Capítulo 32

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ALEXANDER RICHTER.

— ¿Qué haces despierto a esta hora?—inquiere Rose entrando en el gimnasio con su largo camisón y bata de satín color rosa.

—No puedo dormir—bajo de la caminadora para ayudarla a sentar en una de las bancas vacías.

—Estoy vieja, Alex, no lisiada—me riñe y su ceño se frunce cuando me acerco a ella.

—Pensé que todas las personas mayores se quedaban dormidas en donde se sentaban—me burlo.

—Niño insolente—jala mi oreja haciendo que me queje—Tu abuelo ronca tan fuerte que me sorprende que las vigas no se hayan caído.

No lo niego. Cuando venía para el gimnasio escuche un sonido demoníaca mutante que venía de la habitación que Rose y Christopher están usando.

— ¿Aun padeces de insomnio? O definitivamente te convertiste en un vampiro—inquiere clavando sus ojos claros en mí.

—El insomnio es parte de mí, Rose.

Son muy pocas la veces que duermo plácidamente. A veces tengo tantas cosas para pensar que me es imposible conciliar el tan anhelado sueño o simplemente, el sueño nunca aparece. Es frustrante, he considerado volver a tomar los medicamentos que me fueron recetados, sin embargo, de alguna manera, esas pastillas logran que mi humor pase de ser malo a pésimo.

—Deja de presionarte tanto, cariño. Aun eres joven Alex, disfruta de la vida, sal a caminar, escala montañas, visita lugares de tu agrado, conoce personas nuevas, culturas distintas. Mira que ahora tiene una acompañante de aventuras que se arriesgaría a recorrer el mundo junto a ti y estaría dispuesta a ver pasar el tiempo contigo.

Acompañante de aventuras. Lo que dice sobre Adara es cierto, me ha demostrado que es una fiel aliada en esta farsa, sin embargo, no podría pedirle que recorriera el mundo junto a mí, seria egoísta de mi parte cuando lo único que nos une es un jodido contrato. A veces considero decirle lo que realmente siento, no estoy diciendo que estoy enamorado de ella, o por lo menos, no aun, lo que siento es tan complejo y difícil de explicar que me frustra, me frustra sentir esto, me frustra no saber cómo controlarme, me frustra todo respecto a este sentimiento extraño para mi.

—Estoy seguro de que lo haría—una sonrisa involuntaria se forma en mis labios y trato de disimularla bebiendo un poco de agua.

—Sus hijos serán preciosos.

Escupo el agua a un lado al escucha semejante barbaridad.

— ¿Por qué te espantas? Es normal que después del matrimonio quieran tener hijos y formar su propia familia.

¡Mierda!

Esta señora ya tiene planificado mi futuro: niños corriendo por el jardín seguidos de un cachorro, Adara sentada en la orilla de la piscina vigilándolos gomo una mama oso y yo llevándoles algo...Un momento ¡Rose no ha dicho eso! Definitivamente estoy enloqueciendo de la peor manera.

—Todo a su tiempo—trago grueso ante el flashback que mi mente ha maquinado.

—Es extraño que tú digas eso. Eres muy meticuloso respecto a los planes a corto y largo plazo. Dime la verdad, cariño ¿Estas padeciendo de una enfermedad grave?

Eso mismo me pregunto yo.

—No es nada Rose pero creo que yo soy la persona menos indicada para formar una familia—mi vista se clava en las bonitas flores blancas que se agitan por la brisa de la madrugada a través de la ventana —Vengo de un hogar roto, mi padre engañaba a mi madre mientras ella hacia todo lo posible para que nos sintiéramos a gusto. No sabría como tratar a un niño, no tengo experiencia dando o recibiendo amor. Definitivamente lo echaría a perder y eso es lo que no quiero, arruinarle la vida a un niño que tendría, si se da el caso, la mala suerte de tenerme como padre.

LIMERENCIA.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن