Chapter Two | La vida antes de conocerte.

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|ROYAL|

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|ROYAL|

Los pasos firmes resonaban entre los inmensos pasillos del castillo, el porte del príncipe Vegetta era tan varonil como elegante. Con un traje hecho a la medida entonando los músculos que crecieron gracias a las batallas que lidero.

No hace mucho que había viajado a un asunto del reino vecino, nada de qué preocuparse, pero siempre debían de tener conexiones para no tener que concluir a una guerra. Karmaland era un pueblo que había estado en paz en todo el reinado del rey Aragón II, no quería que los habitantes tuvieran más pretextos de murmurar acerca de su próximo reinado.

—Su excelencia. —Una voz con burla pura se escuchó a sus espaldas. —Me alegra que haya regresado con salud de su largo viaje.

—Staxx, no me sorprende que me estuvieras buscando como la rata que eres. ¿Algo que decir en mi ausencia? —Vegetta giro sobre sus propios talones, viendo al nombrado con un rostro aburrido.

El príncipe Staxx era hijo primero del hermano del Rey, convirtiéndolo en el querido primo de Vegetta, el único que conocía cada una de las facetas del heredero.

Veintinueve años eran suficientes como para comprender como moverse alrededor de él.

—¿Por qué crees que tengo malas noticias? En realidad, el pueblo estaba bastante feliz de que desaparecieras por un tiempo, yo que tu empiezo a hacer actos de caridad. A menos que quieras un golpe de estado cuando si Dios no lo quiera. —Junto ambas manos con expresión de inocencia fallida. —Tu padre muera.

—Debería de encerarte en el calabozo solo por decir algo así. —El pelinegro gruño entre dientes, señalándolo a pasos lentos. —No me sorprendería que fueras el primero en pedir mi cabeza.

—Oh vamos querido, primo. Me hundiría junto contigo si eso pasara. Demasiados pecados sobre nuestros hombros. —Staxx resto su dura confesión como si se tratara de un simple juego. —Ahora me dirás por qué te pidieron ir con urgencia al pueblo vecino.

Por un breve momento, el príncipe heredero vio con atención al familiar que se posaba delante de sus ojos. Staxx tenía la fama de ser un coqueto con todas las damas del pueblo —Aunque también había murmullos que lo hacía a escondidas con los caballeros—, de su misma altura y de cabellos negros, sus ojos eran de un esmeralda resplandeciente dejando expectantes a cualquiera que los viera no solo por primera vez.

Un rasgo que le debía de agradecer a su madre, la princesa Leonora.

—Digamos que mi padre quiere que tengamos acuerdos íntimos con ellos. —Vegetta lo tomo por los hombros con delicadeza.

—Oh, vaya. —El pelinegro vio al heredero con cautela. —Es una pena que ya estes casado y que Alexby este a unos cuantos meses de su compromiso.

—Bueno, solo sabemos de alguien que está en la lista de los solteros más codiciosos de todos los reinos. —El heredero comenzó a encaminar sus pasos, declarando con un movimiento de cabeza para que el segundo lo acompañara. —Ya es tiempo para que mi querido hermano por fin siente cabeza y es una suerte que el príncipe heredero lo quiera desposar.

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