Capitulo 67

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Él es gay

El dragón no tiene un hogar al que volver, pero quiere quedarse en casa de alguien. Parece que se hace de rogar, pero se abraza a Xie Qingcheng y no se suelta, queriendo volver a probar toda la frescura del vestuario.

El dragón marca al hombre, pero éste se limpia después, así que le palmea la cola y, naturalmente, quiere volver a marcarlo.

Unas horas más tarde.

La mirada de Xie Qingcheng estaba relajada mientras se encontraba entre las almohadas y las mantas.

Aunque previamente había reconstruido sus defensas, optando por la superficialidad y la aceptación, físicamente aún no podía.

Y ahora, empezaba a preguntarse si había sido un error el que aceptara continuar con esta relación para resolver el obstáculo que lo frenaba.

Porque la pequeña bestia tiene demasiada resistencia también...

Simplemente interfería aún más con sus arreglos.

He Yu se acostó a su lado, con los dedos enredados en su pelo negro, un poco más largo.

  

-Ge, lo he hecho bien ahora.

-...

El deseo del joven era tan fuerte que en cuanto miró la cara de Xie Qingcheng y vio el más mínimo indicio de lujuria, He Yu sintió como si la electricidad le recorriera la rabadilla y no pudo recordar lo cansado que estaba. La energía del chico no se puede agotar y sólo quiere más.

Hoy en día, el cuerpo de Xie Qingcheng es una especie de tranquilizante para él.

No importa lo duras que sean las palabras de Xie Qingcheng, no importa lo decidido que esté, mientras He Yu duerma con él, se calmará y su temperamento se volverá bueno.

Su ánimo se calmó y la discusión que acababa de tener no parecía contar para nada en este momento.

Chen Man tampoco cuenta.

De todos modos, no iba a poder comerlo.

La forma en que He Yu mira a Xie Qingcheng en este momento es mucho más suave, un tipo de dulzura que se despoja de las habituales connotaciones sombrías y es pura, como la de un joven normal de diecinueve años enamorado.

Por desgracia, Xie Qingcheng no lo miró.

He Yu lo llamó de nuevo: -Xie Qingcheng.

Xie Qingcheng no respondió.

He Yu se tocó la comisura de los labios:
-¿Te duele?.

Xie Qingcheng lo ignoró.

He Yu volvió a abrazar su cintura y lo besó desde el omóplato hasta la clavícula: -¿Estás cómodo?.

Xie Qingcheng lo ignoró y dijo:
-¿Puedes perderte?.

He Yu, descaradamente, dijo:
-Estoy tan cansado. Estoy muy cansado.
¿No me entiendes cuando lo intento? Quiero que duermas conmigo un rato.

No había intención de negociar, ni en sus labios, ni en sus manos tampoco, abrazó fuertemente a Xie Qingcheng.

Xie Qingcheng miró fríamente al techo y dijo medio día después:
-Realmente ya no eres malvado con los hombres.

-Soy malvado.

Xie Qingcheng dijo fríamente:
-Realmente no veo la diferencia entre lo que estás haciendo y ser gay.

Libro de casos médicos (一)Where stories live. Discover now