Fragmentos de un ser deplorable --Jason Todd--

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Especial dia de muertos?

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Caminaba a paso lento mientras ingresaba en el gran pasillo de bóvedas fúnebres, buscaba aquel lugar en el que años atrás fue sepultado la persona que le salvó la vida; iba tan perdido en sus recuerdos que no se percató que ya había llegado a su destino.

-Hola Jay- saludó colocando una pequeña dalia; en el lenguaje de las flores eran por excelencia las de agradecimiento. -No podía dejar de visitarte en este día. -

Se cumplía un año más desde aquel fatídico día, hacía todo lo posible por seguir adelante, pero realmente jamás podría. Si ahora tenía 16 años es porque fue salvado por Jason cuando tenía cuatro; las lágrimas acumuladas le nublaron la vista, tragó y trató de continuar hablando.

-Si tan solo pudiera volver a verte para agradecerte... este dolor- apoyó su mano sobre su pecho -el dolor, sería menos Jay- finalmente se quebró comenzando a llorar, como cada día, igual que cada año.

Alfred, quien era el encargado de llevarlo al cementerio cada año, se bajó de la limusina mientras sentía sus pies de plomo, Jason era su niño consentido, su favorito, aunque lo negara, fue a quien más le afectó la perdida de aquel muchacho rebelde. Mientras se disponía a buscar a Tim, recordó aquella tragedia en el que todas las vidas de la mansión Wayne cambiaría para siempre.

Flashback

El sonido que puntualmente anunciaba la salida de la Academia de Gotham finalmente se escuchó, aquel día Alfred había pedido a Jason que retirara a Tim de la guardería; el bebé recién nacido de Bruce se había resfriado y tenía que cuidarlo para asegurarse de que no se complicara a algo más grave, Jason gustoso aceptó la petición y fue por él después de despedirse de sus dos mejores amigos Roy y Artemisa.

Llegó a la guardería y el pequeño Tim se lanzó a brazos de su hermano realmente feliz.

-JayJay, hoy pinté un dinoaurio- hizo un puchero ante la estridente risa de su hermano mayor.

-Dinosaurio- corrigió mientras aún reía.

-¡Eso dije!- exclamó aún con una pequeña mueca, pero aun así olvidó el tema y se apresuró a seguir contándole a su hermano que Conner le había prometido regalarle un conejo porque sus papás tenían una granja.

-Recuerda que debes pedirle al viejo que te dé permiso de tener mascotas- lo tomó de la pequeña manita para cruzar la calle.

-No es viejo, es el señor Way....- se vio interrumpido cuando sintió como Jason le apretó fuertemente la mano.

Una camioneta negra se había estacionado frente a ellos, les tomó bastante tiempo reaccionar y cuando lo hicieron, ya se encontraban dentro de la misma; no lograron gritar por ayuda, no había nada que pudieran hacer, estaban solos.

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Eran las once de la noche y una suave llovizna comenzó a caer sobre todo Gotham, a las afueras de la ciudad, precisamente en la residencia de una de las personas más adineradas de la ciudad se podía sentir la tensión, los dos menores Wayne llevaban siete horas de retraso. Jason no respondía a su celular, al principio Alfred creyó que había llevado a Tim a jugar por ahí, pero jamás llegaban tarde, Dick quien era el mayor, fue a revisar por todo el campus de la academia, pero no tuvo éxito.

Cuando Bruce llegó a su hogar preocupado por la salud de su hijo más pequeño, no estaba preparado para escuchar la desaparición misteriosa de sus otros dos hijos, adoptados claro, pero a fin de cuentas sus hijos.

-Si se trata de un secuestro no tardaran en pedir un rescate- fueron las palabras que trataron de dar un poco de esperanza a todos en la mansión; pero conforme avanzaba el tiempo, esa esperanza disminuía a cada segundo.