CAPÍTULO CINCO

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Cuando me levanté estaba un poco perdida, no sabía dónde estaba. Abrí mis ojos muy lentamente y me costó un rato ver las cosas claras. Estaba en una sala grande y blanca, en una cama y con mi madre al lado. Me estaba acariciando el pelo diciéndome que iba a estar bien. Era mi madre, entonces la creí y me calmó.

Empecé a recordar la caída, ese momento empezó a volver a mi cabeza y me asusté mucho. Para empezar, me había visto toda la escuela. ¿Pero Luke me ayudó? ¿Me vio Blake? ¿Todos empezaron a reír? ¿Alguien me ayudó? No recordaba nada después de caerme de cara. No sentía nada, tenía hambre y me sentía como si hubiera estado durmiendo dos días seguidos.

Resultó que mi cuello no fue la única cosa que me dañé. Noté mi cuello tal cual me caí, pero no sentí nada más. Mientras me iba despertando empecé a notar el dolor, sentí muchas cosas, pero no sé cómo explicarlo.

Llevaba un collarín en el cuello y una venda en la pierna. No quería que nadie me explicase lo que me había pasado, ni quería ver nada porque odio los hospitales. No odio los hospitales, pero todo lo que tenga que ver con sangre, huesos rotos, heridas y fracturas me asustan. Incluso si me tuvieran que cortar una pierna no quisiera nunca mirarlo. Sabía que tenía esas dos cosas puestas y que tenía que llevarlas puestas durante un tiempo, no quería saber nada más.

Mi mamá me preguntó si me encontraba bien y me dio agua, me sentí como si no hubiera bebido agua en dos semanas. Cuando estaba más despierta y sintiéndome mejor me empezó a peinar con sus dedos. Básicamente, me quería hacer ver aceptable, supongo.

"Mamá, estoy en un hospital, no pasa nada si no luzco lo mejor por una vez." Le dije un poco incómoda.

"Hay alguien aquí para verte." Me dijo sonriendo.

Salté. Me asustó. ¿Quién había venido a verme?

Mi mamá miró fuera la ventana y señaló algo a una persona de fuera. No podía ver nada ni nadie porque no podía girar el cuello, solo vi a mi madre haciendo señas raras.

Luke vino corriendo. Estaba muy contenta de verlo. Tenía una caja de chocolates en su mano y parecía muy nervioso. Mamá dijo que se iba a buscar un café y que volvería más tarde y me guiñó el ojo. Era uno de esos momentos "vale mamá" incómodos. No entendía por qué me guiñó si sabía que era mi mejor amigo.

"No te he traído flores porque sé que eres alérgica al polen y no creo que ahora mismo necesites eso también. También sé que estas son tus chocolatinas favoritas. Me ha costado un poco encontrarlas, pero aquí están. Bueno, ten. ¿Cómo estás?" Me dijo mientras me daba la caja.

"He tenido mejores días." Me reí.

Cogí uno de los chocolates y le ofrecí uno y se sentó en la cama, a mi lado. Nos sentamos y hablamos un rato. Tampoco estuvimos mucho tiempo para terminar los chocolates. No era como si me hubiera muerto ni que no nos habíamos visto en años. Por lo que él me dijo solo habían pasado tres horas desde que me había caído.

No tuvimos mucho de lo que hablar. Me disculpé por lo que había pasado, por no esperarlo para salir de clase juntos, ya que estaba muy estresada. Estaba bien con eso, pero me regañó porque si estuviera con él no me hubiera caído. Como él dijo, "Estoy aquí para protegerte y hacerte sentir segura. No te puedo salvar si no me dejas." Era tan mono. No era muy frecuente que me dijera cosas, así que era muy bonito de escuchar. Estoy bastante segura que me sonrojé cuando lo dijo.

Estaba siendo tan amable conmigo. No es como si nunca lo fuera conmigo, pero no es persona de demostrarlo mucho. Siempre es bondadoso conmigo, pero no lo demuestra, solo se sabe que lo es.

"Blake está fuera, me tengo que ir."

"Por favor, vete, y rápido antes de que salga del coche para venir a buscarte. No quiero que me vea así."

Se rio, me dio un beso en la mejilla y se fue.

Sonrojé otra vez y sonreí al verlo marcharse. Es un caballero, pero nunca me daba besos ni me hablaba así como ese día, nunca. Estaba raro, era raro, pero del buen raro, pero raro viniendo de él. Nunca le di mucha importancia porque ese día pasaron muchas cosas, estaban pasando y estaba muy perdida.

No le había dicho lo que había pasado esa mañana, pero, ¿él lo sabía? Suponía que no lo sabía porque si no me lo hubiera dicho, ya sea en el colegio o en el hospital. ¿Verdad? Lo sabría si su hermano le hubiese dicho o alguna cosa. Me quedé con esa respuesta porque no quería preocuparme por eso también.

Me pasé toda la tarde nerviosa por eso, si él lo sabía o no. No sabía por qué, pero no podía sacarlo de mi cabeza. Había estado muy raro cuando había venido y no sabía por qué. Si lo sabía me lo habría dicho, o habría estado diferente, pero no como estaba, si no no me habría ni hablado.

Para ser real, no podía sacarlo de mi cabeza. No estaba actuando como él mismo, y como más lo pensaba más me estaba haciendo historias en mi cabeza. ¿Por qué estaba así de repente? Era todo extraño. Al menos no había visto a Blake desde lo que había pasado en la mañana.

No paraba de tener a doctores y médicos viendo a verme, quitándome sangre y mirando mi presión, mirando si tenía dolor y dándome medicación. Tenía mucha gente encima de mí y tuve un día muy estresante. Había demasiadas cosas pasando en mi cabeza y solo quería irme a casa.

ENAMORADA DEL VECINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora