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Con una respiración pesada y armándose así mismo de valor, el mayor toma con cuidado una de las rellenitas mejillas contrarias, juntando sus labios en solo un choque de belfos, pero que se sintió exactamente como si una ola de mar hubiera atravesado su cuerpo. Fue una sensación placentera, miles de corrientes pasando por su cuerpo una tras otra. Mientras, sus labios se mantenían acoplados a la perfección de esos belfos rellenitos y suaves.

Eran como había descrito, blanditos, suaves, igual como besar dos almohadas exquisitas que te daban ganas de morder de los nervios. La respiración agitada del menor estaba haciéndole perder la cabeza, sacando a su lado más dominante, el cual ni siquiera el conocía ya que nunca salió a relucir como ahora.

Sus corazones latían con tanta fuerza que Jimin creía que no era normal, y Kim tampoco. Ambos tenían su respiración agitada por todo lo que estaba sucediendo, jamás podrian siquiera pensar que ambos estaban ahí, compartiendo un choque de labios que se sintió como el jodido paraíso.

El alfa suelta dulcemente la boca contraria, mirando esos labios que tanto deseaba probar aún más, deseaba hundir su boca con la ajena en un beso más apasionado que el que tenían, pero no podía hacerlo, temía que Jimin mañana pudiera arrepentirse y se sentía fatal de haber perdido el control así estando de esa manera el menor, sin tanta conciencia de sus actos.

- Perdóname, cachorro. - susurra agitado, acariciando sus mejillas. Junta sus frentes mientras miraba aún sus labios entreabiertos. - eres una tentación andante.

- Ah... f-fue el paraíso... - susurra atontado, sintiendo como Kim se alejaba un poquito. - ¿N-no te gustó? - sus ojitos azules le miran expectante, con cierto toque algo desanimado y Kim niega casi que al instante.

- ¿Cómo puedes pensar eso, lindo? - su dedo pulgar acaricia su labio inferior. - Claro que si, omega... Ya te dije que tus labios no tienen ningún problema... - El alfa junta sus frentes otra vez, escuchando a su omega ronronear. - son perfectos.

- Debías probarlos otra vez para confirmar ... - canturrea suavemente, con una ligera sonrisa . - Taehyung, tus labios son muy agradables ... - hunde su cara en el cuello de Kim, haciendo que este sonría, abrazando su cuerpo. -

- ¿Ah si? - Susurra con su voz grave, dándole calor al menor.

- Si, tal como los imaginaba... -

Aquello tomó por sorpresa a Kim, haciendo que diera una leve risa. Estaba seguro de que Jimin no estaba pensando con claridad, sus palabras salían entrecortadas y con un suave canturreo típico de cuando uno estaba algo ido.

- ¿te imaginabas mis labios, omega? Eres un travieso. - Le dice, mientras su mano acariciaba dulcemente su espalda.

- Si... p-pero siento que está mal hacerlo, Hyung... no le cuentes a Taehyung, ¿si? - ronronea, dejando un suave besito bajo el mentón de Kim que le hizo suspirar corazones a este último, asintiendo embobado. - Me siento mal cada que pienso en sus labios... su aroma, su... su todo.. - murmura lo último dando un suspiro. - Mh~ hueles igual a él...

El mayor ríe.

- Jimin, estas hablando muchas ... tonterías. - Dice riendo. - Duerme.

- No son tonterías... solo... n-no quiero que el deje de ser mi amigo por esto. - susurra, adormilado. - No quiero que se arruine todo por sentirme así... - El mayor levanta dulcemente el mentón de Jimin, viendo como este suspiraba suavemente quedándose dormido sin darse cuenta, haciendo que Kim sonría levemente y frote sus naricitas.

- Me siento igual que tú, cachorrito.

[...]

Ambos despiertan, estando abrazados casi que como dos chicles, el menor siente esa punzada suave en su cabeza que le hace lloriquear, pero el lloriqueo cesa al abrir sus ojitos y encontrarse directamente con el rostro de Tae.
Su corazón da un vuelco, mirando cada una de sus facciones, sintiéndose en un trance por aquella belleza frente a sus ojos, ese rostro que tanto aceleraba a su corazón y a su lobito.

Sus manitos acarician suavemente la mejilla de Kim. Escuchando esos leves ronquidos suaves que este tenía cosa que le enterneció de sobre manera, jamás pensó que alguien podría verse tan tierno roncando.

De repente, logra ver un leve tic en uno de sus ojitos, antes de notar la respiración de Tae tornarse algo espesa, pronto, los ojos de este se abrieron, y Jimin pudo apreciar desde cerca como sus pupilas se dilataron al ver al menor, achinando un poco sus ojos al sonreír.

- Cachorrito - murmura, con su voz ronca, acercando sus rostros para friccionar sus naricitas. - ¿duele tu cabeza? - Pregunta, tomando dulcemente las mejillas de Jimin. -

- Un poco... - murmura, cerrando sus ojitos mientras Kim era quien ahora se quedaba admirando la belleza del más bajito. Este lo atrae para enterrar su cabeza en su propio pecho, haciendo que Jimin suspire, dejando un suave besito ahí que logró hacer a Kim estremecer. - Estas calentito, Hyung...

- Soy una estufa andante. - dice, mientras el menor daba una risita asintiendo. - Sólo tú estufa, omega.

Jimin siente esa boba sonrisa acoplarse en sus labios.

Estoy jodidamente perdido.
Y este pensamiento, fue algo que los dos tuvieron en su cabeza en el mismo momento.

Gracias por leer!

Dos Almas - VMinWhere stories live. Discover now