirrojo antes que a Tian y sólo porque es más probable que se tome más en serio estos temas, pero en fin, no me voy a quejar con ésta preciosa información.

—¡Espera! —lo alcancé y me posicioné en frente de él—. ¿Qué debería hacer?

El pelinegro volvió a fingir que pensaba en algo. Su maquiavélica mente debe estar maquinando algo de su calibre, nadie piensa tan malvadamente como él. Puto.

—Enfádate con él —aguardé en silencio esperando a que me dijera su verdadero plan, pero no. Simplemente se quedó mirándome como si me hubiera dicho lo mejor del mundo—. Es buena, ¿verdad?

—¿Y eso te funciona con el pelirrojo? —Traté de cuestionarlo con su debilidad, pero ensanchó su sonrisa con autosuficiencia. ¿Qué le hará a ese pobre chico?

Operación: ¡me gustas! - [Jian Yi x Zhan Zheng Xi]Where stories live. Discover now