#1;; Pisando fuerte y avanzando.

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Escapando

Hacía frío, mucho frío. Pero el enojo y la rabia quemaron cada lágrima.

Pisando fuerte y avanzando a quién sabe dónde, pero lejos, muy lejos de su ahora, odiado hogar.

Este pobre chico de cabello rojizo solo tenía una idea flotando en su deteriorada mente, irse de ese lugar, desaparecer lo más pronto que fuera posible y no tener que volver jamás. Lo odiaba, odiaba su hogar y todo lo que ahora representaba en ese momento, de ser una linda casa tranquila paso a ser un caos, otra vez.

Harto y cansado de no poder dormir en paz, tener que abrir los ojos cada mañana y en vez de oír el cantar de los pájaros, terminar soportando otra canción.
Le hizo recordar el infierno que paso antes por culpa de cierta persona. Pero ahora era mucho peor, el solo caminar por la casa le provocaba temor, ansiedad, desagrado. Así lo soporto por días, hasta que finalmente se cansó.

Había tomado muchas decisiones en su vida, pero la de esa fría noche, era todo.

Esperando que la noche cayera, haciendo el tonto por el patio hasta que todos se fueran a dormir, sigilosamente se levantó y con cuidado tomo lo que pudo, una pequeña mochila carmín, ropa, zapatos, algo de dinero y sin siquiera mirar atrás, se marchó, cerrando la puerta sin ser interrumpido al final, por nadie.

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La oscura calle se sentía fría, no había ni un alma merodeando por ahí.
¿A donde iría? ¿En qué lugar viviría?
Una opción llegó a su mente, ¿Que tal volver a ClayHill?
Justo ahí donde había hecho varios amigos, las personas eran amables, tal vez también habitaban objetos parlantes pero por lo menos, no te gritaban a la cara y te decían hasta de lo que te ibas a morir.

"Volveré a ClayHill, si, justo ahí donde fui tan feliz con mis..."

Se detuvo en seco. Fría ventisca paso por su nuca, revoloteando su cabello y con ello, sus pensamientos.

"...Amigos"

Ni siquiera le había pasado por su mente antes de salir, ¿Que hay de sus amigos?
Duck Guy, Yellow Guy, se quedarían desolados en ese lugar sin un determinado tiempo, atrapados con esos maestros y... Ella.
Las preguntas obvias azotaron su mente¿Estarían bien? ¿Sobrevivirán? ¿Estaba bien dejarlos así nada más?
Sacudió la cabeza, no había vuelta atrás, estaba por avanzar pero, sus pies no respondieron, y se quebró, justo ahí.

Se dio cuenta de lo cobarde que era, recordó como los había abandonado anteriormente por la misma razón, el no soportarlo más y dejarlo atrás, pero esa vez regreso y enfrento las cosas salvándose a él y a los otros dos. Más ahora no se sentía capaz.

La culpa le invadió, no solo eso, la tristeza, es cierto que peleaban por todo y a veces llegaban a golpearse, sin embargo se querían, se apreciaban, se cuidaban y no dudaban en defenderse.
Duck Guy era mayor que él y el pequeño Yellow solo un niño, pero, siempre se sintió con la responsabilidad de cuidar de los dos, ayudarlos a no perderse en la locura.
Incluso se dio el valor de regresar a su antiguo y aburrido trabajo para poder darles todo lo que necesitaran, para que ni una migaja les faltará.
Solo le hizo sentirse peor, su Duck Guy tenía que buscar un trabajo para cuidar del infante, ¿Él con quién se quedaría? No podía permanecer solo a peligro de todos esos monstruos, exponiéndose a morir sin más. La inseguridad de todo no tardó en llegar.
Pero el peso se hizo más fuerte al recordar, que ni una carta de adiós les dejo.

No podía hacer memoria de cuánto tiempo exacto llevaban viviendo juntos, solo que desde entonces todos sus esquemas se movieron y su mundo gris cambio, es tan literal como suena.

Se encariño demasiado rápido con los dos. las risas, enojos y tristezas que pasaron estaban por desvanecerse y ya, no quedaría nada, ni una pizca de algo.

Bajo la cabeza, de repente la presión en su pecho se hizo tan grande para soportar, este mismo subió recorriendo su garganta formándole un nudo apretado, el viento se intensificó. Y las lágrimas se deslizaron.

Había perdido a sus amigos, dandose cuenta del valor de estos, al ya estar rumbo a quién sabe dónde.

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"Es muy pronto para rendirse"

¿Lo era? ¡Si! Lo era.
No podía perderlos de así como así y reencontrarlos cuando estuvieran muertos de nuevo, no como aquella vez.
Apretó los dientes, levantó la cabeza y de un solo 'tiron' se limpio las lágrimas.
Arranco de nuevo, pisando fuerte y avanzando de vuelta a la casa rosa.

Ya no importo nada, ni cuan fuerte soplará el viento o a que maestro tuviera que enfrentar, buscaría a sus amigos, los sacaría de ese infierno, a los tres.
Corría tan rápido como podía, en varias ocasiones estuvo por resbalar, más no paro ni un solo minuto. Debía darse prisa, el sol estaba dando sus primeros rayos y el quería procurar llegar antes de que cualquiera de los otros dos despertara.

Su respiración agitada le estaba obligando a frenar, pero para su suerte a lo lejos diviso la hermosa casa rosada, tal y como siempre estaba.
No se detuvo hasta por fin estar frente a la puerta de roble, abrió con fuerza y aún sin querer descansar, lanzo la mochila a cualquier lado y subió corriendo las escaleras a la habitación que compartia con sus compañeros.
Apenas llego a la puerta y sin pensar, abrió de forma descuidada.

Busco con la mirada a la primer cama, la del pequeño infante, y... Él no estaba ahí.
El pelirrojo temió lo peor, que ya se hubiera despertado y no lo hubiese visto ahí, conociendo al niño, era muy capaz de salir a buscarlo por toda la cuidad.
Pero justo cuando sus pensamientos intrusivos le jugaban un mal rato, miro hacia el otro lado de la habitación, a la cama del peli verde.
Para su alivio -y que bien pues estaba apunto de darle un infarto-, el niño yacía dormitando en la misma cama que el mayor, más bien, encima de su espalda, Duck Guy estaba dormido boca abajo y encima de él estaba el pequeño durmiente.

Red Guy soltó un suspiro, se tomó un momento para recuperar el aliento, ya más tranquilo avanzo hacia la cama donde los dos estaban, viendo la hora que era (6:20 am) decidió que quería dormir también y después, le diría a sus amigos la verdad sobre su intento de fuga.
Quitándose la bufanda, el gorro y los zapatos, se desplomó, a un lado de Duck Guy, este se removió un poco más no despertó. De nuevo, el pelirrojo soltó un pequeño suspiro, observó por unos momentos la tranquilidad que abundaba en la habitación, la calma que sus amigos emanaban, esto mismo lo contagio de inmediato, y por fin, el sentimiento que tanto buscaba lo lleno, no necesitaba más, más que a ellos dos.

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Créditos de la imagen inicial:

@painujida (Twitter)

Hola, sé que no te interesa leer esto pero es importante, lo resumiré.

Serán one-shots cortos de unas 1000 a 2000 palabras, de diferentes temas y enfoques a lo aterrador, pero también habrán cosas tranquis, relajadas y por supuesto lo que a muchos (incluyéndome) les gustan, los shipps.

Mis actualizaciones son un poco lentas debido a que trabajo y estudio, solo pido un poco de paciencia.
Es todo, si tienes algún tema, teoría, idea o shipp, que recomendarme para hacer un One-Shot lo recibiré con mucho gusto, adiós.

📆 Las Cartas No Cambian. One-Shots, Don't Hug Me I'm Scared 📆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora