Ojalá | Luckity

Chapter One | La vida antes de conocerte.

|HYBRID|

Alex Quackity había entendido con el tiempo que era diferentes a los demás habitantes del reino. Siendo huérfano a una edad temprana tuvo que entender como era sobrevivir con el día a día. Lo que era tener que ingeniárselas para tener un pan en la mesa, el cómo desconfiar de alguien era igual a su propia supervivencia.

Vivir en uno de los sectores más pobres no era una tarea fácil, pero tampoco se iba a quejar, siendo un hibrido era lo mejor que le podía tocar.

Por las noches cuando era un pequeño, se imaginaba de quien era la sangre de pato por sus venas, quizás de su padre, tal vez de su madre o de algún pariente lejano fue el causante de que ninguna familia lo adoptara.

Todas las parejas lo veían con desprecio cuando alguna de las cuidadoras comentaba desde lejos lo que en realidad era. En el reino no era bien aceptado tener sangre de animal en ti, era considerado el peor de los castigos.

El barrio oscuro, así era llamado el único lugar en donde pocos de los híbridos vivían. Pero además de ello, también era el espacio donde toda clase de crímenes se cometían.

Si eres inteligente, sabes que no debes de entrar a esas calles desoladas.

—El cumpleaños número veintiuno siempre es un privilegio, poco híbridos pueden llegar a ser tan viejos. —En el viejo sillón de terciopelo, se encontraba un joven de cabellos rubios con ojeras expectantes. —Yo mismo tengo suerte de llegar a los treinta.

Rubius no era más que una vieja alma que deambulaba por las calles, Quackity tuvo la fortuna de ser el único vecino que tenía a unos cuantos metros a la redonda.

Al igual que el de cabellos negros, este era un hibrido de oso, los mamíferos no solían ser tan extraños como las aves, pero no por ello tenían un trato diferente.

Los ojos verdes del segundo mayor del grupo miraban a Quackity con una mirada fatigada, como si sus ojos le estuvieran gritando que no debería de estar feliz de vivir tanto.

—Deja de arruinarle el cumpleaños al niño. Merece estar tranquilo en su día. —Fargan bebió de su vaso de cerveza con una expresión un poco más tenue.

El por su parte era otra especie de ave, un búho para ser especifico. Sus grandes alas siempre llaman la atención de todos, lo cual no era nada bueno. Entre más te puedas camuflaje en la sociedad, mucho mejor será tu vida.

—Solo estoy diciendo la verdad, muchos no sobreviven a sus primeros quince días. Si les va bien, pueden ser reclutados por un proxene...

—¡Ya basta, Rubius! No es momento para tus comentarios.

Mientras el dúo comenzaba otra de sus peleas, el cumpleañero miraba con esmero el fuego de la vieja vela que se derretía al ritmo de la gotera que se percibía desde la cocina. Había llegado a la edad de 21 años, ni él mismo sabia como estaba sentado en esa silla oxidada.

"Feliz cumpleaños a mi" Canto en sus pensamientos mientras una página en blanco aparecía en sus pensamientos.

|ROYAL|

—¡Muy bien, su alteza! Es la tercera vez que le da al blanco, unos pocos más y será igual de excelente que el príncipe heredero.

"Y por cuarta vez consecutiva me aclamas sin razón alguna." Luzu cerró los ojos con un fuerte resoplido antes de dejar el arco en la mesa del jardín.

Hace unas cuantas semanas que había llegado al reino después de un largo viaje al cual lo mando el viejo rey de Karmaland, su padre sabía que, para tratados diplomáticos, Luzu era el mejor de sus hijos.

Desde niño había sido alguien calmado y de un aura amigable, todos en el reino lo aclamaban como el príncipe más querido, muchos se entristecían al pensar que jamás llegaría a ser su rey.

Luzu De Luque era el hijo mejor del linaje del rey Aragón II, quizás por ellos la carga entre sus hombros era aún menor. Tenía más tiempo para estar en sus actividades personales, pero no por ello era libre de la corona que descansaba en su cabeza en cada fiesta de la aristocracia.

Sabía muy bien que no por ser el último era un pretexto para no cumplir con sus obligaciones reales, mucho menos cuando su padre ya se encontraba en una edad avanzada. Los murmullos de las paredes decían que el rey no llegaba al siguiente equinoccio.

Un insulto si se lo preguntaban a Luzu, nadie debía de sentirse con la libertad de darle una fecha de partida al soberano del pueblo.

—Es un honor que me compares con mi hermano. —Luzu solo se limitó a darle una sonrisa ente medias al instructor. —No soy digno de ser comparado con el futuro rey.

El castaño odiaba cuando lo ponían a la par de su hermano mayor, tampoco era fanático que lo hicieran delante suya.

Samuel no recibía con mucho cariño esa clase de comparaciones.

—Tonterías, su alteza. Muchos dirían que usted es mejor candidato al...

—No creo que quiera terminar sus palabras, maestro. Muchos podrían considerarlo como traición hacia el nuevo rey. —Luzu corto sus palabras con la misma velocidad que el volar de un colibrí. —Samuel tiene su derecho de nacimiento, nadie podría ser mejor candidato que él.

El viejo arquero apretó sus labios con decoro, inclinándose en un silencio profundo.

—Tiene razón su alteza. Me disculpo por el uso incorrecto de mis palabras, nunca fue mi intención que pensara de aquella manera de mí. Jamás cometería traición hacia el príncipe heredero.

—No te preocupes, Merlón. Yo sé que no era tu intención, solo que ten cuidado con tus palabras. Nunca se sabe que tiene vida en este castillo.

Muy en el fondo, Luzu comprendía las palabras de su viejo maestro. Samuel nunca fue el favorito del reino y él más que nadie entendía que su hermano lo sabía a la perfección.

Hola, este es el primer episodio. Acepto cualquier crítica, esta no es mi primera historia, pero ya tengo años sin escribir, estoy un poco oxidada xd

¿Le les pareció?

Nos vemos a la próxima, bonito su día/tarde o noche uwu