Anne nunca se ha sentido apreciada por la gente de la ciudad y el hecho de que siempre esté con los niños que conforman El Club de los Perdedores tampoco es que la ayude demasiado, pero es el instinto innato materno que tiene el que provoca que inev...
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GUARDIAN | CAPÍTULO DIECISIETE
❝ Eres más valiente de lo que crees ❞
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「 ＤＥＲＲＹ， ＪＵＬＩＯ ２０１６ 」
Los Perdedores corrían como si su vida pendiera de ello, evitando dejarse los unos a los otros atrás, pero es que la adrenalina que les recorría todo el cuerpo, producto del miedo y la incertidumbre, había provocado que actuaran más rápido que nunca, usando sus piernas para avanzar toda la calle principal a una gran velocidad y posteriormente detenerse en una de las tantas intersecciones para tomar aire antes de continuar hacia la vieja y desvencijada casa a la que pensaban que jamás volverían; lo gracioso de aquella travesía fueron las constantes quejas de Richie acerca de cómo estaba demasiado mayor para correr como un colegial y los constantes ánimos y regañinas del resto para que fuera por delante de ellos y así no se quedara por el camino.
— ¡No siento las piernas! — Exclamó Richie mientras notaba las manos de Anne empujarle hacia delante mientras continuaban su carrera.
— Eres un quejica — murmuró Eddie que, debido a su bajo y áspero tono de voz, pensaba que estaba a punto de morir por falta de aire.
— Venga, chicos, ya casi hemos llegado — animó Anne —. Si hasta Stanley está corriendo.
— Muchas gracias por la comparación, Anita — habló burlonamente Uris.
— ¡Bill! — Exclamó Beverly, haciendo que un suspiro de alivio saliera de los labios de los dos adultos que estaban a punto de sufrir de un ataque al corazón o de asma.
Todos se detuvieron paulatinamente a medida que se iban acercando a la casa, quedándose completamente blancos al ver cómo la edificación parecía estar completamente igual a comparación de como la habían podido recordar; el pasto seco seguía rodeando la casa y las ramas de los árboles se escondían en su interior al internarse a través de las ventanas, dejando como única entrada y salida la puerta tapiada por algunos tablones de madera igual de viejos y corroídos que los de la estructura principal.
