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- Deja de beber, Jimin. - murmura Taehyung, mientras el menor se terminaba su vasito con alcohol tratando de cantar al ritmo de la música, con su cabeza en el hombro de Taehyung. - Permiso, ya fue suficiente. - susurra Kim, tomando dulcemente el vaso de la mano del menor sacándole un gruñidito.

- ¡N-Nooo! - exclama, pataleando. - M-mi vaso...

- Suficiente. - vuelve a decir, mientras acariciaba suavemente el cabello del menor, escuchando como Jeon y Hoseok se reían de fondo al ver la escena. - Nada más de alcohol.

- P-pero Taehyun-ip. - Lloriquea, tirando su cabeza hacia atras mientras daba un suspiro, Kim lo abrazó, escuchándolo ronronear. - Mh~. - gruñe bajo otra vez y vuelve a hipar.

- Kim, nosotros ordenaremos, llévalo a que descanse... - Hoseok asiente a las palabras de Jeon. - Podemos ordenar, no te preocupes.

- Si Kim, estoy seguro de que solo a ti te hará caso, a nosotros siempre nos ignora. ¿Cierto, Park?- exclaman esto último los chicos haciendo que Jimin carcajeara, asintiendo y dándoles la razón haciendo que ambos se miraran entre sí y luego vean al alto. - ¿ya ves?

- Esta bien... - susurra riendo - vamos, cachorro. - Lo toma entre sus brazos, Jimin lloriquea mirando su vasito en la mesa, mientras se acurrucaba en el pecho de Kim. - Ya está, deja el berrinche.

- M-mi vasito. - forma un pucherito con sus labios mientras Kim subía la escalera con el en brazos como si nada. - Ah~ - canturrea. - Taehyunnie es tan fuerte.

- Estas subiendome el ego, cachorro. - Jimin gruñe, golpeandole el pecho antes de jadear adolorido.

- eres de piedra, maldición. - lloriquea nuevamente y deja caer su frente devastado al hombro del alto, escuchando su risa baja y ronca. -

- algo así, lindo. -

Es lo único que le dice riendo, dejándolo en la cama cuando llegan al cuarto del alfa, viendo como este quedaba entre las almohadas, el mayor le quita los zapatos y va hasta la puerta de la habitación para cerrarla, volviendo después.

- No me iré hasta que te duermas, cachorrito. - Jimin asiente, estirando sus brazos aun con ese dulce puchero en sus belfos. - Pareces un bello patito.

- ¿Patito? -murmura, llevando sus manitos hasta sus abultados labios tocando estos mismos. - Mhg~. - Gruñe suave, enterrando su cabeza en la almohada hasta que Kim se recuesta a su lado, acurrucandose al instante en su pecho. - Son involuntarios...

- ¿Tus pucheritos? - Jimin asiente, algo ido antes de comenzar a acariciar las mejillas del alfa, ambos estando mirando fijamente el rostro del contrario. - Son adorables. - Sonríe al ver sus ojitos azules mirarle bobamente. - Tienes una carita de ángel.

- Un... a-angel muy ebrio. - ríe, achinando sus ojitos y arrugando su naricita.

- exactamente, pero no dejas de ser bello. - acaricia sus mejillas también, pasando su pulgar por su mentón. -

- No me gustan mis labios. -

Dice de repente, haciendo que Kim le mire confundido, elevando una de sus cejas y preguntándose internamente qué tenían de malo sus labios. Maldición, cualquiera desearía tener aquellas dos almohadas esponjosas que el menor tenía por genética.

- ¿Qué pasa con tus labios? - consulta, soltando sus feromonas las cuales envolvieron al menor.

- Son... - aprieta estos mismos, antes de soltarlos. - Muy grandes. - forma un pucherito involuntario. - Parezco patito. - expresa con un tono bajo y bobo, por el alcohol y las feromonas del alto.

- Eso te hace precioso, Jimin. - susurra, mirando el bello rostro que el menor tenía, viendo cada facción que poseía, acariciando sus mejillas con su pulgar. - Eres un patito con unos labios bellísimos.

- ... ¿a ti te gustan mis labios? -

Pregunta de repente, viéndole con sus pupilas dilatadas. Kim queda algo atontado con su pregunta, sintiendo como su corazón se aceleraba.

Esta ebrio, posiblemente solo preguntaba lo primero que se le venía a la cabeza.

- Son muy lindos, cariño. - su mirada baja hasta los abultados y rosados labios de Jimin. - Se ven suaves.. esponjosos y rojos en todo momento. - El mayor relame lentamente sus propios labios observando estos. - son perfectos.

- ¿Cómo lo sabes? - pregunta, mirándole atontado, mientras Taehyung fruncía su ceño confundido. - Nunca los has probado, ... no sabes si son... suaves... o esponjosos... buenos y tan bonitos como se ven. - El menor incitaba algo, sus feromonas también lo hacían. Sus ojos estaban fijos en los del mayor, sintiendo su cuerpo estremecer, necesitado de un contacto más allá de lo que pudiese decirse que era "amistoso".

El atrevimiento del menor logró hacer que una corriente pasara por todo el cuerpo del azabache, haciendo que trague duro saliva y sienta de golpe esas feromonas dulzonas del menor, y por el brillo de sus ojitos, entendía que la vulnerabilidad de Jimin al estar ebrio dejó que su lobito tomara bastante el mando de sus acciones.

- Cachorro... creo que te haría bien dormir. - Susurra. Viendo como Jimin negaba. - Sí, cachorrito, descansa, cierra tus ojitos y descansa.

Jimin deja uno de sus deditos contra los labios del alto para hacer que este deje de hablar, susurrando un lento "shh", pudiendo sentir la pesada respiración del alto cuando quitó lentamente su dedo de esos labios mojados y fríos que Taehyung poseía.

- Besame. -Dice con un hilo de voz. Taehyung trató de controlarse lo mejor que pudo, no podía aprovecharse del estado en el que Jimin estaba.

- Cachorro... duerme, por favor. - susurra suplicante, sin saber cuánto mas podria resistir esas insinuaciones, teniendo a su lobo dentro suyo gruñendo, queriendo satisfacer a su omega complicaba todas las cosas.

El alto gruñe bajo, juntando sus frentes mientras su respiración se aceleraba, sintiendo esas feromonas aroma de vainilla haciéndose mas fuertes. - Jimin... detente, no hagas esto... - murmura bajo, con su voz gruesa mientras el omega se pegaba más a el, mirándole con sus ojitos bobos.

- Bésame... - repite, apretando la camiseta del alto entre sus manos, rozando sus narices mientras sus respiraciones se cruzaban, escuchando otro gruñido salir de los labios contrarios.

- Para, Jimin ... Mañana te vas a arrepentir de esto, no quiero que ... ah. - Dice tomando aire. Gran error, las feromonas solo le hicieron apretar las sábanas a su costado.

- Alfa... Por favor... - un gruñido se escapó por parte del alfa, sacando su lado más dominante mientras sus ojos parecieron dar un destello amarillento al escucharle.

Ah, hasta ahí llegó el autocontrol.

Gracias por leer!

Dos Almas - VMinWhere stories live. Discover now