CAPÍTULO DIECIOCHO

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Sus padres vinieron a buscarme a la mañana siguiente para llevarnos al hotel. No estaba muy lejos de casa, pero estaba a unas cuantas horas. Mi madre estaba contenta y nunca se preocupaba cuando me iba una semana. Estaba en buenas manos y ella tenía una semana sola para ella, pero seguro que en algún momento me echaba de menos. En realidad no pensaba nunca en mi madre cuando no estaba en casa. Hacía tantas cosas que no pensaba en ella, porque mucho tiempo para pensar tampoco tenía.

Podía ver que Luke estaba un poco enfadado conmigo, pero sabía que en algún momento lo íbamos a arreglar. No ibas a pasar toda una semana juntos sin hablarnos. En nuestro camino de ida no me hablo, y cuando me hablaba estaba raro conmigo y lo notaba. No estaba bien, no estaba siendo él. Cómo sabía que era mi culpa, me sentía supermal. Me sentía como una tonta porque yo ya sabía que él no quería saber nada de Blake, pero yo lo había hecho igualmente. Yo era la idiota y tenía toda la culpa. Pero igualmente, sabía que no iba a ser difícil que él me perdonara, otra vez, porque si no no hubiera ni ido de vacaciones con ellos. Yo ya lo conocía y sabía que no podría estar enfadado conmigo por mucho tiempo, y menos estando de vacaciones y pudiendo estar haciendo cosas de una vez en la vida.

Todavía odiaba a Blake. Más que nada porque él era la razón por la que Luke me odiaba. Ni había válido la pena porque Blake tampoco me hablaba. Los había perdido a los dos otra vez, y por nada. Lo había cagado todo para mí. Tenía miedo por esa semana porque sabía que iba a empezarlo toda sola y no tenía ni idea de cómo iba a terminar.

Cuando llegamos al hotel Luke todavía no me hablaba y yo no iba a decir nada todavía, solo iba a dejarlo a él venir cuando él quisiese. Solo lo miraba algunas veces para ver si haría contacto visual, pero ni eso hacía. Sus padres fueron a buscar las llaves de las habitaciones y nos las dieron. Todos teníamos habitaciones diferentes. Sus padres estaban en el piso de abajo, y Luke, Blake y yo estábamos en el tercer piso. Ese era el orden de las habitaciones. La de Blake estaba entre la de Luke y la mía. Realmente no tenía muchas ganas de eso, pero al menos no estaba en el medio. Pero hubiera preferido tener a Luke al lado de mi habitación, no a Blake.

Después de poner las maletas en las habitaciones, todos hicimos cosas completamente diferentes. Sus padres solo se querían quedar en la habitación porque estaban cansados y querían relajarse, Blake seguramente estaba haciendo exactamente lo mismo y Luke todavía no me hablaba. Quería ir a ver el hotel. No quería llamar a la puerta de Luke para pedirle que viniera conmigo, así que fui sola.

El hotel tenía cuatro plantas. En la planta baja, que era donde estaba la habitación de sus padres, también había la recepción con una sala enorme llena de sofás y mesas. En la segunda, había un restaurante con un comedor enorme. En la tercera, en la que estábamos nosotros, también había una sala de juegos enorme con un montón de juegos diferentes como mesas de billar y una mesa de ping-pong. En la cuarta y última planta había un jacuzzi con un pequeño gimnasio al lado. Básicamente, podías ver perfectamente a la gente haciendo deporte mientras te bañas en el jacuzzi. Fuera del hotel también era enorme. Había una piscina enorme con un montón de tumbonas alrededor. También había un bar al lado de la piscina. Realmente daba un ambiente de verano con también palmeras.

Cerca del hotel había un par de restaurantes elegantes, un minigolf y otras tiendas. Había muchas cosas para hacer alrededor del hotel, pero es como todos los lugares, y era bueno saber qué había cerca en caso de que alguna vez lo necesitara o quisiera hacer algo.

Después de mirar por allí volví a mi habitación, no había nada que podía hacer. Había ido a investigar solo para saber qué había alrededor y más que nada para perder tiempo, si soy sincera.

Entré en el ascensor para subir a mi habitación, mientras se cerraba el ascensor, Blake corrió dentro. No lo había visto fuera ni había pasado por su lado, lo hubiera visto. Era como si hubiera aparecido de la nada. Venía de fumar, lo podía oler. No sabía ni que fumaba, si lo hacía lo habría sabido, pero ese día decidió hacerlo. Pero lo encontré raro, los chicos del equipo de fútbol no tienden a ser fumadores, pero obviamente no iba a decirle nada.

Tenía sus auriculares puestos y lo miraba de reojo. Era tan guapo. Estaba segurísima de que cada día se hacía más guapo. Eso no ayudaba la situación. En teoría tenía que odiarlo, pero ese sentimiento desapareció tal cual entró en ese ascensor.

Tenía que ir a hablar con Luke, pero no quería ser la que siempre tenía que dar el primer paso. Él sabía dónde estaba, si quería hablar conmigo podía ir a buscarme o solo llamar o enviarme un mensaje. Obviamente, quería hablar con él para hacer algo, pero si no quería verme ni hablarme no iba a forzarlo a hacer algo que no quería.

Cuando pase al lado de su habitación quería picar para hablar con él para hacer algo y no estar sola, pero no iba a hacerlo. Fue complicado no hacerlo, y quedarme sola.

No hice mucho esa tarde, en realidad tampoco pude hacer gran cosa. Estaba sola en mi habitación y no tenía ni idea de qué hacer. No iba a jugar a billar sola, ni iba a ir a la piscina sola. Me quedé en la cama de mi habitación esperando a que pasara alguna cosa.

Más tarde esa tarde alguien tocó a la puerta. Esperaba que fuera Luke para disculparse e ir a hacer algo, o solo hablar. Pero no, era su madre.

"Vamos a comer en una hora por si te quieres arreglar. Quedamos fuera de la puerta principal."

Quería que fuera Luke, pero no pasaba nada, lo iba a ver pronto igualmente.

ENAMORADA DEL VECINOWhere stories live. Discover now