📆 Las Cartas No Cambian. One-Shots, Don't Hug Me I'm Scared 📆

#6;; Las teclas y el tablero, 1920.

1920

Las teclas del piano tiemblan con fuerza, al choque de los dedos contra su firmeza.
Los peones del tablero caen cuando los caballos y torres llegan a atacar.
Pero la pianista sigue tocando y el rey continúa apostando.

Y por más que los gritos desgarren las paredes, ambos proveedores de pesadillas no se detienen.

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Soledad.

En la soledad y oscuridad yacía una mujer de nombre Leslie. Con amplias manos que tocaban el piano. Repitiendo una y otra vez los acordes, a su vez tocando los mismos y así, formando una clásica armonía.

-Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do...

Su voz baja y tranquila provocaba un eco por el desolado cuarto, dónde solo estaba ella, su piano y una maqueta.

-Re mayor.

Tocando la tecla y emitiendo sonido, la mujer prepara su melodía.

-Sol menor.

El lugar dejaba sentir una extraño sentimiento de melancolía, la luz apenas visible gracias a un vitral de forma circular con colores chirriantes, rojo, verde y amarillo, formando figuras abstractas pero reconocibles, tres personas.
Esa misma luz era suficiente para ella, iluminaba su piano y sus teclas, nada que no pudiese necesitar estando allí.

El resto del cuarto no era muy espectacular, un piso de madera y una puerta vieja, paredes blancas y lisas con la particularidad de tener en ellas un agujero con tres formas, rombo, cuadrado y circulo.
Y claro, al centro del cuarto se podía ver el piano, blanco, reluciente, y la mencionada maqueta, igual a una casa, la casa en donde ella residía.

Además de esto no se podía apreciar nada más, era todo y a la vez nada. Muy grande para una sola persona.

-Do menor...

Con el último acordé listo, estiró sus dedos, entonces comenzó a tocar.

(Nota: Intenta imaginar la canción del tráiler "Wakey Wakey" de DHMIS, como si fuera tocada en piano)

Era calida, suave, casi infantil. Una melodía similar a un tema para dormir a los niños. Movimientos ágiles y rápidos, casi ni se veía hacia dónde se movía, tocando solo las teclas menores y así formando un sonido agüdo pero tranquilizante.

-En mi mundo todo ha cambiado, rojo y verde se han mezclado, resulta amarillo como el oro, brillante gira en su entorno.

Recitaba al son de las teclas, un detalle a destacar es que mientras más rápido tocaba, la maqueta de la casa giraba, abriéndose y cerrándose la pequeña puerta azul.
Inspirada, la mujer incluso se dio la libertad de reír en voz alta, aún cuando de nuevo, nadie la escuchaba.

-Oh, amarillo, sin darse cuenta es invadido por el ochre tan mediocre que con sus fauses le gruñe al oído.

La canción sonaba más fuerte al igual que la casa giraba en su eje.
Pero la perfección se esfumó, el sonido de una puerta rechinando la detuvo.

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Ochre.

Leslie no tuvo que mirar atrás pues con solo el oir de los pasos pesados se dio cuenta quien estaba en la entrada.

-¿Te vas a quedar ahí parado?

Dejando descansar el piano, la mujer se quitó el par de guantes que tenía y los guardo en un cajón que estaba justo debajo del gran instrumento, en donde tenía también cosas muy... Curiosas.