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El incómodo silencio sucumbía el automóvil. Deseo con fuerza que fuese como en el verano del 83', cuando Steve fue a buscarlo a la correccional y en todo el camino hablo de Nancy Wheeler.
Como era de esperarse, sus padres no aparecieron. Demasiado ocupados, era (y es) lo que usualmente escuchaban los Harrington desde que tenían memoria
El menor esperaba una charla, regaños, e incluso una golpiza, mas sin embargo grande fue su sorpresa cuando su hermano solo lo miro unos segundos y encendió el motor. Y odiaba cuando lo hacía, porque no sabía detectar o diferenciar los sentimientos.
La situación era un puto asco.
No.
Merecía aquel silencio y más, no había duda.
Encogió sus hombros, el incesante malestar en su conciencia era aún más fuerte. Otras de las cosas que detestaba era hacer pasar un mal momento a quienes le tenían aprecio. Y Joyce se esmeró en hacerle saber en qué estado el mayor le había llamado.
Tenía bien en claro lo que debía hacer. Disculparse. Pero, por más que quisiera sentía que unas palabras no resolvería la situación.
Suspiro agotado de todo y todos, harto de él mismo y de las situaciones que lo sobrepasaban.
Necesitaba despejar la mente rápido.
Al llegar a casa, solo subió a su habitación. Se recostó en su cama y miro el techo. Aquello solo hizo que la culpa incrementara. Las estrellas ya no le causaban alegría y tranquilidad, era todo lo contrario.
Volteo su cara y sus ojos se posaron en la fotografía que tenía con Hopper y Jane.
Fatigado susurro-Hopper... te necesito aquí.
Necesitaba de su padre, de sus consejos.
Y con ese pensamiento en su ser, cayo dormido.
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La mañana siguiente fue tranquila. Steve le dirigió la palabra, más sereno. Aun así, sabía que necesitaban de una charla. Pero como siempre huía de los problemas (para el) que lo sobrepasaban.
