" 𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘷𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘪𝘯𝘢𝘥𝘰 𝘢 𝘴𝘦𝘳 "

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━━━━━━━━ DÍA 7 ━━━━━━━━

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━━━━━━━━ DÍA 7 ━━━━━━━━



Nunca estuvo destinado a ser. Aunque Ekko siempre lo supo en cierta forma, pasó mucho tiempo antes de que por fin lo aceptara.

Sus vidas fueron como un relato imperfecto. Un inicio marcado por la tragedia, en el caso de ella, y un desarrollo tan encantador como lo podía ser la propia infancia, al menos así lo veía él. Un giro inesperado convirtió a esos dos niños en personas que jamás pensaron ser: una villana y un salvador.

Las novelas románticas, esas donde el amor puede vencer hasta en las peores situaciones, estaban muy alejadas de representar su historia. Ellos lo intentaron, empero, el resultado fue fatal. Decir que lo intentaron no es muy sincero, cuando Ekko sabía que él era el único que había puesto todo mientras que ella no ponía nada.

Jinx jamás fue suya, ni siquiera por un instante. Tampoco Powder lo fue, cuando ambos eran niños. Así había sido siempre, su afecto era devuelto con indiferencia, y sus esperanzas, con heridas que permanecerían indelebles en su corazón.

Había llegado a pensar que, quizás, en un universo alternativo, si las cosas hubieran resultado diferentes, si al menos en ese mundo ellos hubieran estado destinados, entonces ella sostendría la mano de Ekko en lugar de un arma; él acariciaría su rostro en lugar de golpearlo con violencia; ella lo cautivaría con su cerúlea mirada en lugar de atemorizarlo con sus orbes violáceos; él peinaría su cabello en lugar del bastado de Silco; sus bocas pronunciarían palabras de cariño en lugar de insultos, y sus labios se unirían dulcemente en lugar de rehusar todo contacto.

Pero no. Aquella utopía en donde ellos eran los amantes en lugar de enemigos no era su realidad. Estaban rotos, sin remedio alguno, y parecían estar destinados a quedarse sin ese tipo de afecto para todo lo que les quedara de vida. Esa sí sonaba como su realidad.

Se sentía enfermo. Enfermo por vivir aferrado a una sombra del pasado. Porque aunque él la llamaba Jinx, en el fondo ese nombre le seguía siendo ajeno. No terminaba de aceptar en quién se había convertido su amiga de la infancia, aunque tenía que hacerlo. A veces ya no sabía si de verdad amaba solamente a Powder, o si ese sentimiento había traspasado las fronteras de su propia razón haciendo que se enamorara inexplicablemente de la criminal peliazul.

Y ese sentimiento le hacía daño, lo hacía atascarse en una ilusión irracional de la que no se sentía capaz de salir. Su vida parecía consumirse y pasar frente a sus ojos mientras que él permanecía de pie, al borde de un risco que en cualquier momento lo haría caer.

¿En serio lo haría? ¿Le dedicaría los días de su existencia aunque ella ya ni siquiera pensaba en él? ¿Valdría la pena entregársele por completo cuando estaba claro que Jinx no merecía algo como aquello?

Ekko pensó en todo lo que había vivido, como si leyera su propia autobiografía. Él y ese grupo de hermanos que tenía por amigos en la niñez, la pérdida de todos sus seres queridos y cómo fue que encontró un lugar al que en realidad pertenecía, para luego tomar la decisión de ayudar a todos aquellos que lo necesitaran.

𝘛𝘪𝘮𝘦𝘣𝘰𝘮𝘣 𝘍𝘪𝘤𝘞𝘦𝘦𝘬! | Ekko × Jinx Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora