verse O3. oh God, forgive me

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Affogato tampoco era el mayor fan de las fiestas con gritos escandalosos, música mediocre exageradamente alta y adolescentes ebrios vomitando por las esquinas. Sin embargo, si quería tantear el campo aquella oportunidad le venía como anillo al dedo.

Los recintos del internado abarcaban una cantidad de terreno casi insana. La propiedad, a la que pertenecían la capilla y el pequeño bosque que la bordeaba también incluía el lago privado en el que al parecer, practicaba el equipo de remo. Además de esto, en una de las partes despejadas del bosque, había una edificación que parecía haber sido abandonada cuando estaba en construcción (según le había contado Espresso, allí era donde se iba a situar la iglesia originalmente, pero se cambió de lugar al considerar que estaba muy lejos de la residencia ) Sin embargo, esta había sido reapropiada por los alumnos de tercero, quienes la habían acomodado para ser un lugar ideal para montar esa clase de eventos. Y lo mejor de todo es que estaba lo suficientemente alejado como para que ninguno de los profesores se diera cuenta del escándalo.

Affogato siguió a Espresso a través la oscuridad casi total del lugar, únicamente rota por las cegadoras luces de neón. Trató de ignorar la repugnancia que le causaban el fuerte olor a alcohol barato mezclado con el sudor mientras daba tumbos, intentando no ser absorbido por la multitud que se acumulaba en la entrada. Allá donde veía la gente bebía, reía, bailaba, fumaba ( probablemente no solo tabaco). Podría ser un internado religioso, pero Affogato le pareció que se alejaba de todo valor cristiano que alguna vez pudo escuchar. Era lo esperado, después de todo, ese era el motivo por el que se hacía de forma clandestina. Y se aseguraban de nadie abriera la boca al respecto.

Espresso dijo algo que Affogato no pudo entender debido al estridente ruido. Después tiró de la manga de su cazadora, guiándole hasta una zona más despejada en la que un grupo de adolescentes estaban tirados en unos sillones. Uno de ellos, de larga melena rubia y unos ojos azules que parecían estar mirando directamente a tu alma levantó la cabeza que tenía apoyada en el respaldo. Una sonrisa boba se dibujó en su rostro marfilado al ver a Espresso.

- No esperaba que vinieras - Su voz sonó entusiasmada cuando el moreno se acercó a él, en compañía de Affogato.

- La vida te da sorpresas - Suspiró Espresso con un tono desdeñoso, pero él también sonreía.

- Oh vamos, sabes que me echabas de menos. - Dijo burlón el rubio tras dale un trago largo a su vaso.

- Pff, sí, en tus sueños. Aparta y hazme un hueco. - Espresso le dio un leve empujón, haciéndose paso para sentarse a su lado. Tomó la copa de la mano del rubio y le dio otro trago antes de mirar a Affogato - Él es Madeleine. Parece idiota, pero si le das una oportunidad...

- Te das cuenta de que además de idiota es horriblemente gay. - Interrumpió una chica de espesos rizos rosados que acababa de llegar con un par de vasos en la mano.

- ¡ Eh, eso es ofensivo ! - se quejó Madeleine mientras rodeaba con un brazo los hombros de Espresso. Este dejó de escapar una risa que casi le hace atragantarse con la bebida.

- ¿ Lo qué ? ¿ Que seas gay ?

- No, eso es verdad. Me refería a lo otro.

Affogato empezaba a entender la situación.

- O sea, que estáis...- Dijo entrecerrando los ojos y apuntando a Espresso y Madeleine.

- ¿ Saliendo ? Oh si, y no se como, son como el agua y el aceite. - Volvió a añadir la chica. - Pero son insoportables cuando están juntos.

- ¿ Sabes Raspberry ? Eres muy agradable cuando no te pasas el día tratándome como si me odiaras.- Madeleine soltó una carcajada.

- Callate. Latte y yo nos pasamos todo segundo grado haciendo de cupido entre ustedes dos, así que me he ganado justamente el bullying que te estoy haciendo. - Raspberry fingió un puchero para después darle uno de los vasos a Affogato. - Toma, iba a ser para White Choco, pero no la encuentro por ningún lado.

𝙝𝙚𝙖𝙙 𝙤𝙫𝙚𝙧 𝙝𝙚𝙚𝙡𝙨  !  ;; affocream Donde viven las historias. Descúbrelo ahora