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SeokJin abrió la puerta de su habitación, sonrojado hasta las orejas.

Ya era de día. El sol había salido, molestándolo con sus fuertes rayos impactando contra la pequeña ventana. Aún se sentía con sueño, y no podía creer que se levantó temprano. Casi siempre era Jennie quien venía a hacerlo, como si fuese un niño.

Bien, eso era lo de menos justo ahora.

Recapitulemos. Así como hacían en las series, para ponerte en contexto. ¿Cierto?

Mientras Jin caminaba por el casi eterno pasillo de la casa, recuerdos vinieron brutamente a su mente. ¿Y qué decir? El que más sonaba en su cabeza era el beso con Jisoo.

Ese caliente, pero lindo beso.

¿Podían dos cosas distintas complementarse tan bien en una acción?

Sí, por supuesto que sí.

Anteriormente se besó con chicas, eso ya había quedado claro. Pero el sentimiento era muy diferente al que tuvo con Jisoo en la noche. A pesar de que no le sorprendía mucho, ya que se negaba a ver lo obvio, los rápidos y fuertes latidos de su corazón no era algo que podía evitar, así como así, mucho menos si éstos aumentaban con cada segundo que pasaba en el día.

Estaba tan jodido.

¿Estaba jugando con fuego? Sí, probablemente.

¿Quería acabar con todo? Por supuesto que no.

¿Tenía miedo? Más que nadie.

Entró al baño, quejándose por el dolor de espalda que le produjo de un momento a otro. Abrió el grifo y mojó toda su cara con agua bien fría. Lo necesitaba. Luego agarró su cepillo de dientes, poniéndole pasta delantal. Bostezaba de vez en cuando, observándose en el pequeño espejo de la habitación.

Hasta que escuchó un grito que casi logró matarlo de un infarto.

¡Chicos, vamos arriba! ¡Ya es de día! —Jennie gritó, subiendo los escalones. 

Siendo más rápido que el correcaminos, salió del baño entre tropiezos, golpeando un poco su hombro derecho contra la dura pared. La joven castaña se preocupó ante ese rudo golpe, pero al parecer al pelinegro era lo que menos le importaba en ese momento.

— ¡Jennie, hola! ¡Buenos días! —Un jadeante Jin le sonrió con nervios, confundiendo a la contraria— ¿Qué se supone que estás haciendo?

—Ah... vine a levantarlos, como siempre hago—Aclaró—Creo que yo debería preguntar.  ¿Por qué ya estás despierto? Incluso ya cepillaste tus dientes. O veo que eso estabas haciendo—Susurró al ver el cepillo de dientes en la mano del menor— ¡Pero me alegra que estés ya despierto! —Ella dio un saltito—Iré a ver a Jisoo, seguro aún sigue durmiendo.

Sin poder contenerlo, soltó un chillido del susto al ver como Jennie caminaba en dirección a la otra puerta.

— ¡No es necesario! —El rostro de SeokJin casi se estrelló contra la entrada de la otra habitación, ahora irritado un poquito a la castaña, pues él no paraba de hablar entre gritos.

— ¿Por qué estás así de raro? ¿Pasó algo malo? ¿Jisoo está bien? —Soltó cada pregunta con preocupación.

—Ah, sí. Ella está bien. No pasó nada malo—Fue la respuesta más básica que alguna vez soltó en toda su vida.

¿Pero qué se supone que debía responder?

"Todo está bien y ella también lo está, Jennie. Es solo que tengo miedo de que te enteres que le comí la boca, toda la puta noche, a la hermana de mi amigo, alias tu bonita pareja."

Dulce Inocencia [Jinsoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora