[𝙔𝙤𝙪'𝙧𝙚 𝙖𝙡𝙡 𝙩𝙝𝙚 𝙩𝙝𝙞𝙣𝙜𝙨 𝙄'𝙫𝙚 𝙜𝙤𝙩 𝙩𝙤 𝙧𝙚𝙢𝙚𝙢𝙗𝙚𝙧.]
En el que la virtud de entrometerse en donde menos le llaman lleva a Gwen Clemonte a relacionarse más de la cuenta con el Upside Down y Steve Harrington.
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Hacer una maratón de películas cuando al día siguiente hay clase no es de las decisiones más sabias que he tomado en mi vida. ㅤㅤ
En mi defensa diré que dentro de poco será Halloween, y para entrar en el espíritu de la festividad conlleva mucho más que simplemente disfrazarse. Pero bueno, las películas que he visto son simplemente comedias románticas sin apenas sustos. Tal vez quiera pasarme una noche sin dormir, pero no voy a arriesgar una semana de sueño por una simple película de miedo. Menos cuando la mayor parte del tiempo me la paso sola en casa.
Bajé apresuradamente a la cocina ya arreglada y con la mochila colgada. Tomé una de las manzanas que se encontraban en el bol de la encimera, para luego salir corriendo a la puerta, con la única intención de que la bocina del coche de Jonathan dejara de soñar por todo el vecindario.
-¿Cómo has podido tardar tanto? —Recriminó al verme caminar hacia su auto. Rodé los ojos con pesadez, restándole importancia con la mano.
-Jonathan, deja de exagerar. Solamente he tardado...diez minutos. No es tanto. —Contesté, mientras me sentaba en el asiento de atrás. Sonreí al ver como Will se giraba emocionado, salundándome con la mano. —¡Will! ¿Hoy te llevamos nosotros?
-Sí, mamá ha tenido que entrar a trabajar antes. —Asentí con una pequeña sonrisa, empezando a devorar la manzana que había traído. — ¿Sabes? Ayer por fin terminamos de hacer mi disfraz de Halloween.
-¿De verdad? —Asintió efusivamente, mientras Jonathan soltaba una pequeña risa.— ¿Aún no me dices de que vas a ir?
-Va a ser sorpresa. Quiero ver tu reacción en primera persona, ¡además es un disfraz conjunto! Así que sí o sí mañana tienes que vernos a Dustin, Mike, Lucas y yo. ¡Pásate antes de clases por la escuela!
-Will...—Advirtió Jonathan, dándole a entender que lo que estaba pidiendo era un poco complicado.
-No te preocupes Jonathan, puedo ir. —Aseguré con una sonrisa, provocando que el menor de los Byers estallase en vítores de alegría. Una vez aparcados frente a la escuela, Will salió del coche despidiéndose de nosotros. Me pasé al asiento del copiloto, ignorando las quejas de Jonathan y como estaba pisando los asientos.
-Podrías haberte salido y entrar por la puerta como una persona normal. —Contestó, comenzando a conducir de nuevo. Me encogí de hombros, mirándolo.
-¿Desde cuando me consideras una persona normal, Byers? —El chico negó riendo, dándome la razón.— Por cierto, mañana. ¿Al final vas a acompañar a Will a pedir dulces?
-Ajá, ya sabes que mi madre no quiere que esté solo por la noche en la calle. —Dijo con una sonrisa. A lo lejos se podía ver ya el instituto. — ¿Te vienes con nosotros?
