verse O1. the outstanding

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Clotted Cream mordió su labio interno hasta que sintió el regusto metálico de la sangre rozar su lengua. Lo hacía siempre que estaba nervioso, por lo que casi siempre había pequeñas heridas en el interior de su boca.

Miró de nuevo su reflejo en la ventanilla del coche, ajustando su corbata. Su uniforme estaba impecablemente limpio, sin una sola arruga y su cabello peinado a la perfección. Nada fuera de lugar, todo estaba en orden.

Hizo una respiración profunda mientras el chófer detenía el vehículo frente a la imponente fachada de mármol del edificio. La Casa Señorial se alzaba tan venerable como la recordaba desde el curso pasado, con sus inmensos portones y majestuosos arcos.

Trago saliva mientras abría la puerta, observando como otros coches empezaban a estacionarse alrededor del campus. Un tráfico de maletas y abrazos de despedida que se repetía cada año para aquellos que se quedaban internos en la escuela. Él mismo comenzó a descargar su equipaje mientras a lo lejos veía a su padre, conversando y estrechando manos con esa diplomática faceta suya que solo mostraba ante aquellas personas que eran dignas de su reconocimiento.

- Tu último año de preparatoria. Mi niño ya es todo un hombre - Habló melancólica la madre de Clotted mientras se acercaba para recolocar el cuello de la camisa de su hijo. - Parece que fue ayer cuando solo me llegabas a la altura de las rodillas ¡ Y mírate ahora ! Has crecido tanto... Dentro de poco ya te habrás casado y tendrás hijos...

- Y te prometo que haré mi mejor esfuerzo por ser un buen cabeza de familia - Dijo Clotted, inclinándose para besar la mejilla de su madre. Había aprendido a repetir esas palabras desde que era un crío, pues era de las pocas cosas que a su padre le gustaba oír salir de su boca.

- Lo sé, cariño. Estamos tan orgullosos de ti. - Light Cream siempre se volvía igual de nostálgica cuando llegaba el momento de separarse otra vez de su amado niño.

- Clotted Cream, un placer volver a verte en nuestra escuela. - La voz de la directora Oyster hizo que el chico levantara la mirada. La anciana, de pie al lado de su padre le analizaba con esa mirada siempre lánguida.

- El placer es todo mío, directora - El aludido hizo una pequeña reverencia, lo que provocó en la mujer una suave risa.

- Siempre tan educado. Tiene un hijo maravilloso, señor Custard.

El hombre no dijo una palabra. Sus ojos viajaron de la anciana hacia su hijo en cuestión de segundos, para después hacer un leve asentimiento con la cabeza.

- ¿ Os quedareis para la ceremonia de bienvenida del curso ? Sería una honra para la escuela.

- Por más que nos gustaría, me temo que no será posible - Custard declinó la oferta. - Tengo, asuntos urgentes que atender y usted sabe que el trabajo nunca espera.

- Por supuesto, por supuesto. Sigue siendo un hombre muy ocupado, por lo que veo - Asintió Oyster con una expresión afable. - De todas formas, sería maravilloso si en algún momento pudiera hacer una visita a la escuela. Ya sabe, para recordar los momentos en los que estaba en los zapatos de su hijo, como estudiante en vez de tutor. - Palmeó el hombro de Clotted, quien seguía sonriendo algo incómodo.

- Esa sería una buena idea. Ahora si me disculpa, iré a ayudar a Clotted con su equipaje. - Custard escurrió la propuesta como pudo.

La directora afirmó una vez más antes de entablar conversación con Light Cream, quien se había quedado en silencio desde la aparición de su marido.

Clotted obedeció a su padre y se dispuso a cargar con el resto de sus maletas. Ambos atravesaron el recibidor que guiaba a los dormitorios, el cual seguía siendo un caos de cajas, maletas y bolsas. Nuevos y viejos inquilinos. Caras nuevas y conocidas se juntaban en el trajín del pasillo-

𝙝𝙚𝙖𝙙 𝙤𝙫𝙚𝙧 𝙝𝙚𝙚𝙡𝙨  !  ;; affocream Where stories live. Discover now