Normas no escritas

844 34 13
                                    

Después del viaje a Portugal, las cosas cambiaron radicalmente. Chanel y yo ya éramos uña y carne, pero después de nuestro tórrido encuentro, sentía que éramos completamente inseparables. Ya no nos escondíamos. No era necesario porque todo el grupo sabía lo que había, y aunque no tuvieran la certeza de las cosas que habían pasado entre nosotras, tampoco había que ser un lince para intuir que había pasado algo más que un par de besos.

Al volver a Madrid estuvimos varios días sin vernos. Chanel tenía que ultimar un par de cosas con RTVE y yo tenía ensayos del musical, pero hablábamos por WhatsApp más que de costumbre.

Normalmente hablábamos siempre por el grupo de los seis, cualquier excusa era buena para decirnos cuatro tonterías, pero además Chanel también me hablaba en privado, solo a mí, solo para desearme las buenas noches o mandarme algún emoticono estúpido.

Un par de noches después, ya no eran solo las buenas noches, y sus mensajes habían tomado un cariz bastante más atrevido:

-"Te echo de menos"

-"Yo también, tengo ganas de verte"

-"Ojalá estuvieras aquí"

-"En tu casa?"

-"En mi cama"


Entonces yo suspiraba y sacudía la cabeza con una sonrisa, porque aunque me asustaba, la realidad es que me encantaba que Chanel y yo tuviéramos esta nueva intimidad.

A pesar de todo, he de reconocer que en cuanto volví de Portugal y me tomé unos segundos para pensar, me eché las manos a la cabeza, derrumbada ante la nueva realidad que yo misma había creado: Chanel y yo habíamos cruzado una línea muy peligrosa.

Pero en momentos como este, solo podía pensar en ella, en sus manos, en sus labios, en su cuerpo tembloroso bajo el mío, colisionando con mi piel.

Había cruzado una línea peligrosísima, sobre todo porque Chanel tenía pareja y porque era mi amiga.

Pero estaba dispuesta a correr el riesgo.



Nos vimos unos días después para ensayar de nuevo. En esta ocasión, yo tenía además que ensayar los coros, ya que haría de apoyo a Chanel durante el directo en Eurovisión. Era algo nuevo para mí, pero estaba encantada de poder ayudar.

Había llegado antes de tiempo, y Chanel, como de costumbre, más tarde de la hora acordada. Apenas me dio tiempo a cruzar un par de palabras con Josh cuando ella cruzó la puerta de la sala de ensayo.

—¡Chicos!

Chanel gritó, tirando su bolsa de deporte y trotando hacia nosotros, aunque lo cierto es que vino solo hacia mí.

—¡Mi amor!

Me abrazó y yo me dejé hacer, encantada, cerrando los ojos al notar el olor de su perfume impregnado mis fosas nasales.

—Hola, estoy aquí. —La picó Josh.

—Eres un celoso... —Chanel rió, abrazándole a él. —¿Y el resto?

—Han ido a por un Aquarius.

Chanel asintió y se giró, volviendo a mirarme a mí. Sonrió, haciéndome un repaso visual nada disimulado.

—Qué guapa estás, ¿no?

Yo negué con la cabeza, riendo.

—Pero si nos vimos hace tres días...

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 29, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Tiempo muertoWhere stories live. Discover now