Reminiscencia

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Reminiscencia





Caminaba por un pasillo lleno de armarios y cuadros artísticos, el color de las paredes era neutro, mientras que el color de aquellos cuadros llenaba de vida el ambiente. Observe algunos de ellos con atención, eran buenos, algunos tenían colores vivos y llamativos, mientras que otros solo eran en blanco y negro. Avanzaba mirado todos con atención, cuando uno de ellos llamo bastante la atención, había una chica retratada, demasiado realista, demasiado bonita. Tenía ojos grandes y los labios carnosos pintados de un rosa natural. Tenía unas cuantas pecas al rededor de su nariz y el pelo largo y suelto. Pase la mano por el retrato sintiendo la textura, la pintura empezó a derretirse entre mis dedos y me aparte asustada. Una risa se escuchó cerca sorprendiéndome y seguí avanzando con temor hasta llegar al salón y cocina del lugar. La casa era preciosa, tenía suelos de madera y un bonito sofá marrón. Los muebles era de un color claro con algunas figuras decorativas. La risa volvió a escucharse, provenía de alguien sentado allí en el sofá y podía ver como se movía de espaldas. Giré la cabeza observando la cocina, estaba desordenada con varias cajas de comida asiática, había unas flores sobre la encimera de mármol blanco y un par de refrescos al lado de unas llaves. Fruncí el ceño sujetándome en el fregadero, ¿dónde estaba? La voz de la persona sentada en el sofá me sorprendió y miré en su dirección.

- Cariño, ¿estás ahí? Oh, ¿no estarás enfadada por la cocina? Tranquila, enseguida la limpio.

Su voz era profunda y tranquilizadora, pausada y suave. Trague saliva, sintiéndome mareada, ¿qué era todo aquello? Yo no conocía esta casa, ni la voz de ese hombre tampoco. La risa de él volvió a escucharse y miré de nuevo en su dirección, veía un programa de televisión antiguo y fruncí el ceño mirando la pequeña mesa que había en la esquina de la cocina acercándome. Había una foto de dos personas enmarcadas, ambos sonreían abrazados, la mujer era rubia con unos ojos verdes preciosos. Era la misma del retrato pintado. Mire mis manos, la pintura ya no estaba y me giré hacia el hombre que volvió a llamarme cariño levantándose del sofá, observé su espalda y como bebía una lata de cerveza. Era alto y tenía el pelo algo largo, estaba girando en mi dirección cuando sentí mis piernas flaquear, me sentí muy mareada y con náuseas cuando caí en mitad de aquella cocina con aquella foto en la mano.

Me desperté de aquel sueño sudando y aún mareada, la vista se me nublaba por momentos y me restregué los ojos tratando de que la lucidez volviera a mí mientras luchaba por mantenerla. Miré a mi alrededor observando aquel reloj en la pared una y otra vez sin lograr saber la hora, el sonido del televisor me llamó la atención mientras me pasaba la mano por mis ojos para despejarme. Mis movimientos parecían ir en cámara lenta, parecía letárgica y levante mis brazos observando como los movía de lado a lado, apenas podía mantenerlos en alto y me rendí. Mire de nuevo a la televisión en donde el presentador hablaba con voz distorsionada, logré enfocar la vista con esfuerzo viendo la noticia que estaban dando. Wayne aparecía en pantalla, la gente le aplaudía y él sonreía junto con todo su equipo médico. Me senté en la cama sujetando mi cabeza para concentrarme, me pasé las manos por el pelo y cerré los ojos un momento, no paraba de escuchar aquel pitido molesto en los oídos. Al abrir los ojos de nuevo pude estar más consciente de lo que pasaba a mi alrededor y en el noticiero.

El famoso doctor del corazón, como muchos lo llaman, hizo su presentación el pasado sábado por la noche, dando la noticia de su próximo gran avance en la cardiología. Al parecer, el nuevo proyecto mejoraría la vida cotidiana del paciente hasta recibir un trasplante. El mismo doctor Smith explicó que el paciente tendría que someterse a una pequeña cirugía para poner un dispositivo chip del tamaño de un grano de mostaza que iría conectado a su sistema cardiaco, este avisaría al paciente cuando su corazón se volviera más débil de lo normal o advertiría de un pronto ataque. Aún no se conoce con certeza públicamente de qué clase de medicamento o tratamiento se trata, pero lo que es seguro es que es un avance verdaderamente exitoso y revolucionario que ayudará a miles de personas en un futuro cercano.

Pálpito Where stories live. Discover now