(XXII) Campamento de primavera

605 67 43
                                    

< Capítulo 22 >






27 DE ABRIL | RESIDENCIA PARK

Roseanne una vez más se hallaba atrapada en uno de esos extraños sueños, intentando encontrar una salida, pero... acaso quería irse realmente?

Jimin estaba de pie frente a ella, desnudo en su totalidad, contemplándola con esos hermosos ojos color miel.

Era una habitación cerrada, todo a su alrededor era negro, no había nada ni nadie más, solo ellos y una pequeña cama que era donde Rosé estaba tumbada boca arriba.

La vista de la fémina se desplazaba desde arriba hacia abajo, iniciando con su hermoso cabello rubio, para luego admirar su rostro tallado por los mismísimos dioses, sus ojos, su nariz, sus labios, su piel... después continuó con su cuello, sus marcadas clavículas, su torso desnudo, marcado y trabajado, sus brazos, sus venosas manos, sus atléticas piernas...

Lo deseaba tanto... ya no podía controlarlo, si no podía follárselo en la vida real, al menos podría disfrutar de su cuerpo en sus sueños húmedos.

Jimin dió un peligroso paso adelante, rozando las rodillas de la chica.

La piel de Rosé se erizó al instante, mientras seguía sin poder quitarle la vista de encima. Miraba sus ojos y algo más...

Solo había sido un beso, un insignificante beso que había conseguido volverla loca. Desde el día que se besaron nada volvió a ser igual, y Rosé se estaba hartando de fingir desinterés.

—Jimin... -Las palabras salieron de su boca como un hilo de voz.
—Te deseo... -La muchacha susurraba dificultosa, como si la presencia de Jimin la intimidara.

El rubio esbozó una sonrisa ladeada de lo más pícara, para acto seguido dejarse caer encima de la chica, rozando su miembro con la piel femenina.

Rosé lo sentía, y la sensación era realmente hermosa, no podía evitar mirar hacia abajo.

La venosa mano del chico viaja a su cuello, obligándola a mirarlo a los ojos.

—Mis ojos están aquí arriba... -Susurra Jimin en tono ronco pero a la vez delicado.

Roseanne no podía evitar soltar pequeños jadeos ante tan delicioso tacto, quería más, mucho más.

—Quiero que me folles... -Murmura la rubia aún con la mano masculina abrazada a su cuello.

Jimin volvió a sonreír de forma pretenciosa, para posteriormente iniciar un lento acercamiento.

Iban a besarse, pero justo cuando ambos personajes iban a unir sus labios en un fogoso contacto, Rosé logra despertar de su "traumático" sueño.

Fue de golpe, sin previo aviso, la fémina salió disparada hacia adelante, quedando sentada en la cama con la respiración entrecortada y el corazón acelerado.

No podía creerlo... otra vez había tenido un sueño erótico con... él.

En el momento que se quitó las sábanas de encima pudo darse cuenta de que se hallaba nadando en sus propios fluidos, empapando por completo sus bragas.

School Days [discontinued]Where stories live. Discover now