Ovipositor

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Shang Qinghua, observaba nervioso a su hermano trasnmigrador, quien en ese momento parecía congelado por la impresión.

Al señor del pico Qing Jing, no le cabía en la cabeza que el objeto frente a sus ojos era real a pesar de la cantidad de situaciones por las que pasó a lo largo de los años en su nueva vida. Incluso el propio Qinghua a veces sentía que era un sueño o una ilusión, aun al ser el autor de la historia y tener más tiempo en ese lugar que Shen QingQiu.

Más que un objeto, lo que se encontraba guardado en la canasta rodeado de cobijas acolchadas, con talismanes de luz y calor, era un huevo, uno donde nacería el hijo de Shang Qinghua y Mobei-jun.

Ese huevo era el "fruto" de la Flor Paradisaeidae, a simple vista el nombre parecía único, sin embargo en realidad el perezoso autor tomó el primer nombre relacionado a "pájaro" y "flor" que le arrojó el buscador de internet; así, como todo en esa obra carecía de originalidad.

De regreso al origen del huevo, una vez cada cierta cantidad de años, el anterior "fruto" desechado germinaba hasta dar una nueva flor, cuando los pétalos comenzaban a marchitarse de su centro comenzaba a emerger el huevo. Una vez se marchitaba toda la planta, el fruto duraba un día antes de pudrirse hasta dejar una nueva semilla, la cual con el tiempo regresaría a la tierra e iniciaría de nuevo el ciclo.

Esa flor no tenía muchos usos: sabía horrible tanto para humanos como demonios, su tallo era espinoso, su olor putrefacto le causaba arcadas a cualquiera en un radio menor de diez metros, lo único bueno podría decirse que era agradable a la vista. No obstante había un uso oculto además de muy específico, como en la mayoría de los objetos o plantas en ese mundo.

El propósito del huevo en este lugar fue hacer un escenario hogareño y tierno, ya que con él se engendraría a uno de los herederos de Luo Binghe.

No le pregunten al antiguo autor a qué esposa del harén estaba destinada este tropo, solo recordaba que era una que le fue imposible concebir, por lo que buscó en diversos archivos, leyendas, tesoros, entre otros, hasta dar con la legendaria flor.

Jamás utilizó esa idea, ya que antes de usarla experimentó con otra, solo que no obtuvo el éxito esperado entre sus lectores (y por lo tanto en sus ganancias), así que abandonó el plan de darle respiros domésticos al protagonista (aunque después de lo que le contó Shen Qingqiu sobre la visita inesperada, tal vez hubiera sido buena idea darle uno que otro).

Como nunca publicó información de esa flor, ni siquiera en los libros extras que salieron sobre "Camino del orgulloso demonio inmortal", Shen Qingqiu jamás supo de su existencia.

Por otro lado, para el momento en que el señor de An Ding huía de una rana-toro-escupe-fuego, no recordó que la piedra brillante que encontró, embolsó, llenó con su sangre sin querer y llevó al reino de su marido, era el huevo olvidado.

Tal vez la fertilidad que ganó el huevo gracias a la sangre de Shan Qinghua se hubiera perdido de no ser porque, mientras el humano sacaba las cosas que consiguió de la guarida de la rana, Mobei, vio el huevo.

Con cuidado, el Rey del norte tomó "la piedra" que Qinghua encontró, al darle vuelta observó que ya se encontraba en parte fertilizada con la sangre de su esposo, por lo que no dudó en provocar una herida en su mano para darle vida al huevo.

Una vez el líquido cubrió la superficie, de inmediato se absorbió a través de la cáscara. Un destello iluminó la biblioteca donde minutos antes el alegre señor del pico compartía su botín, ahora se encontraba perdido por lo que acababa de pasar.

—Este esposo acepta la nueva responsabilidad de tener un hijo con su consorte —por reflejo, Qinghua aceptó el huevo que Mobei-jun le extendió, ahora con colores distintos a los que tenía antes—. Cuida del futuro heredero en lo que preparo todo para su llegada —concluyó, antes de retirarse de la habitación.

Monster Week MoshangWhere stories live. Discover now