Donde la belleza de Chuuya es innegable, y Dazai debe soportar que otros lo miren por ser la estrella principal de la empresa de modelaje y fotografía más famosa de la industria.
Atte: La Trenza De Draken.
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El hombre más famoso y adinerado del momento era Dazai Osamu; CEO de la agencia de modelaje y fotografía que tenía su propia marca de ropa muy popular llamada Parca.
Sin duda ser heredero de un gran imperio a sus 26 años no lo liberaba de formar parte de polémicas y otra clase de situaciones vergonzosas en las qué se vió envuelto en los últimos cuatro años.
Tenía aclamados modelos y celebridades trabajando constantemente para su próxima innovación ; una revista que llevaría por nombre "City Cherry" dónde se hablaría de chismes y moda.
Dos cosas muy poderosas según Dazai.
Pero había un rumor...
Se decía que el CEO había obtenido todo eso a base de sobornos y amenazas. Qué su padre le había hecho un gran favor dejándole todo en bandeja de plata, y que su único logro en la vida era haber nacido entre tanto éxito.
Muchos decían que debido a eso había dejado a grandes emprendedores en la ruina. Qué había robado tantas ideas que no se sabía cuál era suya y cuál no. Sin embargo, Osamu Dazai nunca se tomó el tiempo por desmentir aquello sobre su persona, pues decía que cada rumor en la boca de esos chismosos era una moneda más a su bolsillo, y no le molestaba en absoluto...
Los reporteros siempre estaban en la puerta de la agencia esperando por su llegada para bombardearlo de preguntas, y sin duda, esa mañana no había sido la excepción.
Habían llegado al edificio con el nombre de la agencia en enormes letras, y sus guardaespaldas caminaban a su alrededor evitando que las personas se le acercarán de más hasta llegar a la puerta, donde al entrar cerraban con seguridad. Dazai suspiró cuando al fin estuvo en medio del lobby, esa era una rutina a la que nunca se podría acostumbrar.
En cuestión de segundo escuchó unos pasos apresurados acercándose con un "tac, tac" en la madera artificial de la recepción. Akutagawa lo llamó desde el primer segundo en que puso un pie dentro de la agencia. Se notaba que no estaba para nada feliz.
-Buenos días Aku-
Ni siquiera lo dejo terminar, cuando un montón de quejas interrumpieron al CEO, porque al parecer, Atsushi, su nuevo fotógrafo asignado estaba llegando tarde y le causaba molestia dado que Akutagawa siempre era puntual para sus sesiones de fotografía.
-Dale unos días, apenas fue contratado ayer.
-¡Yo no tengo por qué soportar nada de eso! Debería ser más responsable.
Justo al momento en que Dazai abrió la boca para decirle que debía ser más paciente con los empleados nuevos, un cansado chico de cabellos blancos entró corriendo, apoyando sus manos en sus rodillas para descansar unos segundos. -Aaah~ ¡Por fin! -jadeó.
-¡Mira! Aquí está tu nuevo fotógrafo. -anunció palmeando el hombro del chico peliblanco. -¡Asunto arreglado, nos vemos!
Akutagawa le dio una mirada desaprobatoria a su jefe que se fue casi corriendo de manera infantil a picotear los botones del elevador para evitar aquella situación. Suspiró resignado dándole una indicación al chico para que lo siguiera. No le quedaba de otra.
