Una trágica novela verídica no tiene su final tras la muerte del escribano.
Yamaguchi transmigra al cuerpo del escritor, el personaje con la peor suerte en la vida.
Deberá recorrer las desgracias que esconde la historia y registrarlas en su diario...
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「╥─ ᭄✾ྀ─╥」
La estadía de Hinata alcanzó las semanas. A raiz de ello, halló compañía de agrado y consejo en la habilidosa escritura y memoria de Yamaguchi.
Ambos compartían su tiempo de estudio juntos en la misma mesa; algo que Tsukishima llegó a envidiar.
Éste contemplaba la línea invisible que le separaba de aquel espacio que, de haber seguido el camino de la escritura, estaría tan cercano a Yamaguchi como aquel invitado.
O tal vez no...
Tsukishima reconocía la iluminada calidez que Hinata transmitía y cómo esto fue el despertar de tantas sonrisas en Yamaguchi, más de las que veía cuando solo eran ellos dos.
¿Así serían los últimos días antes de la partida de Yamaguchi a la Villa Imperial?
Esta idea colmó su paciencia de seguir observándolos de reojo y se levantó para irse sin emitir ningun sonido, a excepción de la puerta de salida al deslizarla con brusquedad.
Ante el ruido, Yamaguchi y Hinata se miraron en alerta y le levantaron a prisa para mirar al joven irse.
—¿Ese fue Tsukishima?
—Sí, de seguro ya se le hizo tarde para la pesca. —excusó Yamaguchi sin darle importancia y continuó. —Supe que mañana tal vez llegan los últimos registros de la villa. Pasaré en la tarde para buscarlos.
—Esta bien... ¿Dijiste que Tsukishima trabaja en la pesca? No lo hubiera imaginado. Nunca ha olido a pescado.
Esto por fin le sacó la mirada fuera de sus libros para seguirle la charla a Hinata.
—Tienes razón. Bueno, después de todo, procuro demasiado el aseo asi que siempre espero que este limpio.
—No sabía que le gustaba ese tipo de trabajo.
—Tal vez sí, no lo sé. Desde hace mucho dejó la escritura por frustración. Por eso no lo fuerzo a seguir y que explore lo que quiera.
—¿Y a ti te gusta la escritura?
Yamaguchi le sonrió sin respuesta.
—Ay, no sé porqué lo pregunto. Es el escribano más apasionado que he conocido.
—No es para tanto, aunque no me imagino haciendo otra cosa aún si es difícil. ¿Y tú?
Hinata guardó silencio a propósito, tratando de concentrarse a estudiar. Esto no intervenía en la confianza de Yamaguchi expresar su opinión.
—Es casi difícil cambiar el sueño de uno por buscar honor en otro lugar. Hasta que no lo intentes, tu deseo de seguir un sueño no va a cesar porque también eres alguien apasionado.
Hubo una llama que se encendió en el pecho de Hinata. Es poco usual recibir apoyo y no burla por sus deseos. Se volvió más admirador del escribano, su nuevo mentor.
