¡ O7 ⚝ dientes felices !

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En una extensa oficina, dándole la espalda a la gran vista de Seúl, se encontraba una imponente mujer revisando distintos documentos mientras escuchaba a su secretario hablar de las próximas reuniones y demás asuntos que estaban atormentando su cabeza.

— Eso sería todo para esta tarde, señora Zhou.

La azabache de flequillo asintió, siguiendo con las firmas. Su secretario seguía de pie a su lado apuntando en el iPad reuniones confirmadas que para Jeongin no eran relevantes.

— Lo siento, señor Yang, en un momento lo atiendo —el mencionado respondió con un asentimiento de cabeza, él a diferencia del pelirrojo, estaba sentado en un sofá utilizado por Tzuyu para reuniones personales. Tras un soplido, la mujer se puso de pie dándole una mirada al otro hombre que salió de inmediato—. Disculpe el retraso, estos días se han vuelto pesados —dijo acomodándose el saco, sentándose en el mismo sofá que el pelinegro.

— Necesito recobrar mis vacaciones, durante dos años no he tomado ninguna, espero su comprensión.

Tzuyu alzó una ceja, examinando con la mirada al hombre que estaba sentado frente a él.— De acuerdo, esto es algo repentino y sé que hay algo detrás de todo. Suéltalo, Jeongin.

— Estoy tratando de ser profesional contigo y empiezas a hablarme tan informal.

La azabache rodó los ojos, tomando una postura más relajada contra el apoyabrazos del sofá.— Estoy esperando, Innie.

Jeongin suspiró.— Desde el pasado jueves estoy cuidando de un niño y necesita de mí, a tiempo completo, junto a mi esposo lo rescatamos de una posible muerte por hipotermia, se está recuperando en casa, Hyunjin pidió permiso en el trabajo hoy para que yo pudiera hablar contigo.

Tzuyu había llevado sus manos hacia su boca con clara sorpresa, preocupada por lo dicho por su amigo, después cambió a una expresión apenada y sus manos apretaron las de Jeongin, mostrándole parte de su apoyo.

— Oh, Jeonginnie, ¿eso quiere decir que lo adoptaron?

Una risa apenada surgió de sus labios, negando segundos después.— No, lo vamos a cuidar antes de hablar con servicios sociales, no podemos manejar algo así aunque quisiera, sólo será temporal.

La mueca que hizo al decirlo no convenció a la mayor, pero no quiso indagar más y sólo asintió.

— Tómate el mes completo, y si necesitas algo no dudes en hablarme, tengo dos niños revoltosos en casa, así que puedo ser de ayuda.

— Te lo agradezco mucho, Tzuyu.

— ¿Qué son esas informalidades, Yang? Señora Zhou para ti —bromeó, dándole un leve golpe en el hombro al pelinegro que se quejó entre risas; tenía la mano pesada—. Muy bien, a trabajar, Jeongin.

— Sí, señora Zhou, con su permiso —Jeongin se puso de pie haciendo una reverencia, saliendo por la puerta de cristal.

¡ ☁︎ !

— ¡Estoy en casa!

Cerca de las siete, Jeongin dejaba sus zapatos en la entrada, tomando sus pantuflas grises, segundos después Hyunjin lo recibía con un gran abrazo y un beso en sus labios. Sonrió contento.

— Bienvenido.

— Gracias, mi amor, dime qué tal tu día junto a Woni.

— No hicimos mucho, desayunó a las ocho, almorzó un poco y se la pasó durmiendo el resto de la tarde, Chan me dijo que era porque no estaba acostumbrado a comer todos los días y debía tener cuidado. Así que ahora es comida más ligera, adecuada para él.

── we are jaune !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora