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...

Los sonidos de la cuidad durante la noche eran como una melodía ruidosa y molesta, pero era precisamente durante esas horas de poca luz qué podían caminar más tranquilos por las calles sin temor a ser reconocidos.

Chuuya jugueteaba con los cordones de su suéter, la capucha estaba sobre su cabeza ocultando parte de su cabello y disfrutaba de la calidez en su cuerpo gracias a la suave tela. Kouyou caminaba a su lado con un abrigo blanco demasiado largo que iba desabrochando y sus manos escondidas en los bolsillos.

Acababan de salir de la agencia, ambos completamente agotados. Chuuya estuvo modelando incontables poses para la portada piloto de la revista y la diseñadora pasó la mayor parte del tiempo en juntas de trabajo que Dazai solicitaba cada cinco minutos. Parecía que últimamente el CEO estaba cada vez más desesperado por lanzar la revista, y a ese ritmo, todo lo que estaba previsto a pasar en el transcurso de largos meses, no tardaría ni una semana en ser oficial para todo el país.

—Luego de la revista deberías tomar unas largas vacaciones. —sugirió ella. —No creo que Dazai te diga que no.

—Estaría demasiado aburrido.

—Podrías venir a mi casa de vez en cuando y tomar vino.

—Me encantaría. —dijo sonriendo a la mujer pelirroja.

Ella se mordió el labio mirando en otra dirección sin dejar de caminar. No sabía como abordar el tema que le había estado preocupando tanto. Le causaba horror escuchar los chismes en la agencia que últimamente estaban por todos lados, en especial cuando se trataban sobre su pequeño hermano.

—¿Todo bien con Dazai? —preguntó de pronto, causando en Chuuya una mirada incrédula. Su hermana mayor nunca preguntaba sobre esas cosas porque tenía claro que Dazai no era de su agrado.

—Por supuesto. —asintió, pero la mirada de Kouyou le decía que esa no era la respuesta que buscaba. —¿Por qué? ¿Ahora qué hizo?

—No, no, no hizo nada. —se apresuró a decir. —Es solo que... En la agencia hay muchas habladurías, ya sabes, lo que siempre pasa...

Chuuya no respondió. Su mirada se mantuvo en el camino y la pelirroja se dio por vencida, tenía que decirlo de una vez tal y como fuera. —Por favor no hagas caso a lo que sea que puedas escuchar, simplemente son celos de la gente.

No hacia falta decir más. Nakahara entendía que se refería a los rumores entre los otros modelos de la agencia. —Lo sé, no te preocupes, estoy bien.

—De acuerdo... —aceptó dudosa. Sus pies se detuvieron al llegar a la parte trasera de un gran edificio donde la diseñadora vivía, pero antes de entrar por la puerta de servicio, se dio la vuelta mirando al pelirrojo. —Cariño, puedes contarme lo que sea si lo necesitas.

Chuuya asintió feliz. —Claro que si Ane-San.

Kouyou se despidió por último, agitando la mano luego de que el modelo la acompañara a casa. El pelirrojo metió ambas manos en sus bolsillos caminando con calma hacia su propio departamento que quedaba a unas cuantas calles en dirección opuesta.

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⏰ Última actualización: Feb 09 ⏰

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CEO Dazai || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora