El video

3.5K 204 11
                                    

Prólogo: Pierce te secuestra y le envía un video a Bucky.

Word count: 1227
Advertencia: ⚠️abuso sexual y secuestro⚠️
Liss900

Ya llevabas al menos tres días desaparecida y Bucky estaba perdiendo la cabeza. Nadie podía localizarte y no tenían ningún indicio de dónde podrías estar. Eso, hasta que llegó un video al teléfono del Sargento.

Bucky prefirió verlo solo primero para ver de qué se trataba, y fue ahí donde vio a Pierce abusando de ti para darle un castigo por haberse escapado de Hydra.

Por obvias razones, nadie más vio lo vio y le pidieron a JARVIS que rastreara la ubicación de donde se había enviado, lo cual no sirvió ya que sabían qué hacer para esconder su localización.

Un mes después, hayaron indicios de ti en una base así que fueron a investigar. Pietro la recorrió él solo a toda velocidad, y te encontró casi desmayada en una celda, así que te hizo ver que no iba a lastimarte, y luego te tomó en sus brazos y corrió de vuelta al Quinjet para llevarte al hospital.

Bucky quería quedarse y asesinar a Pierce, pero Steve le convenció de que mejor te acompañara, y Tony le prometió hacerse cargo de él. Al fin y al cabo, eras casi que una hija para el billonario, y haría cualquier cosa por ti y tu bienestar.

Te ingresaron a cirugía y cuando saliste y por fin despertaste, aún estabas asustada por lo ocurrido y apenas dejabas que Bucky se te acercara. Realmente en el único que confiabas era en Pietro ya que él te había encontrado, además de que era tu mejor amigo.

Les tomó bastante tiempo a todos el poder volver a acercarse a ti como Pietro podía, y eso a Bucky le dolía. Aunque entendía tu desconfianza y sufrimiento.

Cuando por fin aceptaste volver al departamento que compartían, Bucky prefirió dormir en el sofá en la sala de estar y dejarte la habitación a ti hasta que estuvieras cómoda como para dormir con él.

—————

Era de madrugada, y Bucky no hacía mucho tiempo que se había dormido, cuando sintió la presencia de alguien detrás de él.

Mientras tanto, tu estabas debatiendo internamente de sí despertarlo o no. Pero finalmente decidiste volver al dormitorio, caminando por el pasillo cuando su voz te hizo detenerte a mitad de camino.

–¿Muñeca? ¿Estás bien?–Preguntó sentándose en el sofá, la manta tapándolo de la cintura hacia abajo, su pecho quedando descubierto al estar sin playera y su cadena militar colgando de su cuello.

–S-si, no te preocupes... y-yo... l-lo siento, n-no debí venir, no quería despertarte, perdón...–Tú voz era temblorosa como si hubieses estado llorando, y tus manos temblaban de una forma brusca.

–¿Estás segura de que te encuentras bien? Mira como estás... ¿pasó algo?–Se levantó y caminó hacia ti, pero se detuvo a un metro de donde estabas para no incomodarte.

–S-solo una tonta pesadilla, no es nada realmente... l-lo mejor es que vuelvas a dormir otra vez, lo siento.–Le ofreciste una pequeña sonrisa, volviendo a darte vuelta para caminar hacia la habitación.

Bucky ya estaba harto de la situación. Todas las noches podía escuchar como tu respiración se aceleraba y los latidos de tu corazón eran cada vez más rápidos. Él sabía que tenías pesadillas, pero no se atrevía a ir porque le daba miedo asustarte o incomodarte. Deseaba con toda su alma poder abrazarte y besarte, pero no podía hasta que tú estuvieras cómoda de acercarte nuevamente.

Pero en ese momento no lo pensó dos veces cuando te abrazó por la espalda con fuerza.

Al sentirlo, te quedaste helada en tu lugar, sin saber qué hacer. Por un momento tu mente volvió a aquellos oscuros días en los que Pierce o sus agentes iban a tu celda. Pero una vez volviste a la realidad al sentir un brazo frío y el otro no, te diste cuenta de que no estabas ahí.

Poco a poco comenzaste a llorar desconsolada, tus piernas dándose por vencidas y sin poder sujetar más tu peso.

Bucky te sujetó y te dio la vuelta para tomarte en sus brazos, pasando tus piernas por su cintura y caminando hacia el sofá para recostarse y dejar su cabeza en el apoyabrazo, mientras que los tapaba a ambos.

Escondiste tu rostro en su cuello y lo abrazaste con fuerza, sintiendo su cercanía y su calor, mientras él acariciaba tu espalda y dejaba besos en tú cabeza.

–Tranquila, muñeca... somos solo tú y yo, como siempre. Respira conmigo. Inhala... exhala... eso es...–Susurró intentando ayudarte, a la vez que hacías lo que te pedía.

Pasaron un par de minutos así hasta que ya estuviste más calmada, aunque no te moviste de tu posición. Solo volteaste un poco la cabeza y la dejaste apoyada un poco más abajo de su cuello, mientras jugabas con sus medallas que colgaban de su cadena y él simplemente seguía acariciándote con mucho cuidado.

–¿Quieres hablar, o prefieres que no?–Te preguntó con suavidad.

–No fue una pesadilla, fue un recuerdo... de cuando te envió aquel video...–Murmuraste sin moverte de donde estabas.–Él me dijo que nos grabaría y te lo enviaría a ti...–

Bucky soltó un pesado suspiro y tragó el nudo que se le hizo en la garganta.

Otros minutos pasaron mientras Bucky intentaba calmarse y no romper en llanto ahí contigo, hasta que habló por fin.

–¿Quieres volver a la habitación a dormir o—

–¿Puedo dormir aquí contigo? Así me siento más segura que estando sola...–Susurraste apoyándote en tu brazo para levantarte un poco y verle a los ojos, sus rostros quedando no más lejos que un par de centímetros del otro.

Bucky te ofreció una sonrisa sincera y tierna, junto con un brillo en sus ojos.

–Por supuesto que puedes, muñeca. No tienes ni si quiera que preguntar.–Pasó un mechón de tu cabello tras tu oreja y luego secó las lágrimas que aún estaban en tus mejillas.

Le quedaste viendo por un par de segundos, para después bajar la vista a sus labios e inclinarte lenta y dudosa hacia él.

Bucky se quedó inmóvil observando tus movimientos, sin querer apresurar nada. Pero al momento en que sus labios hicieron contacto, no puedo evitar devolver el beso y llevar su mano a tu mejilla, la otra quedando quieta en tu cintura.

No fue un beso largo ni tan apasionado como los que solían compartir antes, pero realmente no lo cambiarían por nada del mundo.

Una vez te alejaste un poco, abriste los ojos y te encontraste con que él ya te estaba mirando con una gran sonrisa en los labios y lágrimas amenazando con salir.

–L-lo siento... c-creí que sería correcto hacer... lamento haberte incomodado...–Le dijiste claramente preocupada e incluso algo asustada, comenzando a ponerte de pie.

–No, muñeca... me encantó.–Te sujetó y te volvió a recostar encima de él con una gran sonrisa, dejando un largo beso en tu cabeza.–Extrañaba esto.

–Yo también.–Soltaste el aire que estabas aguantando, volviendo a acomodarte para dormir.–Te amo, James... gracias por ser paciente conmigo.

–Yo también te amo, muñeca... no hay nada que no haría por ti...–Susurró abrazándote con fuerza pero sin apretarte tanto, cerrando sus ojos mientras unas lágrimas corrían por su rostro, a la vez que la sonrisa se mantenía.

Bucky Barnes OneShots e ImaginasWhere stories live. Discover now