Libre (parte 2)

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Cuando de nuevo abrió los ojos, Shang Qinghua, se encontraba en medio de unas mantas suaves.

Sospechó encontrarse en la casa de Shen Yuan, nunca en su vida podría costear unas cobijas tan cómodas como aquellas, por lo que ignoró la hora del día y decidió que todavía era momento de dormir, así se envolvió más en las telas hasta encontrar una nueva posición.

-Despertaste -dijo la voz de un hombre.

Fueron unos segundos donde la mente de Qinghua continuó en la creencia de encontrarse en la casa de su amigo, con los remanentes del extraño sueño donde aceptó casarse con un desconocido que resultó ser un oso polar.

-Qinghua, necesitamos hablar -insistió la voz, que no reconocía de ninguno de los hermanos de Shen Yuan o su padre.

Terminó por despertar al sintir una pata enorme empujarlo de forma suave, a través de su camiseta sintió algo afelpado al igual que unas garras, en seguida supo que no se trataba de la mano de alguien.

Las sábanas lo salvaron de una terrible caída al estar enredado, desde su lugar observó del otro lado de la cama sentado en el piso a su "esposo".

-No voy a hacerte nada -comenzó a escuchar la voz directo en su cabeza sin que el oso moviera el hocico-. Te explicaré todo, pero primero aléjate de la orilla o te vas a lastimar.

Después de debatirse si seguir o no la indicación, comenzó a desenredarse de forma lenta, si debía correr necesitaba todas sus extremidades libres.

Una vez suelto se puso de pie al lado contrario, en realidad sabía que no sería de mucha ayuda esa acción, sin embargo la falsa sensación de seguridad le ayudó a mantenerse firme. En cuanto al oso, decidió ignorar la distancia que puso Qinghua.

-Me llamo Bai Mobei -comenzó el oso al ver que Shang Qinghua parecía estar más estable -. Mi familia, además de ser propietarios de varias empresas por generaciones, también pertenece a un antiguo linaje de "hombres oso".

»Como parte de esta herencia hay un periodo donde no se puede controlar del todo la transformación, por lo usual eso sucede cuando se es niño, aunque en mí coincidió con este momento; no era mi intención asustarte, pero ya no puedo atrasar más el tener un enlace por los motivos que te contaron cuando te presentaron el contrato.

Qinghua, al entender que nada era una broma de cámara oculta, pasó de tener unas cuantas dudas a multiplicarse por siete, sabía que muchas de ellas por el momento no tendrían respuesta.

- ¿Por qué me elegiste? -fue lo primero que se le ocurrió.

Sin embargo, como sospechó, Mobei no le contestó.

-A su tiempo lo sabrás, solo debes saber que nosotros ya nos conocemos.

«Más misterio, ¡genial!», pensó Qinghua, seguro de que jamás olvidaría a una persona con semejante voz.

- ¿Cómo vamos a dormir en la misma cama? No cabes con ese tamaño -siguió con esa duda a sabiendas de ser algo absurda, pero su cerebro a mil por hora notó ese detalle y no podía dejar de pensar en ello.

Mobei soltó un soplido bajo, una acción que Shang Qinghua tomó como una pequeña risa, gracias a ello logró pequeña relajarse más.

-Hay tanto que podrías preguntar, ¿eso es lo único que se te ocurrió? -sí, su voz reflejaba diversión, a Qinghua le gustaba cómo sonaba.

-Quisiera saber la respuesta a muchas cosas, pero sé que la mayoría de ellas no podré tenerlas, y esa es la siguiente en importancia a menos que esa parte del trato fuera solo una pantalla.

Monster Week MoshangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora