Capítulo 2

564 26 8
                                    

Buenos días amigos, saludos desde Colombia 👋

Estos capítulos están dedicados a ti que ni siquiera perder tu cuenta hizo que abandoras mis historias, eres un gran fans y espero que te vaya muy bien en la vida 💛

Además es un pequeño soborno para que sigas con tu historia 👀

PD: Ya digo tu nombre bien 🤭

-

Conan

—Primero un control de temperatura. —me dijo al fin en voz baja, dejando un termómetro en mi mano.

Casi suspire al sentir su mano contra la mía en esos instantes, probablemente era debido a que mi temperatura era alta pero su mano se sentía refrescante; solo pude asentir a su petición.

—38.7° C. —murmuró leyendo el termómetro mientras yo me volvía a acomodar la chaqueta, sentado frente a ella en la mesa de centro. —Eso es muy alto. —murmuró algo preocupada.

—Acabo de correr hasta acá, supongo que por eso subió. —le dije sin querer incluir el momento de hace rato, sabiendo que mi temperatura subió en ese instante.

—Me preguntó si estarás bien con esta fiebre tan alta. —volvió a murmurar frunciendo los labios al estar preocupada, cosa que noté al conocerla bastante.

—No te preocupes. —le dije mostrándole una sonrisa tomando su muñeca la que no sostenía el termómetro, esta vez no pude contener el suspiro al sentir su piel refrescante contra la mía. —¡Hay que hacerlo! —afirmé manteniendo mi mirada como hace instantes lo hizo ella.

Volvimos a mirarnos fijamente sin darnos cuenta, verla abrir sus labios me devolvió a la realidad. —El efecto del antídoto debe durar aproximadamente 24 horas al igual que los prototipos anteriores. —me empezó a explicar, sacando una pastilla blanca. —Pero es de acción rápida, así que te debería hacer efecto inmediatamente después de ingerirlo.

—Si. —fue lo único que pude responder, tuve el impulso de unir mi frente a la suya pero rápidamente la rechace como una locura por muy enfermo que esté y por muy bien que se sienta la temperatura de Haibara, hacer eso era una genuina locura.

No nos despedimos como es habitual e ingrese al baño, luego de alistar todo ingerí la pastilla. Mis pensamientos llenaron mi mente rememorando la razón por la que nunca me despedía de ella junto con el dolor que traía la transformación consigo.

Al principio fue porque no quería verla, no quería saber de ella y no quería volverla a encontrar; en algún momento eso cambió y no me despedía porque quería encontrarme con ella otra vez, se había vuelto una persona importante para mí y ahora no quería perderla, no como la creadora de la droga que me encogió sino como una gran amiga.

Con todos esos pensamientos en mi mente perdí la conciencia. Al despertar termine de arreglar mi uniforme y salí del baño, pero no encontré a Haibara.

Shinichi

—¿Haibara? —la llamé. —¡Haibara! —y seguí mientras buscaba en toda la casa, pero simplemente ella no estaba. —¿Qué extraño...? ¿A dónde fue? —me pregunté a mi mismo. —Son las 12:30. —dije viendo el reloj anestesiante. —Si voy ahora, llego a tiempo para el receso del mediodía. —concluí antes de salir de la casa.

Al salir pase por mi casa y me detuve al ver un gran árbol que se veía desde el patio. —¿El árbol en mi jardín era tan alto? —pensé extraño. —¿Será porque lo he estado viendo desde un ángulo diferente a la altura de Conan?

Bueno, no importa. —deje de lado esos pensamientos, pues no importaban realmente.

Al recorrer las calles empecé a sentirme extraño. —¿Ese edificio siempre ha estado allí?

AlucinacionesWhere stories live. Discover now