[𝙔𝙤𝙪'𝙧𝙚 𝙖𝙡𝙡 𝙩𝙝𝙚 𝙩𝙝𝙞𝙣𝙜𝙨 𝙄'𝙫𝙚 𝙜𝙤𝙩 𝙩𝙤 𝙧𝙚𝙢𝙚𝙢𝙗𝙚𝙧.]
En el que la virtud de entrometerse en donde menos le llaman lleva a Gwen Clemonte a relacionarse más de la cuenta con el Upside Down y Steve Harrington.
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En esta vida existen dos tipos de personas: las que se apuntan a clubs de deporte, y las que huyen cuando escuchan la palabra "ejercicio". Claramente, yo pertenezco al segundo grupo. Pero Joyce siempre me ha dicho que hay que aferrarse a aquello que se nos da bien, que no podemos ser buenos en todas las disciplinas. Por eso cada vez que puedo, finjo que tengo algún dolor o que me he hecho daño para saltarme Educación Física, porque mi fortaleza es la actuación.
Así que, levantarme antes para ir caminando al instituto no era lo que más me apetecía. Me miré por última vez en el espejo de la entrada, intentando ignorar mi cara de cansancio, aunque era casi imposible no darse cuenta. Me colgué la mochila en mi hombro derecho, revisando por última vez que llevase la cinta de Steve, la cual le daría sí coincidía con él hoy. Una vez preparada, salí, dejando el calor de mi casa para ser azotada por el frescor mañanero de Hawkins.
-Maldito Jonathan, espero que beses a Nancy porque si no te mato.—Murmuré para mi misma entre dientes, cerrando mi casa con llave. Al girarme, vi como un coche estaba parado frente a mi; y como un chico jugaba con las llaves del automóvil entre sus dedos mientras se recargaba en el capó.
Espera. Ese coche lo conozco.
-No te puedo creer Steve.—Dije mientras bajaba las escaleras, llamando así la atención del mayor. Este me miró con una pequeña sonrisa, levantándose del capó.
-Buenos días para ti también, Gwen.—Contestó soltando una débil risa.
-Te dije que no tenías que venir a por mi, que como somos amigos no me debes nada.—Le eché en cara, cruzándome de brazos.
-Ya, pero ser amigos significa también que si puedo evitar que andes una distancia cuestionable hasta el instituto, lo hago. Anda sube.—Sonrió mientras abría la puerta. Rodé los ojos con una sonrisa, accediendo a entrar en el coche. Steve cerró la puerta y se subió al asiento del conductor.—¿Cómo estás?
-Con sueño.—Contesté con una sonrisa.—¿Y tú? ¿Estás mejor?
-Sí, estoy mejor.—Asintió, pero a diferencia del día anterior, esta vez parecía verdad.—Gracias de nuevo.
-Calla, no me agradezcas más por eso Steve.—Negué con una sonrisa. Antes de que pusiese en marcha el coche, saqué de mi mochila la mixtape, ofreciéndosela.—Toma. ㅤ
STEVE HARRINGTON'S POV
Miré la mano de la chica por varios segundos, notando como sostenía en ella una cinta. Mi mente no tardó mucho en reconocer de que se trataba, haciendo que la mirase con sorpresa.
-¿Ya la has hecho? —Pregunté, ganándome una afirmación por parte de la castaña.— Pero Gwen, tampoco corría tanta prisa. Te habrás tirado mucho rato despierta para hacerla. —Comenté preocupado.
