Capítulo 50: ¡Desierto de Cristales, el ataque definitivo!

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¡Aquí me presento con otro nuevo capítulo!

Ya publiqué el borrador de Esdeath x Naruto, lo comento por si alguno les interesaría leerlo.

Volviendo al tema principal, para ser sincero no tengo nada que deba aclarar, así que simplemente espero que disfruten esta lectura.

¡Comencemos!

Claridad no supo exactamente que sucedió. Solo sabía que alguien le había golpeado con una fuerza bastante abrumadora, y que de pronto se encontró estrellada en el suelo.

La Diosa Primordial se levantó lentamente mientras escupía una pequeña cantidad de sangre dorada hacia un costado.

Apenas le habían lastimado, pero la lastimaron.

Un logro que ni siquiera su hermano hubiera conseguido si es que accedía a su forma divina.

Solo había una persona que podía lograr hacerle daño en estos momentos.

Su mirada se fijó inquisitivamente en ese cabello blanco que se arremolinaba por el viento. Su expresión pasiva aun continuaba en su rostro, mientras veía como ese muchacho y la Diosa se posaban al lado de un moribundo Apollo.

"No eres de los que llegan a tiempo, ¿no es así?" Apollo se intentó burlar de Bell, solo para escupir una gran cantidad de sangre dorada.

"Sabes que eso no es mi culpa." Bell intentó seguir la broma del Dios, pero falló rotundamente ya que su mirada permanecía impasible mientras miraba de reojo como Artemisa lucia completamente frustrada ante la situación actual.

"Je, supongo que tienes razón..." Los ojos del Dios lentamente perdían su brillo, hasta el punto de estar casi apagados. "Supongo que no es justo lo que voy a decir, pero ahora eres el Rey del Olimpo y sabes tan bien como yo que de alguna forma todos dependemos de ti. Es frustrante el no poder ayudar como deberíamos, y me es aun más frustrante decirte esto..." Apollo no pudo evitar bajar su mirada con gran frustración, para luego entregarle una pequeña sonrisa mientras tomaba la mano de Artemisa. "Está todo en tus manos, hermano..."

El Dios cerró lentamente sus ojos, haciendo que Artemisa cerrara sus ojos con gran pesar mientras se aferraba a su mano con aun más fuerza.

Bell permaneció sin una muestra de emociones ante toda la conversación, pero la realidad era completamente diferente.

Este no era el momento para llorar.

Artemisa también parecía entenderlo, por lo que dejó que la cabeza de Apollo se recostara en el suelo. Ella no pudo evitar sonreír débilmente al ver como la sonrisa aún seguía vigente en el rostro del Dios.

"Por ti, y por todos los demás que cayeron en esta guerra..." Bell apretó fuertemente sus puños, poniéndose de pie para enfrentar a la Diosa Primordial que se encontraba mirándolo a varios metros.

"¡Juro que sus muertes no serán en vano!"

CAPÍTULO 50: ¡DESIERTO DE CRISTALES, EL ATAQUE DEFINITIVO!

"Quédense atrás." Ordenó Bell, para luego dar un gran salto para posarse frente a Claridad.

"No es que pudiera moverme mucho de todos modos..." Atlas no pudo evitar quejarse por lo bajo mientras se tomaba un hombro con dolor.

Claridad permaneció cruzada de brazos. Su mirada pasiva y su sonrisa terrorífica seguían vigentes en su rostro.

"Me ahorraste el trabajo de tener que ir a buscarte." Comentaría la Diosa Primordial, colocando ambas manos en su cadera. "Por si no lo sabes, la propuesta aún está vigente."

Bell Cranel y los Olímpicos: La Profecía del Oráculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora