Capitulo 7

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Una loba en el armario

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25 de enero, 9:15 pm, salón de eventos, última planta.

La lluvia no parece ser un impedimento para los ricos, porque a pesar de que está cayendo una tormenta, ellos siguen como si nada, beben, ríen y comen bocadillos como si estuvieran en el paraíso.

Phoenix no es rico, pero quería actuar como uno, así que vuelve con sus amigos con la sonrisa más tonta que podía expresar.

—Lo hice—Expresa Phoenix, y sus amigos lo miran como si hubiese ganado un premio.

—¿El qué, amigo?—Pregunta el inspector, teniendo a Maya sentada a su lado, todavía ebria.

—Yo...creo, digo creo porque no tengo ni idea de que pasó, pero creo que tendré una cita con Miles.

Apenas Phoenix terminó esa oración cuando Maya levanta la cabeza, con los ojos abiertos y tomando al abogado por una de sus muñecas.

—Chisme, ahora—Dice Maya con firmeza como si interpretara a la policía intimidante; en serio es mal bebedora.

—Pues...—Phoenix toma asiento, y de inmediato siente las miradas de Maya, Dick y Larry—Dios, ¿en serio son tan entrometidos?

Los tres asienten con la cabeza, así que Phoenix, derrotado, tuvo que contarles.

—Bien, todo es culpa de Franziska.

—¡Lo sabía!

Phoenix no entendía ese "¡lo sabía" pero dado que Maya está más borracha que despechado en cantina, la ignora y continúa hablando.

—En principio, Miles y Franziska iban a ir al teatro mañana, pero Franziska no podrá asistir, así que la reemplazaré.

¿En serio Franziska no puede ir? ¿O habrá mentido para que estos dos salgan? La respuesta es obvia.

—¿Entonces tienen una cita mañana, en el teatro por la noche?—Maya junta sus manos emocionada—¡Eso es taaaaaan romántico!

—Maya, por Dios—Phoenix quiere cubrir sus manos como si de un adolescente se tratase; no es la primera vez que tiene una cita, pero eso fue hace años, además, nunca había tenido una cita con otro hombre.

Y para complicarlo aún más, ese hombre es Miles Edgeworth; ¿es un premio o un castigo?

—¿Mmh, amiga, segura que estas bien?—Pregunta Dick al ver a Maya tambaleándose, parece que su energía se está esfumando.

—S-Si, solo que todos se mueven rápido y me mareo.

—¿Segura que no eres tú?—Pregunta Phoenix.

—No, son ustedes.

—Creo que ya deberíamos volver al hotel, ya estas las últimas—Phoenix ayuda a Maya a ponerse de pie—Nosotros ya nos vamos.

—Ahora mismo les consigo un taxi amigo—Comenta Gumshoe.

—Gracias.

Gumshoe se levanta y busca el taxi, dejando a Phoenix, Maya y Larry en la mesa.

—Espera—Dice Larry de repente—¡¿Edgey y tú van a salir juntos?! ¡¿En una cita?!

Y así, Larry conecta los cables (se tardó mil años pero al menos se dio cuenta), exclamando tan fuerte que todos los presentes en el salón voltearon a verlos. Phoenix observa a Larry, con una mezcla de pavor e instinto asesino en su mirada.

Lo nuestro en la ciudad [WrightWorth]Where stories live. Discover now