13˦ Eʟ Dᴇsᴛɪɴᴏ Iʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ I

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「╥─ ᭄✾ྀ─╥」

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Aquella desgraciada noche no solo estuvo en los pensamientos de Hinata y Yamaguchi.

El menor de todos no había tomado ni una siesta después del incidente. Todo lo que vio esa noche se repetía de principio a fin desde que fue arrastrado por los Bokuto de regreso al clan.

¿Qué fue aquello? Tsukishima no tenía ni idea de cómo llegaron ahí, pero le hicieron ver que fue él quien los guió al hospedaje.

Pero él nunca conspiraría contra Yamaguchi. ¿O acaso lo hizo sin darse cuenta? Le daba ansiedad no entenderlo todo.

Ya se sentía inquieto la noche que Yamaguchi y Hinata andaban divirtiéndose bebiendo con hombres extraños, pero Tsukishima no había sospechado nada hasta después. No era extraño que Bokuto tuviera conexiones que ni el mismo Tsukishima sabía.

Una parte de él quería creer que el plan de Yamaguchi en tenderlo bajo su protección, funcionaría. Pero todo se desvaneció al abrir la puerta del cuarto y encontrar al líder Bokuto esperando.

Hubiera deseado haber sido arrastrado fuera del hospedaje antes de que Yamaguchi subiera a la habitación, pero esperaron a que el escribano llegará para torturarle.

Tsukishima sentía más dolor al ver cómo todo se repetía otra vez: Él se metía en líos y Yamaguchi pagaba el precio más alto.

No pudo apartar la mirada en ningún momento. Cuando uno de los hombres le pegó a Yamaguchi con la vaina de la espada en la cabeza, Tsukishima se asustó por la brutalidad, pues había dejado al escribano aturdido.

El abuso siguiente fue inquietante, más confuso y repulsivo de ver. No entendía la necesidad de Bokuto exponer su miembro sin pudor para agredir las partes íntimas de su maestro, cuyas ropas fueron rasgadas dejándole en parcial desnudez.

Tsukishima sintió una mezcla de repulsión y terror con los quejidos ahogados de Yamaguchi. Cómo si el dolor le hiciera perder hasta la voz. De un dolor que se sufre cuando te aplastan las entrañas.

Se hizo más alto los vulgares sonidos del líder agitando las caderas.

La piel de Tsukishima sudaba frío y fue difícil respirar el mismo aire del cuarto. Tenía el vientre tenso, sintiendo la acidez subir a su garganta sin poder vomitar.

Sollozó sin moverse, viendo lo inútil que era su fuerza. No paró de observar a Yamaguchi de su dolor, humillación y esencia. No dejó de observar incluso cuando sus maestro perdió la conciencia.

—Ya está. ¿Quién sigue?

Las lágrimas salían por sí solas sin emitir ningún sonido. El tiempo fue una eternidad y cuando el cuerpo de Yamaguchi se veía tan inerte, Tsukishima gritaba.

—¡Yamaguchi—san! ¡Yamaguchi—san!

A veces parecía recuperarse de su inconsciencia, pero se iba de nuevo y Tsukishima no estaba seguro de si respiraba. Sintió que todo era más grave al ver gotas de sangre en el suelo mezcladas con la repulsiva fluidez blanca de las bestias que se daban rondas.

Un Villano Amor | Tsukkiyama (+18)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora