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Continuación de 44

Pareja: Damijay Jaydami

Advertencias: lemon, sex osea hard del bueno XD

Nota: esta historia la estoy colocando en el libro "Naturaleza" xq aquí hasta yo me perdí, espero les guste y disculpen la demora, estoy con el famoso síndrome del manguito rotador, alias me duele hasta el alma mover mi brazo derecho y pues soy diestra, me voy a morir buuuu

ya dejando el drama, disfruten.

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Los gemidos se escuchaban en la habitación, Jason se retorcía de placer bajo el cuerpo de Damian.

Ahora podían disfrutar de todo, aunque aún podía recordar sus terribles inicios.

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Damian era demasiado demandante al hecho de querer tener sexo.

Es que demandante era poco, no existía palabra que abarcara la necedad del muchacho, y eso les causó varios inconvenientes, aunque ahora que lo veía desde otro punto le causaba algo de gracia.

<<<<<<<<<<<<<<--Cállate

--Cállame

-¡Damian!

--¡Ya! Solo un beso no te matará, te he dado mejores espectáculos como para que te avergüences por un beso—y es que ese niño perdía el filtro en los momentos más incómodos, como por ejemplo una reunión familiar en la que Tim se la pasaba genial riéndose de toda esa situación.

Sus espectáculos sí que eran dignos y únicos, a pesar de la naturaleza dominante del menor, había expuesto sus deseos.

--Quiero que me penetres—su cara tan seria hizo que casi se atragante con su propia saliva

--¿Bromeas?

--No, ya me he penetrado con los dedos antes ¿lo recuerdas?

--No me lo recuerdes

--Bueno, quiero que me penetres

--No

--Cuando tenga la edad, por el momento podemos usar los dedos

La manera tan tranquila con la que decía esas cosas le hacía replantearse el querer seguir con ese sentimiento e intento de relación que tenían.

La manera tan tranquila con la que decía esas cosas le hacía replantearse el querer seguir con ese sentimiento e intento de relación que tenían

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Más de una vez lo había visto rebuscar en sus guaridas hasta que al fin supo qué quería: sus dildos.

El autocontrol que tenía el chico era de admiración, había pasado algunos celos solo cuidándolo, sin ningún avance, pero fuera de esos ciclos Damian era algo salvaje con sus deseos.

Una noche llegó a su pequeño departamento y lo primero que encontró fue al menor recostado en su cama, totalmente desnudo y escurriendo lubricante entre sus dedos para luego metérselos en el ano; se quedó estático ahí, sin poder mover un músculo y con la mandíbula por el suelo, que puta imagen.

Fragmentos de un ser deplorable --Jason Todd--Where stories live. Discover now