Enamorada de... ¿Mi jefe?

Capitulo 22

Entro al hospital con Bruce y nos dirigimos al ascensor. Estoy muy nerviosa. Suspiro.

- Todo estará bien -dice mi subconsciente-.

Entro al cuarto en el cual se encuentra Derek. La doctora me detiene y me dice que no debo molestarlo, porque está dormido. Asiento con la cabeza y voy y me siento a su lado silenciosamente. Pobre Derek. Paso mi mano por su suave y sedoso cabello. Son las 11:30 de la noche, ¿que hacía Derek fuera de su hogar tan tarde? Tengo sueño pero no me quiero ir a casa. Recuesto ambos brazos sobre la camilla y recuesto mi cabeza en ellos.

Una mano pasea por todo mi cabello lentamente y eso hace que me despierte. Cuando abro bien los ojos y volteo mi cabeza, es Derek quien hace eso.

- Por Dios Derek ¿cómo estás? -pregunto con los ojos como platos-.

- Estoy bien... Dormiste mucho.

- ¿Qué?

- Dormiste mucho, llevabas más de tres horas recostada ahí.

- ¿Tanto tiempo? -pregunto-.

- Si. Cuando llegaste, según Bruce, te recostaste de la camilla y te quedaste dormida a los segundos, son las 2:43 de la mañana.

- No importa la hora -digo moviendo la cabeza- ¿cómo estás? ¿Qué pasó?

- Emmm... Salí un momento a hacer unas cosas y... Un hombre que estaba montado en una Van color negra me disparó en el hombro, aún no sé quién fue, pero mi equipo de seguridad está trabajando en eso.

- Por Dios Derek... -digo en suspiro- no puedo creerlo. ¿Por qué querrían hacerte daño?

- Muchas cosas Annie, pero eso no importa, no te preocupes, ya pronto se sabrá quién fue, tranquila -dice mientras pasa una de sus manos por mi rostro-. Solo fue el hombro, estoy bien.

- ¿Te duele?

- No... me pusieron unas inyecciones por lo que ni siquiera lo siento.

- Vale.

Suspiro. Muevo mi cabeza al compás de su mano. Es tan delicado su tacto. Tomo su mano entre las mías y doy un casto beso entre los dedos.

- Deberías dormir un poco, es muy tarde -le digo-.

- Debemos dormir un poco -corrige Derek-.

- Es cierto -suelto una risita-.

Suelto su mano y me dirijo al sofá reclinable que estaba a unos centímetros de la cama.

- ¿Para dónde vas? -pregunta Derek-.

- Me acostaré aquí -digo señalando el sofá-.

- No, tú no dormirás ahí, tú dormirás conmigo.

- Derek, no puedo, estás lastimado...

- Lastimado en el brazo derecho, no en el izquierdo. Ven, acuéstate aquí -dice dándole unos golpecitos a la cama-.

Sonrío. Paso por el borde de la cama sin despegar mi mirada de él y él hace lo mismo. Me acuesto a su lado y me recuesto de mi brazo para quedar frente a el.

- Deberías dormir -responde Derek mientras me mira-.

- Y tu también -susurro-.

- No me mires así -dice frunciendo el ceño-.

- ¿Cómo? -pregunto un poco confundida-.

- Como me estás mirando. O me dejas de mirar así o te follo aquí mismo aunque tenga el brazo lastimado.